TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Recibimos de las Fuerzas Armadas de Honduras la cantidad de 190,580,973.08 lempiras, valor que nos corresponde en concepto de la estimación No. 01 del período comprendido del 21 de julio del 2014 al 15 de enero de 2015 para la ejecución del contrato construcción del aeródromo de Río Amarillo”.
“Recibimos de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF AA) la cantidad de 104,710,575.72 lempiras, valor que nos corresponde en concepto de la estimación No. 02 del período comprendido del 16 de enero de 2015 al 15 de mayo de 2015 para la ejecución del contrato construcción del aeródromo de Río Amarillo”.
Así dicen dos recibos firmados por Juan Carlos Cordón Castro, gerente general de la empresa Cordon’s Heavy Equipment, ubicada en la ciudad de El Progreso, Yoro.Ambos documentos, que suman un total de 295,291,548.80 lempiras, son firmados por Cordón Castro, luego que el 15 de enero de 2015 y el 15 de mayo de 2015 le enviara a Fredy Santiago Díaz Zelaya, entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, las notas de remisión por dichos montos.
Este dinero corresponde al contrato -suscrito bajo la modalidad de contratación directa- firmado el 14 de julio del año 2014 por Díaz Zelaya y Cordón Castro para la construcción del aeródromo de Río Amarillo, en Copán, valorado en 335,715,925.86 lempiras; de este monto 43,789,033.81 correspondían al Impuesto Sobre Ventas (ISV), de lo cual los militares estaban exentos.
Entonces, al comparar los recibos antes mencionados y las cifras del contrato se refleja que la constructora recibió 3,364,656.75 lempiras de más.
Una investigación en conjunto de EL HERALDO Plus y La Prensa Premium revela esta y otras irregularidades en la construcción de los aeródromos de Río Amarillo, Celaque, Tela y Choluteca.
Sobrevaloración
En el caso de Río Amarillo, la contratación de la obra -con una longitud de 1,400 metros y 30 metros de ancho- tenía las siguientes especificaciones: la terracería costaría 124,486,850.17 lempiras, el acarreo de material 40,900,227.48; el pavimento de concreto hidráulico 116,392,364.40; administración delegada siete millones y la construcción de la terminal 3,147,450.00, indica el contrato.
Lo anterior hace un total de 291,926,892.05 lempiras.Ingenieros consultados por EL HERALDO Plus y La Prensa Premium hicieron hincapié en el precio pagado por la construcción de la terracería, pues el terreno era plano, por lo que el destronque, la limpieza, remoción de la tierra y excavaciones era poco.Además, las Fuerzas Armadas pusieron el cemento para el tiraje de la carpeta hidráulica y esto no se restó al momento de la liquidación.
Extrañamente, el contratante en la cláusula XV se comprometió a “abastecer el cemento necesario para la obra en la planta de concreto del proyecto con un precio de L 160.00 la bolsa”.Gracias a esta cláusula, Cordon’s Heavy Equipment recibió 23,520 bolsas de cemento valoradas en 3,394,365.75 lempiras y 7,980.15 toneladas de concreto con un valor de 26,367,501.72 lempiras.
Este material fue comprado por el Instituto de Desarrollo Comunitario, Agua y Saneamiento (Ideocas-FHIS) y entregado a las Fuerzas Armadas, que luego trasladó a la constructora.
En la documentación aparece que el 9 de octubre del 2014, Díaz Zelaya y Cordón Castro firmaron una adenda de modificación al contrato estableciendo “que finalizada la obra, el contratante y el contratista conciliarán el valor total en lempiras del cemento entregado y empleado según la carpeta hidráulica del aeródromo, el monto conciliado deberá ser restado del contrato inicial de la presente obra”.
El HERALDO Plus y La Prensa Premium solicitaron a la Secretaría de Defensa copia de los informes de los montos conciliados entre las Fuerzas Armadas y la empresa Cordon’s Heavy Equipment por la cantidad de bolsas de cemento entregas para la construcción de los aeródromo de Río Amarillo, Celaque, Tela y Choluteca, y la respuesta fue que “se ha podido constatar que no existe un informe del monto conciliados entre las Fuerzas Armadas y la constructora Cordon’s Heavy Equipment S. de R.L. por la cantidad de bolsas de cemento que Idecoas FHIS le entregó para la construcción de los aeródromos”.
Ante tal respuesta, este equipo indagó sobre por qué los 29,761,867 lempiras del cemento no se restaron al monto del contrato inicial y las fuentes explicaron que la compañía se comprometió a realizar obras adicionales que nunca ejecutó.
Sobre este punto, Cordón Castro dijo a este equipo que después de terminada la pista de Río Amarillo “hicimos unas obras pequeñas” en la pista del Segundo Batallón de Infantería (ubicado en Támara), pero fuentes militares aseguraron que ahí no se ha hecho ninguna labor desde hace décadas.
Asimismo, en la cláusula número VII del contrato también se estableció que la firma supervisora de la obra sería el Primer Batallón de Ingenieros, pero según fuentes militares, las Fuerzas Armadas dotaron a esta unidad de excavadoras, tractores y volquetas y puso al personal de esta unidad a trabajar en la terracería, elaborando aproximadamente el 40% de esta obra.
En la documentación firmada por Cordón Castro aparecen los trabajos del Primer Batallón de Ingenieros nada más con un valor de 6,618,259.40 lempiras.
Por otro lado, en el contrato se estableció la construcción de una torre de control por un valor de 1,500,000 lempiras, la cual no se edificó; así como la construcción de cuatro compuertas de descarga por un valor de 400,000 lempiras, las que tampoco se construyeron. Estas cantidades tampoco fueron restadas del monto del contrato inicial.
Celaque
Igual sucedió con el contrato de construcción del aeropuerto de Celaque, en Gracias, Lempira, donde el Batallón de Ingenieros realizó gran parte de la terracería de la pista, que tiene una longitud de 1,000 metros y 23 metros de ancho.
Para esta obra a la constructora le entregaron 154,724 bolsas de cemento valoradas, según datos de las Fuerzas Armadas, en 24,755,990.59 lempiras (a 160 lempiras por bolsa), pero de acuerdo con el FHIS son 26,475,594.27 lempiras.
El contrato de este aeródromo fue firmado por el general de brigada Francisco Isaías Álvarez Urbina, jefe del Estado Mayor Conjunto, y Cordón Castro por Cordon’s Heavy Equipment, por un monto de 81,199,996 lempiras, valor que incluía 10,591,303 de ISV.
Para supervisar esta obra, contratada de forma directa, las Fuerzas Armadas asignaron al Primer Batallón de Ingenieros, quien en el proyecto hacía de juez y parte.
En Choluteca
De la misma manera, el 10 de abril de 2017, Francisco Isaías Álvarez Urbina y Cordón Castro firmaron el contrato denominado Construcción y Equipamiento de la Terminal Aérea “Aeródromo Choluteca” por un monto de 35,192, 274.41.
Cuando este contrato se adjudicó de manera directa, la pista de Choluteca ya había sido construida de concreto hidráulico, lo único que la compañía ejecutó fue la terminal de madera y el acceso de la calle a la pista, unos 300 metros lineales con concreto hidráulico, explicó una fuente.
Las Fuerzas Armadas se comprometieron a darle cemento, pero no hay rastros de que se le haya proveído. La supervisión también estuvo bajo la responsabilidad del Primer Batallón de Ingenieros.
Sobre esta investigación, este equipo intentó contactar vía teléfono a Díaz Zelaya, pero no contestó las llamadas.
Auditorías
En un informe de auditoría interna de las Fuerzas Armadas se establece que “al revisar los proyectos se comprobó hubo deficiencias en la contratación de algunas empresas, constructoras, así como en supervisión efectiva en las evaluaciones de las estimaciones y en los cambios que se efectuaron en las construcciones al no modificar los planos, es de hacer notar que las máximas autoridades están haciendo las correcciones pertinentes”.
Se recomendó girar instrucciones a cuatro coroneles “para que procedan a corregir todas las inconsistencias”.
“El no cumplimiento de las normas antes mencionadas ocasiona que no se haya cumplido con los requisitos exigidos para el cumplimiento del proyecto y contrae contra sí responsabilidades administrativas, civiles y penales”, escribió.
Asimismo, dos fuentes militares recordaron que el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) auditó el proyecto de Río Amarillo, pero sostuvieron que la investigación no fue tan objetiva, razón por la cual no se ha firmado y notificado.
EL HERALDO Plus y La Prensa Premium verificaron la existencia de al menos dos de los auditores mencionados por los militares, incluso fuentes a lo interno del TSC confirmaron qué sí existe la auditoría concluida, pero que se desconoce por qué no ha sido notificada.
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