El 4% de los bulos verificados en Honduras fueron generados por IA

El porcentaje puede ser ínfimo, pero en el primer mundo, como en la Unión Europea (UE), el 5% de los bulos verificados también fueron hechos con IA, según el Foro Económico Mundial

La inteligencia artificial (IA) tiene un significativo impacto en las redes sociales.

sáb 22 de junio de 2024 a las 0:0

Tegucigalpa, Honduras.- El fenómeno de la desinformación ha tomado nuevas dimensiones con el avance de la inteligencia artificial (IA), pero ¿por qué?

Porque el grado de coherencia y verosimilitud de los bulos y de la desinformación con base en la IA hace que sea extremadamente difícil para el lector identificar su falsedad.

Los bulos, definidos por la Real Academia Española (RAE) como la “noticia falsa propalada con algún fin”, se han convertido en un arma de manipulación en manos de aquellos que buscan sembrar caos y confusión en la sociedad hondureña, así como en la mundial. Y se ponen en relieve con la IA, un arma de doble filo.

Los registros (entre el 1 de enero y 19 de junio de 2024) del equipo de verificación de EL HERALDO muestran que el 4% de los bulos verificados en Honduras están generados por inteligencia artificial, lo que plantea preocupaciones significativas sobre el impacto y el futuro de la información.

Quizá este porcentaje puede ser ínfimo, pero Honduras, un país rezagado en tecnología, ya tiene problemas como en el primer mundo: en la Unión Europea (UE) el 5% de los bulos verificados son generados por IA, indica un informe del Foro Económico Mundial.

Estas narrativas, entre videos e imágenes, se prenden de temas de expectación en la sociedad: el político, a través de personajes y casos, como el juicio por narcotráfico del expresidente Juan Orlando Hernandez.

Para entender el alcance de este fenómeno, es esencial primero contextualizar la naturaleza de los bulos y su relación con la tecnología de inteligencia artificial.

Una gran amenaza

Tradicionalmente, estos bulos eran creados y propagados manualmente. Sin embargo, con la irrupción de la IA, la creación y difusión de desinformación ha alcanzado niveles de sofisticación sin precedentes.

Si bien esta tecnología permite revolucionar la forma en que se rastrea, identifica y verifica la desinformación, también genera desafíos éticos y morales.

La IA, con su capacidad para generar contenido de manera automatizada, puede ser tanto aliada como enemiga en esta batalla por la verdad.

$!La inteligencia artificial (IA) simula la estética de videos e imagénes como si fuera realidad.

Por un lado, puede ayudar a filtrar y desacreditar bulos con una eficiencia sin precedentes. Por el otro, su capacidad para imitar el lenguaje humano y para realizar ediciones casi perfectas de imágenes, videos y audios, la convierte en una herramienta perfecta para difundir desinformación de manera masiva y camuflajeada.

Por ejemplo, los modelos de lenguaje avanzados como GPT-3 y GPT-4, tienen la capacidad de generar texto que es casi indistinguible del escrito por humanos.

Esto significa que las IA pueden crear desinformación casi imposible de la detección del ojo humano. En el contexto de Honduras, este avance tecnológico presenta desafíos únicos debido a varios factores sociales y tecnológicos.

Honduras, como muchas otras naciones, ha visto un aumento en el uso de redes sociales y plataformas digitales como principales fuentes de información.

Estas plataformas, aunque beneficiosas en muchos aspectos, también son terrenos fértiles para la propagación de bulos.

La accesibilidad y el bajo costo de las tecnologías de IA significan que incluso actores con recursos limitados pueden generar contenido falso de alta calidad.

”La brecha digital entre países de altos y bajos ingresos causará una marcada disparidad en la distribución de beneficios y riesgos”, dijo Caroline Klint, directora comercial para Europa de Marsh McLennan.

”Las sociedades podrían volverse más polarizadas”, agregó.

Esto ha llevado a una situación donde el 4% de los bulos verificados en Honduras por el equipo de verificación de EL HERALDO están directamente atribuidos a la inteligencia artificial.

Implicaciones

Las implicaciones de este dato son profundas. En primer lugar, la presencia de bulos generados por IA socava la confianza pública en los medios de comunicación y las instituciones.

Cuando la gente no puede distinguir entre noticias verdaderas y falsas, la desconfianza generalizada se incrementa, lo que puede llevar a la polarización social y política.

$!La inteligencia artificial (IA) es capaz de crear imagénes y videos en base a textos y códigos.

En Honduras, donde la estabilidad política ya es frágil, la desinformación generada por IA puede exacerbar las tensiones existentes y dificultar aún más el diálogo constructivo.

Además, los bulos generados por IA no solo afectan a la percepción pública, sino que también pueden tener consecuencias tangibles y dañinas.

Por ejemplo, durante períodos de crisis, como desastres naturales o emergencias de salud pública, la difusión de información falsa puede llevar a la desinformación masiva, decisiones erróneas y pánico generalizado.

En un país como Honduras, que es susceptible a huracanes y otras emergencias, la rapidez y precisión de la información es crucial.

Los bulos generados por IA, al ser tan convincentes, pueden empeorar situaciones ya de por sí delicadas.

“En algún momento desmentir un deepfake será tan difícil que tendremos que verificar el contexto”, advirtió Olivia Sohr, de Chequeado de Argentina.

Una alternativa

Para combatir este problema, es esencial un enfoque multifacético. Primero, la educación mediática es crucial. Los ciudadanos deben ser equipados con las herramientas y el conocimiento necesarios para identificar y cuestionar la información que consumen.

Esto incluye la promoción de pensamiento crítico y la enseñanza de técnicas básicas de verificación de hechos. Las instituciones educativas y los medios de comunicación juegan un papel vital en esta tarea.

En segundo lugar, las plataformas digitales y las empresas de tecnología deben asumir una mayor responsabilidad en la detección y eliminación de contenido falso.

Aunque la IA es parte del problema, también puede ser solución. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden ser entrenados para identificar patrones de desinformación y señalarlos para una revisión humana.

Sin embargo, es crucial que estos sistemas sean transparentes y estén sujetos a supervisión para evitar errores y sesgos.

Finalmente, la cooperación internacional es vital. La desinformación es un problema global que no respeta fronteras nacionales.

Honduras puede beneficiarse de colaborar con otras naciones y organizaciones internacionales para compartir conocimientos, tecnologías y mejores prácticas en la lucha contra los bulos generados por IA.

La combinación de educación, tecnología responsable y cooperación internacional es fundamental para mitigar los efectos dañinos de la desinformación y asegurar que la información veraz y precisa prevalezca en la sociedad hondureña.

En conclusión, el hecho de que el 4% de los bulos verificados en Honduras estén generados por inteligencia artificial es un indicativo preocupante de los desafíos que enfrenta el país en la era digital.

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