Actualmente, los cargamentos de cocaína siguen llegando vía aérea y marítima, a tal extremo que en informes conjuntos de inteligencia de 2021, Honduras aparece como la cuarta nación en el Caribe con más alertas de arribo de droga procedente de América del Sur.
Leandro Osorio, comisionado de Policía en condición de retiro, sostuvo que en la última década el narcotráfico se fortaleció tanto en Honduras que de puente pasó a ser un productor de narcóticos.
Osorio, con apoyo de la fiscalía, el 31 de enero de 2014 desbarató un invernadero de producción de amapola y un na rcolaboratorio que se había instalado en la comunidad de La Cumbre, La Iguala, Lempira.
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Cargamentos
Los informes sobre tráfico de drogas en la región y ahora también las declaraciones de los fiscales en las cortes de Estados Unidos revelan cómo las aguas hondureñas en el Caribe y La Mosquitia, departamento de Gracias a Dios, continúan siendo el epicentro de la llegada de cargamentos de estupefacientes, a pesar de los esfuerzos por un control.Entre los años 2006 y 2012, las trazas de las narcoavionetas procedentes de América del Sur hacia La Mosquitia se incrementaron, pero luego de que Estados Unidos fortaleciera su vigilancia en la zona y comenzara en el 2014 con las extradiciones de los cabecillas de los carteles, sus sustitutos desviaron su ruta hacia República Dominicana y Puerto Rico.
De acuerdo con un informe de inteligencia regional 2021, en el Caribe hay seis países que reciben droga: primero está República Dominicana, luego Puerto Rico, Costa Rica, Honduras, Guatemala y Panamá.
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Los datos exponen que la persecución de Estados Unidos a los capos, quienes habían convertido a La Mosquitia y gran parte del litoral atlántico en su centro de operaciones, tuvo un impacto al menos en las estadísticas, porque en la realidad el tráfico de droga en esa zona todavía sigue muy activo, aseguraron líderes misquitos consultados por EL HERALDO.
El 3 de febrero de 2021, las autoridades hondureñas con apoyo de Estados Unidos decomisaron 1.3 toneladas de cocaína que eran transportadas en el barco identificado como Kabu Payaska, que cubre la ruta La Ceiba, Islas de la Bahía y Puerto Lempira.
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Impacto
El único impacto que la población de La Mosquitia percibe sobre la lucha contra el tráfico de drogas es que ha bajado la violencia y ya no se ven hombres fuertemente armados como sucedía anteriormente.“No es como antes, pero las avionetas siguen cayendo en Brus Laguna, Palacios, Tabacunta, Guarunta, Dulzuna y otros sectores de la zona”, dijo uno de los líderes.
También hay descargas que se realizan en la costa atlántica para luego ser trasladadas vía terrestre a Guatemala, México y su destino final, Estados Unidos, explicó.
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Sobre cuáles son los carteles que siguen operando en la región, los líderes misquitos coincidieron en los Haylock, los Paisano, los Almendárez y los Elvir, este último en menor escala desde que su cabecilla se refugiara en otro país para evitar la extradición.
Otra banda que mencionaron fue la de Óscar Aragón Everest u Óscar Everest Aragón y la de los Simpson, quienes tienen su fortaleza en la región misquita.
El testimonio de un exmiembro del Quinto Batallón de Infantería -ubicado en Mocorón- brindado hace tres años a este medio de comunicación reveló cómo el narcotráfico se fue apoderando de este sector olvidado del país gracias a la complicidad de los comandantes de la mencionada unidad militar.
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En su relato, el exmilitar recordó que “don Marcos (Elvir) le enviaba hasta 20,000 dólares a los comandantes del Quinto Batallón”.
Asimismo, rememoró cómo un individuo conductor de los comandantes que llegaban al Quinto Batallón hacía de enlace entre sus jefes y los líderes de los carteles.
EL HERALDO constató que el mencionado motorista fue llamado a declarar al Ministerio Público sobre las actividades ilícitas de sus jefes, pero la Fiscalía nunca procedió contra los altos oficiales señalados de recibir sobornos para que los narcotraficantes trabajaran sin ser molestados.
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Desmantelamiento
En marzo de 2011, la Policía por primera vez desbarató un narcolaboratorio en la aldea Cerro Negro, Omoa, Cortés. Era el primer indicio de que el narcotráfico estaba evolucionando en el país. Posteriormente, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, se conoció que esta instalación perteneció al narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez.Tres años después, exactamente el 31 de enero de 2014, la Policía destruyó un segundo narcolaboratorio que tenía su propio sembradío de plantas de coca en la aldea La Cumbre, La Iguala, Lempira. Un mes después se dio con otro narcolaboratorio en una montaña de Nueva Arcadia, Copán.
Desde entonces, las autoridades antidrogas no han parado de encontrar y destruir plantaciones de amapola, así como instalaciones de procesamiento de droga. Los cultivos de amapola y los narcolaboratorios han sido detectados también en Colón, Yoro y Olancho.
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El pasado lunes, la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA) y la Unidad de Comando de Operaciones Especiales (COE) encontraron en la aldea La Pedragoza, Iriona, Colón, otro narcolaboratorio con precursores químicos para elaborar pasta de cocaína, así como una plantación de 140 mil arbustos de coca.
Solamente en este año 2021 ha erradicado un total de 613,125 arbustos de coca cultivados en aproximadamente 80 hectáreas, en diferentes puntos de país.
De acuerdo con Osorio, antes “éramos un país puente, ahora ha cambiado, somos un país productor y no lo digo yo, lo dicen instituciones de Estados Unidos, lo dicen los informes de que Honduras es considerado como uno de los países puente y productor de drogas”.
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Aseguró que, a nivel internacional, a Honduras lo están colocando al lado de Tailandia, Birmania, México, Colombia, Bolivia. Estamos ya en otro estatus.
Aseguró que la lucha contra las drogas ha tenido su impacto, pero el narcotráfico, al igual que las maras y pandillas y crimen organizado, rápidamente se reacomoda, “por eso es que miramos muertes de personas que se disputan el poder de la estructura. Varios que antes eran subalternos buscan la forma de ascender y ahí surge la violencia”.
En el tráfico de drogas La Mosquitia, por su ubicación geográfica, sigue siendo un lugar utilizado por los narcotraficantes para desembarcar y trasladar la droga, pero por otro lado el desmantelamiento de narcolaboratorios y cultivos de plantas de coca “significa que los narcotraficante están evolucionando”. Para combatirlos se necesita de una política pública bien definida sobre la materia, además de acciones contundentes, añadió Osorio.
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