NUEVA YORK
La atención médica es un sector en el que las esperanzas y temores de la gente tienden a magnificarse rápidamente. Consideremos tres asuntos a los que se pone mucha atención: el uso de registros médicos, el “toque humano”
en los servicios médicos y el futuro de los empleos en esta esfera. Tomando en consideración todos los aspectos, ¿la gente ve más un vaso medio lleno o uno medio vacío? Nuestras investigaciones apuntan hacia un optimismo que podría sorprender a los observadores expertos.
LOS CONSUMIDORES QUIEREN LO QUE FUNCIONA
En lo que respecta a la privacidad de los datos médicos, por supuesto que la gente no quiere que su historial sea hackeado por delincuentes. Sin embargo, los consumidores están dispuestos a compartir su información cuando claramente es lo más conveniente para su salud, y cuando se comparte con la gente correcta. Cada vez más personas están usando dispositivos de salud portables, por ejemplo.
Vemos resultados similares en cuanto al “toque humano”. Por supuesto, en muchas situaciones nada puede sustituirlo. Pero en muchos casos la practicidad y la eficacia pesan más que la atención personalizada. En
general, el 75 por ciento de los consumidores estadounidenses encuestados dijeron que los avances tecnológicos de la IA (incluyendo aplicaciones para celular, dispositivos de monitoreo portables y básculas inteligentes) eran importantes para ellos porque los ayudaban con el manejo de su salud.
¿QUÉ HAY DE LOS EMPLEOS?
Recientemente Accenture Research concluyó un estudio sobre tendencias futuras de la fuerza laboral, incluyendo la de la atención médica, y los datos apuntan a un crecimiento significativo de la industria, en términos tanto de empleos como de ganancias, conforme la IA va avanzando más allá de la automatización rudimentaria y permite una mayor colaboración entre los humanos y las máquinas. Gran parte de ese crecimiento provendrá de tres nuevas maneras en que las máquinas inteligentes permitirán a los humanos mejorar su desempeño.
La primera es ampliando las capacidades naturales de las personas, al fortalecer sus conocimientos e intuición mediante el uso de análisis poderosos y una gran cantidad de datos históricos. Un equipo de patólogos de Harvard, por ejemplo, recientemente desarrolló una técnica basada en IA para identificar células de cáncer de mama con una mayor precisión.
La segunda manera es interactuando con la gente a través de tipos novedosos de interfaces como el reconocimiento de voz, emociones o gestos. En la atención geriátrica, los robots pueden ayudar a los abrumados cuidadores recordando a los pacientes que deben tomar sus medicamentos, dándoles las
instrucciones de ejercicios físicos y cognitivos, y brindándoles compañía.
Los chatbots pueden ayudar a los especialistas en salud mental a atender a muchos más pacientes al día. Las herramientas de aprendizaje mecánicas pueden ayudar con la detección y el tratamiento del autismo.
La tercera manera es encarnando atributos físicos que funcionan para extender las capacidades de las personas más allá de sus límites naturales.
Un buen ejemplo de esto en el campo de la atención a la salud es la cirugía asistida por robots: en lugar de usar un escalpelo, el cirujano se sienta frente a una consola y mueve una palanca que controla unos brazos robóticos.
Así, eliminando los nervios y temblores involuntarios de los humanos, la cirugía asistida por robots puede ayudar a mejorar de manera significativa la tasa de éxito de tales operaciones.
Estas colaboraciones son el futuro, lo que permite a las empresas reimaginar sus procesos de trabajo, y esta transformación está sucediendo en un sector tras otro.
Esta es la causa del considerable optimismo.
La atención médica es un sector en el que las esperanzas y temores de la gente tienden a magnificarse rápidamente. Consideremos tres asuntos a los que se pone mucha atención: el uso de registros médicos, el “toque humano”
en los servicios médicos y el futuro de los empleos en esta esfera. Tomando en consideración todos los aspectos, ¿la gente ve más un vaso medio lleno o uno medio vacío? Nuestras investigaciones apuntan hacia un optimismo que podría sorprender a los observadores expertos.
LOS CONSUMIDORES QUIEREN LO QUE FUNCIONA
En lo que respecta a la privacidad de los datos médicos, por supuesto que la gente no quiere que su historial sea hackeado por delincuentes. Sin embargo, los consumidores están dispuestos a compartir su información cuando claramente es lo más conveniente para su salud, y cuando se comparte con la gente correcta. Cada vez más personas están usando dispositivos de salud portables, por ejemplo.
Vemos resultados similares en cuanto al “toque humano”. Por supuesto, en muchas situaciones nada puede sustituirlo. Pero en muchos casos la practicidad y la eficacia pesan más que la atención personalizada. En
general, el 75 por ciento de los consumidores estadounidenses encuestados dijeron que los avances tecnológicos de la IA (incluyendo aplicaciones para celular, dispositivos de monitoreo portables y básculas inteligentes) eran importantes para ellos porque los ayudaban con el manejo de su salud.
¿QUÉ HAY DE LOS EMPLEOS?
Recientemente Accenture Research concluyó un estudio sobre tendencias futuras de la fuerza laboral, incluyendo la de la atención médica, y los datos apuntan a un crecimiento significativo de la industria, en términos tanto de empleos como de ganancias, conforme la IA va avanzando más allá de la automatización rudimentaria y permite una mayor colaboración entre los humanos y las máquinas. Gran parte de ese crecimiento provendrá de tres nuevas maneras en que las máquinas inteligentes permitirán a los humanos mejorar su desempeño.
La primera es ampliando las capacidades naturales de las personas, al fortalecer sus conocimientos e intuición mediante el uso de análisis poderosos y una gran cantidad de datos históricos. Un equipo de patólogos de Harvard, por ejemplo, recientemente desarrolló una técnica basada en IA para identificar células de cáncer de mama con una mayor precisión.
La segunda manera es interactuando con la gente a través de tipos novedosos de interfaces como el reconocimiento de voz, emociones o gestos. En la atención geriátrica, los robots pueden ayudar a los abrumados cuidadores recordando a los pacientes que deben tomar sus medicamentos, dándoles las
instrucciones de ejercicios físicos y cognitivos, y brindándoles compañía.
Los chatbots pueden ayudar a los especialistas en salud mental a atender a muchos más pacientes al día. Las herramientas de aprendizaje mecánicas pueden ayudar con la detección y el tratamiento del autismo.
La tercera manera es encarnando atributos físicos que funcionan para extender las capacidades de las personas más allá de sus límites naturales.
Un buen ejemplo de esto en el campo de la atención a la salud es la cirugía asistida por robots: en lugar de usar un escalpelo, el cirujano se sienta frente a una consola y mueve una palanca que controla unos brazos robóticos.
Así, eliminando los nervios y temblores involuntarios de los humanos, la cirugía asistida por robots puede ayudar a mejorar de manera significativa la tasa de éxito de tales operaciones.
Estas colaboraciones son el futuro, lo que permite a las empresas reimaginar sus procesos de trabajo, y esta transformación está sucediendo en un sector tras otro.
Esta es la causa del considerable optimismo.