Daño

Lago de Yojoa, ‘área de usos múltiples’ descontrolada

01.03.2022
El Lago de Yojoa pasó de ser una zona protegida a un “área de usos múltiples” que puede ser explotada debido a su contribución a la economía, la Ley de Hondulago y su reglamento están pintados

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- De estar estipulada legalmente como un “área se usos múltiples” se convirtió en un “arca abierta”, donde cualquiera sin restricciones puede disponer de los recursos naturales que ofrece el Lago de Yojoa.

La excesiva permisividad a la mano del hombre repercute en la reserva de agua dulce más grande de Honduras, al punto de estar contaminada.

Plomo, zinc, cadmio, cobre, heces humanas y de animales, residuos de productos químicos, entre una gran variedad de contaminantes, han sido reportados en varios informes nacionales e internacionales, pero no hay acciones para contrarrestar esta situación.

La presión por la obtención de algún beneficio, ya sea turístico, agrícola, minero, ganadero y energético, es preocupante a medida pasan los años.

Al menos 11 instituciones del Estado están obligadas a la protección del Lago de Yojoa, pero no ejecutan acciones, según constató la Unidad Investigativa de EL HERALDO.

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La hidroeléctrica Cañaveral es uno de los proyectos que más agua del Lago de Yojoa consume a diario sin importar la época del año.

Legislación

Yoco-Ha, o “agua acumulada sobre tierra”, es el nombre con el que los mayas bautizaron al Lago de Yojoa, ubicado entre los departamentos de Cortés, Santa Bárbara y Comayagua.

Con una de las bellezas escénicas más impresionantes de Honduras, el Lago de Yojoa conserva miles de especies de animales, algunas endémicas, como el Colibrí Esmeralda o la Rana Cristal, que se suman a un grupo de especies exclusivas.

Declarado como zona protegida en 1971 y como Humedal de importancia internacional por la Convención Ramsar sobre Humedales. Posteriormente pasó a ser “área de usos múltiples”, en 1975, que no es otra cosa que un espacio para la protección de recursos, pero que puede ser explotada debido a su contribución a la economía social del país.

A partir de ahí la explotación en la zona trató de ser controlada con un “Plan de manejo de usos múltiples” diseminado en dos etapas. La iniciativa involucró una gran cantidad de instituciones del Estado que no cumplieron con sus obligaciones de conservación y protección.

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Hoteles y restaurantes mantienen actividades en las cercanías del Lago de Yojoa y su proliferación va en aumento todos los años.

Permisos ambientales para la explotación de minas, ganadería, agricultura, cosecha de peces y una proliferación de hoteles y restaurantes -que hoy sobrepasan los 200-, más el incremento en la población que roza los 85 mil habitantes, solo en las cercanías, ejerce una presión en la zona.

El fracaso en la iniciativa repercutió en la contaminación y la reducción del espejo de agua, que ha sido evidenciada desde los años noventa en una gran cantidad de estudios que muestran el avance del daño.

Fue así que -nuevamente- el daño en la cuenca del Lago de Yojoa llamó la atención de las autoridades, quienes crearon el 21 de noviembre del 2007 la Ley de Protección de la Cuenca del Lago de Yojoa, Hondulago, bajo el decreto número 46-2007, orientada a la protección de la zona.

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Dos años después, en 2009, incluso crearon un amplio reglamento para controlar las actividades humanas en la zona y evitar un daño ecológico irreversible para el lago más grande de Honduras.

En el papel, la ley es plasmada como una maravilla que incluye la participación de 11 instituciones del Estado: INA, Esnacifor, Recursos Naturales y Mi Ambiente; Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización; SAG, Turismo, Sesal, Artes y Deportes, ICF, ENEE, Educación y hasta el presidente de la República, además de una gran cantidad de asociaciones civiles inscritas. Todas se comprometieron a conservar la zona ante la amenaza del hombre.

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El embalse Yure es uno de los recolectores de agua que sirven de afluente al Lago de Yojoa, actualmente sus compuertas están cerradas.

Desinterés

La Ley de Hondulago se creó con un presupuesto anual que en vez de aumentarse se comenzó a reducir desde 2009, quedando únicamente para pagar planillas.

Entre las obligaciones de Hondulago y sus participantes estaban “establecer las bases institucionales, técnicas y operativas; los principios, regulaciones y disposiciones para la gestión sostenible de la cuenca el Lago de Yojoa y sus recursos naturales renovables y no renovables”. Pero eso no es todo, con el Reglamento General de la Ley de Protección de la Cuenca del Lago de Yojoa, de 2009, se pretendió controlar cualquier actividad en la zona, aunque continuó manteniendo su estatus de “área de usos múltiples” para la economía.

Al final fueron 71 artículos en un amplio reglamento de ley con bondades, planes de manejo, protección, conservación, reuniones, presupuesto, lineamientos y hasta la creación del Consejo de Política y Planificación del Lago de Yojoa (ConplanYojoa), que a la fecha no muestran ningún efecto.

A simple vista el daño en el Lago de Yojoa es notorio. La situación es evidenciada en decenas de estudios e informes nacionales e internacionales que revelan que el daño en la cuenca es permanente y que la contaminación ocasiona severos daños a la conservación del espejo de agua dulce más grande de Honduras.

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La belleza escénica del Lago de Yojoa es impresionante por lo que urge que se pongan en práctica las leyes de protección a la zona ambiental.