Las autoridades de la Secretaría de Finanzas (Sefin) se preparan para realizar la tercera subasta pública de vehículos de lujo del Estado de Honduras.
Actualmente 56 vehículos están en proceso de valuación, según datos proporcionados por personal de esta entidad estatal.
Funcionario de Sefin indicaron que dado que el proceso de evaluación requiere unos 15 días, se estima que la subasta se realizará a finales del mes de mayo.
Durante la segunda subasta pública se logró recaudar 13.8 millones de lempiras tras la venta de 70 vehículos, realizada en el Campo de Parada Marte, carretera a la aldea Mateo, en la capital de Honduras.
La primera subasta que se desarrolló en enero pasado dejó a las arcas estatales más de seis millones de lempiras, pues se adjudicaron camionetas de los años 2000 hasta el 2012.
A la fecha, la recaudación por venta de vehículos del Estado dejan cerca de 20 millones de lempiras.
Estos fondos serían destinados para la implementación de programas y proyectos de índole social, es decir, iniciativas en beneficio de las familias de bajos ingresos en el país, según el gobierno hondureño.
El Viceministro de Finanzas y Presupuesto, Carlos Borjas, manifestó en su discurso inaugural que para certificar que todo está de conformidad a Ley, la administración de Juan Orlando Hernández ha tomado las acciones necesarias para reconocer y resolver los problemas presentados por los vehículos requeridos con el objetivo de subastarlos debidamente saneados y que no constituyan futuros reclamos para el Estado de Honduras.
Funcionario de la Dirección General de Bienes Nacionales, de la Sefin, representante del Tribunal Superior de Cuentas (TSC), representante de la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras (Foprideh), representante del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), así como miembros del Comité de Subasta participan en el proceso.
La venta de carros es parte de una serie de medidas de ahorro que ha puesto en marcha el gobierno para hacerle frente a la crisis financiera generada por el excesivo gasto corriente en la administración anterior.