¿Quién es Cristian Nolasco, el comisario que desde niño quería ser policía?
Nolasco llegó con sexto grado a la Policía y luchó hasta graduarse de licenciado en ciencias policiales. No tiene casa ni dinero, pero su recompensa es servir al pueblo
- 06 de diciembre de 2024 a las 17:18
Catacamas, Olancho.- El comisario Cristian Nolasco lleva retratado en su recuerdo los momentos cuando caminaba descalzo por la frontera de la Fraternidad, en San Marcos de Colón, Choluteca, donde miraba a los agentes del orden haciendo su trabajo y decía: “algún día voy a ser policía”.
A pesar de la pobreza y las pocas oportunidades, su meta no le resultó inalcanzable, pues siempre luchó para forjar su futuro y aún lo sigue haciendo dentro de la Policía Nacional, donde se ha formado.
Su nombre es sinónimo de valentía en Honduras desde que se enfrentó el pasado 28 de noviembre a un grupo de hombres armados que estaba afuera de la iglesia San Francisco de Asís, en Catacamas, Olancho. Allí está asignado en este momento.
Nació en El Espino, entre Honduras y Nicaragua, el 12 de septiembre de 1981, hoy tiene 43 años de edad, y todavía recuerda la casita de paja donde vivía. También que para ir a la escuela caminaba descalzo por media o una hora, a veces corría, y ahí se dio cuenta de que le gustaba hacer física.
Su sexto grado lo terminó en otro punto fronterizo, en Trojes, El Paraíso, y a los 18 años decidió buscar la forma de ingresar a la institución policial.
Hoy tiene 24 años de ser un agente del orden de manera ininterrumpida y de forma “orgullosa”, pues expresó que no ha dejado de ser Policía un solo día desde que egresó de su formación.
Lo importante para Nolasco, es que siempre busca sentirse orgulloso de su trabajo y poder retirarse algún día con la cabeza en alto de la institución policial.
“Salir y que cualquier ciudadano lo pueda ver en la calle a uno y poder levantar la frente, porque nosotros tratamos de dar lo mejor para el pueblo, no buscamos ningún tipo de recompensa económica, social, ni de ningún tipo, porque al final la recompensa para nosotros es la paz de los demás”, afirmó en tono seguro.
Él quiere que los hondureños lo recuerden como el policía que los salvó, que los ayudó, o que les aplicó la ley sin miedo, con honradez, con principios, muy educado y con mucho profesionalismo.
Contó que tiene cinco años de estar casado, ya que dio este importante paso de su vida a los 38 años de edad, y ahora es padre de tres hermosas niñas que siempre lo esperan en casa.
Formación
Su carrera policial comenzó en “Los Cobras”, que lo define como el “Comando de Operaciones Bélicas Rastreadoras Antiterroristas, vencer o morir”, de ahí fue creciendo de a poco, porque llegó a la Policía con apenas el sexto grado, es decir, educación primaria.
Por eso, la frase “vencer o morir” la usó cuando pidió a los hombres armados que mostraran sus permisos de portación de armas, algunas de grueso calibre.
“Soy policía y estoy formado para vencer o morir. Si disparan, yo disparo”, les advirtió en medio del altercado, que terminó en el decomiso de casi una veintena de armas, algunas de grueso calibre. Ahora buscan a los hombres bajo la operación con la misma frase.
De pequeño él miraba a los subinspectores con un rombito en sus hombros y decía que algún día llegaría a ese rango, pero tenía la limitante de que su grado educativo era bajo, porque no había cursado la secundaria completa.
Inspirado en seguir creciendo en su oficio como policía, estuvo cinco años en la escala básica y decidió seguir estudiando, hasta terminar la secundaria completa y volver a la Academia Nacional de Policía (Anapo), donde se formó como caballero cadete.
Al cumplir su cuarto año como cadete se logró graduar en el primer lugar como subinspector de Policía y como licenciado en Ciencias Policiales, cumpliendo su primer sueño de ascenso.
Luego fue asignado a diferentes unidades policiales, volviendo como oficial a “Los Cobras”; estuvo en la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos (DNSPF) y ha salido a capacitarse a otras ciudades del mundo, llegando al rango de comisario.
“He viajado por el mundo capacitándome gracias a la institucionalidad, lógicamente, no he pagado nada porque no tengo dinero, con costo tengo un carro malito que está por allí, que no lo he ni reparado, no tengo casa, pero vamos trabajando siempre de la mano de Dios”, declaró a EL HERALDO Plus.
Con su lema “vencer o morir” el comisario de policía, Cristian Nolasco, siempre busca hacer las cosas bien, para ser un ejemplo ante sus compañeros y que la ciudadanía se dé cuenta que sí hay policías buenos.