Tegucigalpa, Honduras
La firma calificadora Moody’s Investors Service alertó sobre los efectos negativos al crecimiento económico y a la nota de riesgo país de Honduras que podría dejar la elección presidencial realizada el pasado 26 de noviembre.
En una nota publicada este lunes, Moody’s advirtió que “la disputa sobre los resultados de las elecciones, si no se resuelve en las próximas semanas, afectará adversamente el crecimiento económico en uno de los países más pobres de América Latina, y un crédito negativo”.
La firma detalla el proceso electoral del país y considera que “los resultados de las elecciones se desarrollaron de manera dramática”.
Con el 57% de los votos contados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, tomó una ventaja “sorprendente” con un 45%, mientras el presidente Juan Orlando Hernández alcanzaba 40%.
Mientras que en septiembre, “según una encuesta de CID Gallup, Hernández fue el favorito con un 37% de apoyo, seguido por Nasralla con un 22% de apoyo”, explica Moody’s Investor Service.
Agrega que el TSE “dejó de actualizar los resultados durante 24 horas y, cuando reanudó la publicación del recuento, Hernández primero había reducido la brecha y luego tomó la iniciativa”.
Confianza
“Los desafíos con las elecciones, tras retrasos en el conteo de votos, acusaciones de corrupción y violencia en las calles, reflejan la debilidad institucional en Honduras, lo que dificulta la calidad crediticia del país”, indicó.
La firma consideró que “por frágiles que sean sus instituciones, el gobierno ha tomado medidas para mejorarlas… (pero) una agitación política prolongada reducirá la confianza empresarial y del consumidor”.
Lo anterior se reflejaría en una menor inversión y, por ende, en un declive en el crecimiento, por debajo de su nivel actual.
De 2010 a 2017, Honduras promedió un crecimiento del 3.6% anual, justo por debajo de la mediana regional del 3.8%, a pesar de sus mayores niveles de inversión.
La calificación de Moody’s para Honduras fue actualizada en septiembre pasado, cuando la mejoró de B2 a B1 con perspectiva positiva.
En las conclusiones de esa calificación, la firma internacional consideró que el crecimiento de la economía ha sido estable y el gobierno redujo el déficit fiscal.
También previó, en ese entonces, que las elecciones no afectarían la continuidad de la política fiscal y los logros en calidad institucional y cohesión social.
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