Viene una temporada con lluvias que superarán hasta el 60% del promedio

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sofocante calor, los infernales incendios y el humo contaminado han hecho que los hondureños clamen por el inicio de la temporada lluviosa, que este año se retrasó porque la primera quincena de mayo fue completamente seca.

Ahora el panorama será otro, según los expertos consultados por EL HERALDO Plus, ya que se viene una temporada con lluvias por arriba del promedio, es decir, que las precipitaciones serán intensas una vez que inicien.

Francisco Argeñal, jefe del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), explicó que los efectos del fenómeno de El Niño durarán hasta la segunda quince de mayo, entrando luego a condiciones neutras, que se extenderán hasta agosto.

De acuerdo a Cenaos, el fenómeno de El Niño provoca el calentamiento en el océano Pacífico, generando sequía en Honduras, mientras que La Niña provoca enfriamiento en el océano, favoreciendo la formación de más huracanes en el Atlántico.

A finales de agosto e inicios de septiembre entraría el fenómeno de La Niña, es decir, que aumentarán las condiciones lluviosas, precisamente en la temporada ciclónica más activa del Caribe, representando una fuerte amenaza para Honduras.

Todos los modelos meteorológicos estudiados indicaban que las lluvias iban a comenzar tarde, es decir, entre el 15 y 16 de mayo en el sur de Honduras y Tegucigalpa, con caídas por arriba de los promedios que se manejan por región.

Solo en el norte de Honduras se estarán normalizando las lluvias hasta inicios de junio, ya que en esa parte del país comienzan la temporada lluviosa de forma más tardada, indicó Argeñal.

Además, las temperaturas seguirán cálidas en la mayor parte del país.

Cuando se hacen proyecciones por arriba del promedio, significa, por ejemplo, que si en Tegucigalpa llueve normalmente entre 100 y 125 milímetros en mayo, este año se tiene previsto que lloverá entre 150 a 200 milímetros.

De acuerdo a los pronósticos de modelos norteamericanos, junio será lluvioso y con precipitaciones que estarán entre el 40% y 60% arriba del promedio en la zona central de Honduras: Francisco Morazán, Choluteca, Valle, parte de Comayagua y La Paz.

Julio y agosto también serán meses altamente lluviosos, generando que la canícula sea suave, es decir, que la disminución de las lluvias no será tan extensa y muy poco se notará ese periodo.

Generalmente en el centro del país, en julio caen entre 75 a 100 milímetros de agua, pero este año se está pronosticando entre 150 a 200 milímetros, siempre por arriba del promedio, alertó el experto de Cenaos.

Para agosto también se espera el mismo escenario lluvioso, con tormentas superando los promedios normales en la mayor parte del corredor seco, en el sur, centro, oriente y occidente de Honduras.

Mientras que el modelo europeo advierte que en la región central y sur, abarcando toda la frontera con El Salvador y parte con Nicaragua, en la costa del Pacífico, se van a tener lluvias por arriba del promedio.

Lo más recomendable es que los pobladores de esta zona, como en la Costa de los Amates, Alianza, Valle, se preparen y acaten todas las recomendaciones de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco).

La temporada de huracanes inició el 15 de mayo en el océano Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico, extendiéndose hasta el 31 de noviembre. Para Honduras la mayor amenaza viene del Caribe.

Septiembre, octubre y noviembre es cuando Honduras estará más expuesta a huracanes, debido a que estará influenciada por el fenómeno de La Niña, con más de 200 milímetros de agua por arriba del promedio en algunas regiones, alertó Argeñal.

La alertas surgen debido a que todos los modelos pronostican que habrá más actividad ciclónica en el océano Atlántico, por ejemplo, la Universidad de Carolina del Norte proyecta la formación de 15 a 20 tormentas tropicales.

De esa tormentas, 10 o 12 podrían ser huracanes, y de tres a cinco llegar a ser intensos, que podrían llegar a la categoría cinco en la escala de Saffir-Simpson.

El pronóstico de la Universidad de Arizona es muy parecido, al proyectar 21 tormentas tropicales, de las cuales 11 serían huracanes y cinco serían intensos.

Otros pronósticos privados proyectan que este año se estarían formando 23 tormentas, de las cuales 11 serían huracanes y cinco serían intensos.

El modelo europeo alerta que en el Atlántico se pueden formar 23 tormentas tropicales desde julio hasta noviembre, de estas 13 se convertirían en huracanes.

En el Pacífico, durante la temporada ciclónica se podrían formar 15 tormentas tropicales y seis podrían convertirse en huracanes, pero no habrá complicaciones para el país, proyectó Argeñal.

Los análisis del experto indican que en una temporada normal en el Atlántico deberían ocurrir 14 tormentas, siete huracanes y tres huracanes intensos, evidenciando que también los pronósticos de ciclones están por arriba del promedio para este año.

Los estudios comparan que este año se parecerá a 1969, cuando se registró el paso del huracán Francelia, que dejó inundaciones en los departamentos de Cortés, Atlántida y en Islas de la Bahía.

El modelo también es similar al de 1998, cuando se registró el fatídico huracán Mitch, que provocó daños en la infraestructura del país y la muerte de miles de personas.

Otros años parecidos al 2024 que se pueden tomar como referencia son el 2005, momento que se registraron los huracanes Stand, Wilma y Beta, así como la tormenta tropicales Gamma. También se compara con el año 2010, cuando se registró el paso de la tormenta tropical Agatha.

Argeñal indicó que en todo Centroamérica, por las costas de Honduras es por donde más huracanes pasan, y las probabilidades de que llegue una tormenta con nombre a menos de 100 millas de las costas es de un 64% generalmente, pero este año es de un 83%.

Mientras que las probabilidades de un huracán para Honduras generalmente es de un 28%, no obstante, para este año es de un 43%, es decir, que son altas y lo mejor es estar preparados.

Proyectó que al menos un ciclón tropical podría pasar por Honduras este año, principalmente en octubre, cuando las lluvias estarán por arriba del promedio.

Mientras que en noviembre se espera que llueva el doble en la mayor parte del país, por ejemplo, durante este mes, en Tegucigalpa, caen de 50 a 75 milímetros, mientras que para este año se proyectan de 100 a 125 milímetros.

Los fenómenos naturales no van a esperar a que la burocracia termine las obras de mitigación que se paralizan cuando existen las condiciones climáticas favorables para terminarlas y evitar catástrofes.

En la Costa de los Amates, Alianza, Valle, se construyó en paso inundable, es decir, que la vía se interrumpirá cuando llueva, pero al bajar el nivel del río Goascorán, podrán volver a pasar.

Sin embargo, el problema es que no se concluyó la construcción de la borda en la parte alta del río, que es la que evita que comunidades como la de El Cubulero queden anegadas cuando vienen los torrenciales aguaceros.

Mientras que en Cortés y Yoro están atentos a los resultados de los trabajos que se hicieron en los bordos sobre los ríos Chamelecón y Ulúa, con el fin de evitar las inundaciones que se han generado en los años recientes.

Geovanny Molina, jefe del Sistema de Comando de Incidencias (SCI) de Copeco, declaró que en las zonas de mayor riesgo se trabajó durante los últimos meses en obras de mitigación y prevención.

En Santa Bárbara se han hecho unos 80 kilómetros de dragado de los ríos, lo mismo se ha realizado en Villanueva y Omoa, ambos en Cortés, mientras que la municipalidades, como en la capital, también han estado en esas labores.

Detalló que las zonas que se tienen en vigilancia son el Valle de Sula, el Río Chamelecón, el Ulúa, Aguán y Goascorán, que son los más grandes de Honduras y que generan mayores problemas en esta temporada.

Refirió que hay obras que son responsabilidad de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) en varios sectores del país, con el fin de evitar los desastres naturales.

En Tegucigalpa y San Pedro Sula el principal problema son las inundaciones urbanas, debido a que los tragantes están atestado de basura. A pesar de la limpieza, la gente no hace caso y la sigue lanzando desechos a los tragantes.

Molina informó, además, que se han instalado Sistemas de Alerta Temprana (SAT) en la parte alta de los ríos, Aguán y Chamelecón, permitiendo alertar con 16 y hasta con 18 horas de anticipación una crecida.

Explicó que son sistemas digitales que mandan alertas a Copeco y a las Comités de Emergencia Local o Municipal, con indicadores en verde, amarillo y rojo, con el fin de ir tomando medidas de prevención.

También están en monitoreo los ríos Ulúa, Goascorán y Choluteca con láminas de agua y escalas pintadas, para así poder tomar medidas preventivas a tiempo en las partes bajas de las cuencas.