Los homicidios recientes (en las últimas 120 horas) de los liberales Óscar Leonel Moya, regidor de la alcaldía de Santiago de Puringla, en La Paz; Francisco Gaitán, alcalde de Cantarranas, en Francisco Morazán; y Darío Juárez, candidato a vicealcalde de Concordia, en Olancho, por ejemplo, son hechos que, aunque no están estrictamente vinculados a la causa política, aumentan las tensiones entre los grupos, que han prevalecido desde hace años como consecuencia de los procesos electorales.
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Como si se tratase de un enfrentamiento violento entre las barras de Olimpia y Motagua tras disputar un clásico, así analizan expertos el ambiente que Honduras se encamina a vivir después del domingo 28 de noviembre.
Y es que no es para menos: en la última década se han registrado cerca de 170 asesinatos de hondureños vinculados a la política, desde simpatizantes hasta funcionarios, “un claro reflejo del atentado a la democracia”.
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Desconcertante
Cifras del Observatorio Nacional de la Violencia (del 23 de diciembre de 2020 al 25 de octubre de este año) en poder de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus indican que en lo que va de este mes de noviembre han asesinado a cuatro políticos, pero el pico se vivió en marzo, cuando fueron 19, seguido de febrero y septiembre, ambos con 11, y agosto, con ocho.De las 68 muertes que han ocurrido en el período antes descrito, 31 víctimas han sido del Partido Nacional, 11 más que Libertad y Refundación (Libre, que contabiliza 20), y superior a los 12 del Partido Liberal. El resto (cinco) corresponde a partidos minoritarios.
Además, Olancho, con seis, y Cortés, con cuatro, son los departamentos más sangrientos en los últimos 10 meses en cuanto a políticos víctimas de la violencia.
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Para el secretario de Seguridad, Julián Pacheco Tinoco, los asesinatos ocurridos no se derivan por causa política. Tinoco brindó el lunes una conferencia horas después de la muerte de Darío Juárez.
“Podemos afirmar que todos esos casos no tienen una relación política”, dijo el funcionario, al mismo tiempo que aclaró que “solo un caso tuvo manifestación política, pero ha sido resuelto”.
En contraste, los números del Observatorio también muestran que este es el proceso electoral más violento de los últimos tres, con 68 víctimas, siendo el de 2017 el segundo con 50, levemente superior al de 2012-2013, que registró 48.
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Repudio
En las últimas horas se han registrado asesinatos a políticos y candidatos en varias partes de la nación mientras las frases agresivas de los aspirantes cada vez suben más de tono.Ante ello, el jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea ( MOE-UE), Manuel Sánchez de Nogués, condenó los asesinatos de los políticos a pocos días de que se realicen las décimo primeras elecciones.
“La MOE-UE condena todos los actos de violencia que se están dando en el contexto de estas elecciones y, en especial, los asesinatos de candidatos, políticos y activistas de las últimas horas”, expresó.
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Por su parte, el director ejecutivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Armando Urtecho, pidió a los aspirantes electorales evitar confrontaciones que puedan terminar en violencia.
“Hacemos un enérgico llamado a los líderes de los partidos políticos para que eviten a toda costa la confrontación entre partidarios, los insultos, el lenguaje soez utilizado en los discursos y las expresiones de odio”, planteó en un comunicado.
“Nosotros llamamos a que bajen ese tono de confrontación, malcriado y de ofensa que tienen algunos candidatos. No debemos ir a velorios electorales, tenemos que ir a una fiesta electoral el día 28 de noviembre”, añadió.
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En su momento, políticos de ambos bandos se han cruzado insultos y han protagonizado zafarranchos, pero la comunidad internacional, la empresa privada y la sociedad civil, así como el Consejo Nacional Electoral (CNE), piden acabar con esos episodios de violencia.
Los hondureños elegirán el 28 de noviembre un presidente, tres designados presidenciales, 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Congreso Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano en medio de asesinatos a políticos y tensiones entre los contendientes.
