TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las medidas anunciadas por el Banco Central de Honduras (BCH) son adecuadas, pero resultan insuficientes y tardías ante la situación actual generada por el Covid-19 que se suma a la desaceleración económica que se venía experimentando, de acuerdo con analistas económicos y empresarios consultados por EL HERALDO.
Las medidas del BCH anunciadas el jueves anterior fueron: reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) de 5.25% a 4.50%, bajar la tasa de interés aplicable a la Facilidades Permanentes de Crédito, pasando de 6.25% a 5.50% y amplió de 14 a 28 días el plazo para las Operaciones de Reporto y bajó su tasa de 7% a 6.25%. Asimismo, estableció la tasa de interés aplicable a las Facilidades Permanentes de Inversión (FPI) en 0% y suspendió las subastas diarias de letras dirigidas a las instituciones financieras.
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Con las disposiciones se busca, según el presidente del BCH, Wilfredo Cerrato, una rebaja de la tasa de interés para los préstamos y que los bancos dispongan de recursos para atender la demanda de dinero de las empresas y personas, tras la crisis generada por el Covid-19.
Medidas insuficientes
La economía hondureña será afectada severamente por la paralización de la actividad productiva, menos inversiones, exportaciones y remesas, solo compensa la caída del precio del petróleo, expone el economista y catedrático Alejandro Aronne. “Hay que tomar medidas que consideren los flujos de caja de las empresas pequeñas, medianas y grandes y en base a eso definir medidas de alivio para compensar obligaciones tributarias, crediticias, salariales y con proveedores”, consideró.
El Banco Central estima que la economía crecerá entre 1.5% y 2.5% este 2020, por debajo del 2.7% de 2019. “Ese crecimiento lo sustenta básicamente por las remesas. El problema es que en Estados Unidos el desempleo va a aumentar en 20%, donde el 90% serán migrantes”, advirtió la economista Liliana Castilllo. En cuanto a las medidas monetarias dice que son oportunas, pero preocupa que el sistema financiero solo aumente su nivel de utilidades y no financie los sectores productivos.
De acuerdo con Rafael Medina, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), las medidas financieras son insuficientes para garantizar que los empleos y las empresas se mantengan después de la crisis. A su criterio y como lo demanda el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), se necesita un alivio fiscal, no perdonando sino ampliando y flexibilizando los plazos para el pago de impuestos, cargos sociales (cuotas de seguridad social, pensiones) y de los servicios públicos, como energía y agua, para que las empresas sigan funcionando y pagando salarios, como lo han hecho otros países.
Para el expresidente del BCH, Manuel Bautista, la reducción de tasas va a facilitar la inversión y el capital de trabajo de las empresas, pero considera que se pueden desplazar los plazos para pago de impuestos. No obstante, explica que al caer la actividad económica también baja la recaudación de los impuestos y el Estado requerirá endeudarse o renegociar los pagos de su deuda pública.
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