Congreso de Redondo, entre los 10 más corruptos del mundo, según índice global

Tegucigalpa, Honduras.- Una vez más, el Congreso Nacional de Honduras aparece entre los más corruptos del mundo, según el Índice de Estado de Derecho.

En este 2024, el Poder Legislativo ocupa el puesto 133 de 142 países, de acuerdo con la medición que realizó el Proyecto de Justicia Mundial (Word Justice Proyect, WJP).

Esto significa que este poder del Estado está entre los 10 con el rendimiento más bajo, según especifica el WJP en la medición, basada en tres formas de corrupción: soborno, influencia indebida de intereses públicos o privados y malversación de fondos públicos u otros recursos.

Es decir, miden si los parlamentarios no usan sus cargos públicos en beneficio público o, en otras palabras, “si se abstienen de solicitar o aceptar sobornos u otros incentivos a cambio de favores políticos o votos favorables a la legislación”.

En 2023, el Poder Legislativo estaba en la posición 132, pero para este año bajó al puesto 133, evidenciando como año con año está más cerca del puesto 142 (el más corrupto del mundo).

Tomando en cuenta que 1 tiene la mejor evaluación y 142 la peor, el país aparece en una posición preocupante, pero para los expertos no es sorpresa, porque “Honduras en los últimos tres años, particularmente con este Congreso, ha dado muestras que no se han podido conformar una institución creíble y respetada”, aseguró el analista político Olban Valladares.

Lo anterior sucede porque las decisiones que se han tomado internamente en el Legislativo no han contribuido precisamente a establecer una imagen mucho mejor para los diputados y el país, aseguró el experto.

El Índice de Estado de Derecho no solo mide la ausencia o presencia de corrupción del Poder Legislativo, sino que incluye al Poder Legislativo, Judicial y los órganos de seguridad.

En este caso, los tres poderes del Estado y las instituciones de seguridad muestran una variación en la medición, evidenciando que los niveles de corrupción aumentaron.

El Congreso Nacional de Honduras tiene el puntaje más bajo al estar entre los 10 más corruptos del mundo, mientras que el Judicial está en la posición 120 de 142 países, por encima del Legislativo.

El Ejecutivo, por su parte, está dos puestos arriba del judicial, y las fuerzas de seguridad aparecen en el puesto 96.

Para 2023, los policías y militares estaban en el puesto 94 en comparación con las instituciones de seguridad de 142 naciones, lo que significa que también bajó, acercándose al país más corrupto.

El Índice de Estado de Derecho de cada país depende de ocho categorías y más de 40 indicadores. En el caso de la actuación de los parlamentarios aparece evaluada en la categoría de Ausencia de Corrupción, así como el Poder Judicial, Ejecutivo y entes de seguridad.

Las otras categorías evaluadas para cada Estado son las Restricciones a los poderes gubernamentales, Gobierno abierto, Derechos fundamentales, Orden y seguridad, Cumplimiento regulatorio, Justicia penal y Justicia civil.

Valladares enfatizó que estas instituciones internacionales al momento de hacer sus estudios califican de esa manera con base a las percepciones que tienen los pueblos de sus autoridades, es decir, que lo planteado en este momento constituye al menos el 80% de lo que el pueblo piensa de su gobierno.

Aseguró que el problema radica en la gestión de la dirección del Congreso, la cual está en manos de personas sin experiencia en administración pública ni conocimiento de las leyes o los procedimientos parlamentarios. Esa es la razón por la que el Congreso es calificado como corrupto.

“Existen ejemplos como la violación de los procedimientos internos, la violación de la Constitución de la República, es lo que provoca este tipo de señalamientos desastrosos, que repercuten en la imagen del país para efectos de inversiones de capital extranjero”, aseguró.

En ese sentido, según WJP, el Congreso de Honduras está por debajo de otros nueve países en la lista de los más corruptos, incluidos El Salvador (está en el puesto 140/142) y Guatemala (en el puesto 136/142) en la región centroamericana.

“Si no fuera por todas esas calificaciones que tenemos, aquí tendríamos flujos de capitales, como los tienen Nicaragua incluso, que a pesar del gobierno arbitrario, es receptor de más de 1,500 millones de dólares en inversión extranjera, eso no lo puede decir Honduras, porque ha caído enormemente, y no solo que ya no vienen capital fresco, sino que se están yendo empresas constituidas, ahí es donde repercuten estas calificaciones tan negativas”, reflexionó.

Sugirió a los congresistas de Honduras cambiar sus actitudes, sobre todo en la dirigencia del Congreso, porque las confrontaciones que se observan constantemente se deben a las “actitudes arbitrarias de los que constituyen en este momento la directiva”.

Los indicadores, basados en la posición de Honduras, según el WJP, evidencian un aumento en la corrupción de los tres poderes del Estado, pero, sobre todo, en el Legislativo.

En 2015, el Congreso Nacional de Honduras estaba en la posición 72 (para ese año la medición se hizo solo en 102 países), pero para 2016, un año después, el Legislativo cayó al puesto 85 (se evaluaron 113 naciones) y para 2020, en pandemia, nuevamente bajó, pero esta vez al puesto 122 de 128 países. En ese año apenas estuvo por encima de siete países, pero siempre entre los más corruptos del mundo.

A partir de 2021, el Legislativo bajó un puesto por año, ubicándose entre los 10 con más indicadores de corrupción. Incluso, de seguir así, podría llegar al puesto 142 (la cifra podría variar si se incluyen más países en el análisis), lo que reflejaría aún más que “los marcos normativos son deficientes, no existen sanciones apropiadas y la alta impunidad, que al final tiene como consecuencia los altos niveles de pobreza que vive el pueblo hondureño”, señaló el analista Luis León.

Analizó que al final el problema que tiene Honduras es la falta de políticos con ética y moralidad, que no entienden que el servicio público es para deberse a las personas y no para vivir y aprovecharse de lo público.

“Lo que se percibe ahora es que los políticos están cómodos, no les inquieta que se les trate de corruptos y los hondureños han normalizado la corrupción, porque sabiendo que son corruptos eligen a estas personas, por lo cual, es un problema cultural que se debe romper y eso solo se puede hacer con educación y conciencia cívica ciudadana en valores democráticos”, condenó León.

Como hondureño, lamentó que el país sobresalga internacionalmente por corrupción, por falta de transparencia y por crimen organizado. “Realmente es lastimoso que las autoridades de este país no entiendan la importancia de hacer las cosas bien y de generar mecanismos de rendición de cuentas”.

Obed López, diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), es del criterio que la mayor parte de los estudios que realizan ONG internacionales tienen como propósito desprestigiar al Congreso Nacional, a su presidente y principalmente al partido oficialista.

“Nosotros hemos aceptado que tenemos mucho por mejorar en nuestro país y en nuestras instituciones, pero este Congreso ha caminado más a la transparencia que en los congresos anteriores”, defendió el diputado.

Aseguró que han trabajado fuerte en generar leyes que beneficien al pueblo, en el empleo transparente de los recursos y de subir todos los datos a las plataformas de transparencia, justo de donde estas organizaciones internacionales sacan los datos.

Si bien rechazó el informe, es consciente que se debe mejorar la ejecución de los fondos a través de los diputados, ya que él está en contra de las subvenciones y no hace uso de ellas, porque en todo caso lo debería hacer directamente el Congreso Nacional como institución, no a través de los congresistas.

Fátima Mena, presidenta de la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH), aseguró que en este congreso esperaban transformaciones, pero continúan con los mismos vicios de gobiernos anteriores, por eso no es sorpresa que aparezca en el listado de los más corruptos.

“Lo que se llama el ‘Congreso del pueblo’ deja mucho que desear en materia de transparencia y rendición de cuentas y lo podemos ver en diferentes sentidos, en los procesos de selección y elección de funcionarios que ha sido sin transparencia, sin cronograma, sin reglas claras y con integraciones impuestas a la medida de la bancada del poder y no a través del diálogo”, condenó.

Afirmó que la corrupción de parlamentarios se puede prevenir antes de que lleguen al cargo al Congreso Nacional, pero se necesita voluntad.

“Antes del cargo creemos que es importante que los diputados apoyemos el fortalecimiento de la Unidad de Política Limpia, porque muchos diputados que llegan justamente por dinero ilícito o representan intereses particulares o de grupo. Los pobladores deberían saber quiénes están financiando las campañas”, sugirió.

Para la congresista, la entrega de subsidios o fondos departamentales son una forma “de comprar voluntades”, pues solo le desembolsan “a los que están alineados con el partido de gobierno, el gobierno pasado se los daban a los que estaban alineados con el Partido Nacional”.

Aseguró que es una práctica de corrupción para traficar influencias y comprar voluntades de diputadas y diputados para que tomen decisiones, pero movidos por el dinero.

Cuestionó que no se rinden cuentas con los subsidios o fondos departamentales que se entregan a algunos diputados, por lo que no se sabe qué hacen con ellos y todo eso contribuye para obtener ese puntaje.