Amenazado el Parque Los Naranjos por invasión
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus constató en una visita la lotificación de 100 terrenos, algunos con viviendas, en la entrada del área protegida y cerca del río que desemboca en el Lago de Yojoa
La figura del Parque Los Naranjos, en el municipio de Santa Cruz de Yojoa, fue creada mediante el decreto legislativo 152-91 e inaugurado de manera formal al público el 7 de septiembre de 2001.
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LOS NARANJOS, CORTÉS.-A 100 metros del puente hamaca -sobre el canal que abastece a la hidroeléctrica Cañaveral-Río Lindo- de una de las mayores atracciones del Parque Ecoarqueológico Los Naranjos, en el Lago de Yojoa, se aploma una invasión. Ya son 100 los terrenos cercados, bastantes con viviendas construidas y otras en proceso que amenazan la reserva ante la vista de las autoridades, que les han permitido afianzar sus propósitos por casi un año.
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Al proyecto lo bautizaron sus promotores como colonia Marlon Pineda 1 y 2, en honor al alcalde de Santa Cruz de Yojoa, quien ostenta su segundo período en el cargo y está ubicado en un predio propiedad de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
El amenazado Parque Los Naranjos fue creado mediante el decreto 152-91 e inaugurado al público el 7 de septiembre del 2001. Tiene vestigios de una cultura protolenca que habitó en lo que ahora es el Lago de Yojoa hace más de 2,000 años, siendo de las más antiguas de Latinoamérica, según los investigadores. Incluso, la ciudad que existió en el parque y su arquitectura (montículos) data de los años 500 a 800 a.C. (antes de Cristo), por lo que precede por mucho a las emblemáticas Ruinas de Copán.
Además de ser una reserva nacional por su arqueología única, posee una extensa riqueza natural de 150 hectáreas en la que destacan 261 especies de aves registradas y 30 tipos de mamíferos, reptiles y anfibios que podrían verse amenazados por los invasores.
Los promotores del proyecto tienen su naturaleza entre personas humildes, que son los que están más presentes, y otros con mejores ingresos económicos que están a la merced, esperando ver si la invasión se concreta para sacar provecho.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó a la zona para evidenciar el avance de la invasión, posibles daños, conversar con las autoridades y los impulsores del proyecto que amenaza fuertemente a la reserva ecoarqueológica.
Recorrido
Mientras acomodaban leña en un viejo fogón para calentar un poco de café, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus sorprendió a doña Elena y a doña María, habitantes de la invasión Mario Pineda 1 y 2.
Las humildes mujeres atendieron con un poco de temor algunas preguntas sobre las casas que se están construyendo y la forma en cómo decidieron habitar la zona de la reserva. Doña María se dedica a lavar ropa ajena, solo tiene levantado palos y techo en su terreno, está a la espera de una donación de láminas para terminar la casa que tanto anhela. Doña Elena, por su parte, vive en la invasión Mario Pineda 1, pero quiere pasarse para donde su amiga, doña María, aunque sea en un terreno más abajo porque el que tiene no llena sus expectativas.
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Las mujeres explicaron que llevan ahí hace más de nueve meses, están conscientes que el terreno es de la ENEE, pero los promotores de la invasión les dijeron que no había problema, pues las casas están a 50 metros del río Blanco (en la zona le llaman el río Helado) y es una distancia supuestamente prudente para no ocasionar daños al ecosistema.
Sobre los daños al Parque Los Naranjos no están muy familiarizadas, ya que solo tienen prohibido tirar basura y cortar los pocos árboles que siguen en el asentamiento. No tienen idea que, según el mapa del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), el terreno en el que están es un bosque de árboles gualiqueme y guanacaste.
Tampoco tienen mucha conciencia sobre el hecho que los desechos sólidos que ocasionan van al río Blanco y este forma parte de la cuenca del Lago de Yojoa, ocasionando contaminación en la reserva.
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A la par del terreno de doña María están levantando una casa de bloques, un poco más atrás está terminada una vivienda de madera de dos pisos, mientras el terreno que está atrás de su morada está solo cercado. “Esa gente es de Tegucigalpa, no han venido a levantar”, aclaró.
En la invasión se pudo observar a otras personas levantando una casa de materiales, están cómodas y, según explicaron, hace años hubo también una invasión, pero los sacaron. Esta vez están seguros que se quedarán. Estos desalojos estaban a cargo de la ENEE, institución que antes era muy celosa de los terrenos de la zona -a juicio de los mismos pobladores del predio- y más los que involucran al Parque Los Naranjos, por donde pasa el canal que nutre la hidroeléctrica Cañaveral-Río Lindo.
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Los terrenos lotificados están cercados y miden aproximadamente 10 metros de frente por 20 metros de fondo, no tienen servicio de aguas negras y potable, por lo que el río Helado que desemboca directamente al Lago de Yojoa les sirve para sus distintas necesidades.
Algunas casas tienen energía eléctrica, otras no, por lo que dependen mucho de los fogones y, por ende, de obtener leña para encender las llamas que permitan calentar su comida.
Entre las diversas opiniones recopiladas, los moradores explicaron que la mayor parte de los dueños de terrenos sí tienen casa propia o han tenido en otros proyectos, pero saben que la plusvalía en esta región es alta, con terrenos que llegan a valer hasta medio millón de lempiras. “Si los dejan, pasa el tiempo, los venden y otra vez vuelven a buscar zonas para invadir, a muchos le dieron casas en el proyecto Luz y Sal y mire, vendieron las casitas”, explicó uno de los pobladores que por seguridad omitió su identidad.
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La invasión no está escondida, basta ingresar por la calle de tierra que da acceso al parque y se puede ver en el lado derecho las viviendas adyacentes al río Blanco, algunas tapadas por los pocos árboles de gualiqueme y guanacaste. Incluso, unos metros antes de la invasión hay un campo de fútbol que antes usaba la administración del parque para estacionar los buses que venían con las excursiones, pero con el paso del tiempo fueron perdiendo espacio. Se conoció que los invasores sostienen que el terreno se los dio el alcalde Marlon Pineda, pero esa versión no pudo ser confirmada ni descartada porque el edil no contestó llamadas y mensajes.
Hábitat
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó al Parque Ecoarqueológico. Pese a estar en un terreno propiedad de la ENEE, por su valor ambiental y cultural es manejado por el IHAH.
Alexis Guzmán, representante de la zona protegida, explicó que si bien es cierto la invasión está al limite del parque por la ribera del río Helado, entiende la necesidad de las personas por una vivienda. El predio, en efecto, es propiedad de la ENEE, corroboró Guzmán.
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Además, ellos han levantado reportes, pero no les concierne directamente los desalojos. “Hay una parte humana y considero que si están organizados, las autoridades locales y estatales deberían escucharlos”, argumentó el funcionario.
Explicó que el parque en realidad no tiene un cercado, solo existe una iniciativa, pero “a futuro debería realizarse por varios factores, invasiones no habían habido, pero sí actividad humana que causa impacto”.
Argumentó que debe realizarse educación ambiental si se determina dejar esas personas en el límite del parque. Guzmán aprovechó la visita de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus para brindar un recorrido por la zona, destacando lo importante de las 150 hectáreas de ecosistema.
“Hay unas 262 especies de aves entre nativas y migratorias, unos 30 mamíferos como armadillo, cusuco, guatusa, tacuacín, ardilla gris, oso hormiguero enano, mico de noche, mapache, pizote, variedad de anfibios y reptiles, es increíble todo lo que se encuentra”, resaltó.
En relación con la parte arqueológica, detalló lo extenso del parque con al menos 20 montículos de dimensiones variables que pertenecieron a la cultura protolenca entre los 800 a 500 años antes de Cristo. “Pero también hay evidencia de la cultura maya entre los 900 y 1250 d.C (después de Cristo) y también olmeca, por lo que los expertos lo consideran un pequeño mosaico cultural”.
Entre los mayores hallazgos está la figura antropomorfa (humano) sin brazos y cabeza que se considera puede ser de los años 400 a.C. de la cultura olmeca, considerada la madre de todas las culturas.
Se buscó la opinión de las autoridades de la ENEE, pero quedaron en enviar sus respuestas. Al cierre de este artículo no lo habían hecho. No hay duda que la belleza del parque es impresionante y que permitir invasiones podría afectarla.