TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cada vez que usted compra un cigarrillo, un refresco o una cerveza, que destacan por productos de consumo masivo, está contribuyendo con la generación de ingresos tributarios para el gobierno de Honduras.
La producción de estos bienes, sea nacional o importada, está gravada con un impuesto que se aplica al consumidor final y que se ha convertido en una de las fuentes de generación de tributos para el fisco.
Cada año el impuesto a la producción, a partir de 2013, es ajustado con base en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año anterior, pero no puede exceder a 6% anual. En ese sentido, cada cigarrillo nacional o importado que se consume paga 60.09 centavos de lempira por unidad.
Se incluyen cigarros con tabaco y cigarrillos electrónicos que contengan tabaco o tabaco reconstituido, así como cigarros electrónicos y dispositivos personales de vaporización.
De acuerdo con el Banco Central de Honduras (BCH), la producción de cigarrillos alcanzó 139.6 millones de cajetillas de 20 unidades en 2023, menor que los 184.5 millones de 2022.
En el caso de las gaseosas y otras bebidas preparadas que excluyen jugos naturales, leches y productos lácteos, cada unidad paga 99.59 centavos de lempira por unidad. La producción interna de refrescos de 12 onzas ascendió a 3,293,529,341 unidades, superando las 2,987,934,421 unidades de 2022.
Respecto a las cervezas sin alcohol y de malta, el impuesto a la producción es de 7.0744 lempiras por unidad, que puede representar entre 15% y 35% del precio al consumidor.
Según el Banco Central de Honduras, la producción de cervezas fue de 606,062,467 botellas, mayor que las 597,528,923 unidades de 2022.
La producción de estos tres productos dejó al fisco 3,875.1 millones de lempiras en concepto de impuestos en 2023, de los que 1,805.8 millones procedieron de las cervezas, L1,494.6 millones de las gaseosas y 574.7 millones de los refrescos.