TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La lucha por una candidatura presidencial en estos tiempos de pandemia reúne a nueve presidenciales que, según ellos, quieren transformar el país. De estas undécimas elecciones primarias solo saldrán tres que deberán competir en las generales con los candidatos de otros 12 partidos.
En el camino podrían haber alianzas totales o parciales entre los partidos, lo que reduciría el número de competidores.
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La lucha por seguir
Para estas primarias, el partido en el poder inscribió dos corrientes: Unidad y Esperanza, coordinada por el alcalde capitalino Nasry Asfura, y Juntos Podemos, de Mauricio Oliva.
Nacido hace 62 años, Asfura es conocido políticamente como “Tito” o “Papi a la orden”. Este apodo se lo ganó cuando en un estudio de televisión, mientras grababa un anuncio como candidato a alcalde para las primarias de 2012, alguien pasó frente a él, lo saludó y el aspirante respondió levantando la mano: “Papi, a la orden”. Es un hombre que no se cansa de trabajar. A lo largo de sus dos períodos como alcalde capitalino ha impuesto un estilo propio y suele portar varios teléfonos y sistemas de comunicación interna para comunicarse con sus subalternos. Sus críticos reconocen que ha hecho muchas obras de infraestructura, pero está en deuda con la parte social.
“Vamos a trabajar por sacar a los que realmente empujan a Honduras: emprendedores, micro, pequeñas, medianas empresas, trabajadores de todos los sectores, empleados y empleadores”, dice en su plan de trabajo.
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Oliva y su poder de influencia
El dos veces presidente del Congreso Nacional abandonó su profesión de médico cirujano para dedicarse a la política. Su cercanía con el presidente Juan Orlando Hernández le permitió ser electo presidente del Poder Legislativo en los dos últimos períodos. Últimamente se le ha visto distanciado del mandatario, pero los observadores consideran que es parte de su estrategia política.
Su coordinador de campaña, Ricardo Álvarez, destaca que Oliva en su primer año de gobierno comprará un millón de teléfonos inteligentes que “serán distribuidos para que nadie se quede sin clases a distancia a causa de la pandemia”. Igualmente, “vamos a iniciar el bono 12 mil para que haya dinero en los hogares pobres”.
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El liberalismo y su encrucijada
Tres aspirantes presidenciales se disputan la candidatura presidencial en el Partido Liberal: Luis Zelaya, Yani Rosenthal y Darío Banegas.
El primero lidera la corriente Recuperar Honduras. Es un exrector universitario que incursionó en la política en 2017 con ideas renovadoras al interior de su partido. El hecho de que una facción de su partido tenga supuestos vínculos con el partido de gobierno, según éL, no es tolerable y hay que rescatarlo. Ganó fácilmente las elecciones primarias de 2017.
Zelaya se propone, entre otras cosas, “fomentar la infraestructura física, logística, productiva y comercial; programa de reactivación agropecuaria, creación de parques agroindustriales, programa para estimular la inversión local, reforma a la banca de desarrollo para democratizar el financiamiento, creación del Fondo para la Comunidad Segura y Programa de Asistencia y Promoción a la Economía Social y Solidaria”.
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Darío Banegas es un diputado por Cortés. Un laureado caricaturista cuya faceta artística le permitió ganarse una imagen que aprovechó para proyectarse como político. Entre sus propuestas están la de impulsar “un combate fiero e inquebrantable contra la corrupción mediante la promoción de la honestidad como práctica en la administración pública”. Además, plantea una política económica en la generación de empleos, seguridad pública e integral, reinventar el sistema de salud, una revolución educativa, impulso masivo a la producción agrícola. Impulsará y promoverá el arte y la cultura.
Yani Rosenthal, hijo del desaparecido banquero Jaime Rosenthal, es un hombre de 55 años que incluye, entre otros puntos, “diseñar créditos para productos de agroexportación, promover a Honduras como el nuevo centro de operaciones de manufactura de las Américas”.
Además “transferir ocho mil millones como fondo para las municipalidades para que inicien la reparación de escuelas y centros de salud. Estimamos el costo de esta inversión en ocho mil millones de lempiras, equivalentes al 3.2 por ciento de presupuesto eliminando el despilfarro y gastos superfluos”.
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Libre, la nueva fuerza
Surgido tras los sucesos del golpe de Estado de 2009, el partido Libertad y Refundación (Libre) lleva a cuatro aspirantes presidenciales: Xiomara Castro, Carlos Eduardo Reina, Wilfredo Méndez y Nelson Ávila. Castro, que vuelve por tercera vez, es respaldada en alianza por siete corrientes: 28 de Junio, Somos Más, Pueblo Libre, MRP, POR, FRP y AMEL. Su principal propuesta es la transformación del país mediante una nueva Constitución. Reina, por su parte, es hijo del exlíder liberal y exrector universitario Jorge Arturo Reina, lidera la Nueva Corriente.
El promotor de los derechos humanos Wilfredo Méndez encabeza el movimiento Honduras Libre y el precandidato Nelson Ávila es un talentoso y reconocido economista y académico.
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