Terminal de gas en Puerto Cortés, un proyecto de alto riesgo ambiental
Como la terminal de gas está en categoría 3 y 4 por el riesgo ambiental debe tener un estudio del impacto y la evaluación de un equipo interdisciplinario
- 06 de diciembre de 2024 a las 18:30
Puerto Cortés, Honduras.- Cinco barrios de Puerto Cortés decidirán este sábado sobre la construcción de una terminal de Gas Natural Licuado (GNL), que se encuentra dentro de los proyectos de mayor riesgo ambiental, tanto en la ejecución así como los peligros en caso de accidente.
El Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental define que los proyectos, de acuerdo con su peligrosidad, se dividen en categorías, por lo que deben cumplir requisitos para su ejecución.
Por ejemplo, en la categoría 1 y 2 se necesita un Diagnóstico Ambiental Cualificado (DAC) para ver la cantidad de especies en la zona, el tipo de vegetación y hacer un recuento rápido de la población.
“Luego, en los monitoreos lo que se hace es volver a hacer ese conteo para ver si la población, ya sea vegetal o animal, ha sido afectada”, afirmó en diálogo con EL HERALDO Plus el ambientalista Pedro Landa, quien también forma parte de la Red Hondureña por Escazú.
En la categoría 3-4, que es en la que se encuentra la construcción de la terminal de gas licuado, se necesita la evaluación de impacto ambiental y las valoraciones de un equipo interdisciplinario —conformado por varias instituciones, como la Secretaría de Salud, Copeco, Fuerzas Armadas, Secretaría de Recursos Naturales, la Dirección de Evaluación y Control Ambiental—, para que desde su experticia valoren los impactos.
“Este tipo de proyectos se consideran de alto riesgo, precisamente por la ampliación del daño que puede ocurrir en caso de un eventual accidente o una confusión y contingencia. Entonces, estos son los proyectos que son más restrictivos y que tienen que ser más vigilados, más supervisados y que tienen que poner los controles más estrictos”, advirtió Landa.
Esto deja muchas preguntas sobre el proyecto que piensa ejecutar la empresa Génesis Energías, en La Puntilla, en la península de Puerto Cortés, pues este rotativo evidenció que no hay una licencia ambiental ni un estudio de factibilidad.
Lo que sí se conoce es que la empresa arrendó el terreno (que mide 78,500 metros cuadrados de tierra) por los próximos 30 años y que, en caso de ser puesto a la venta, se debe asegurar el acceso prioritario frente a cualquier oferta de terceros.
Cuestionamientos
Para Landa, si no existe una licencia ambiental tampoco hay un estudio de factibilidad, lo que, a su criterio, significa que el cabildo abierto que se realizará este sábado está “manipulado”, porque las empresas deben socializar el proyecto en su totalidad, no solo con los beneficios sino los posibles daños.
Puso de ejemplo el caso de Gases del Caribe en Omoa, ya que identificaron que en caso de explosión de una de las esferas podría afectar un radio aproximado de 12 kilómetros cuadrados.
“Eso también habría que ver porque la Ley de Municipalidades dice que los cabildos se pueden hacer de manera municipal o sectorial con las personas directamente interesadas, pero en este caso, toda la población de Cortés es directamente interesada, no solo los vecinos que están al par de esta planta de distribución”, advirtió.
El proyecto, según evidenció este rotativo, se consultará con cinco barrios de Puerto Cortés: Campo Rojo, Los Mangos y San Ramón (están más cercanos a la zona donde se pretende construir la terminal, según la alcaldesa María Luisa Martell). También fueron llamados pobladores de San Isidro y Suyapa. Se desconoce el número de personas convocadas al cabildo.
Ante esta situación, Landa, condenó que “esa es toda la práctica, la mala práctica que han hecho este tipo de empresas aquí en el país, que obtienen el permiso social, que se llama la licencia social, a través de un cabildo abierto, manipulado como este, que solo se está seleccionando a una población muy pequeña y que no es representativa de la población que puede ser afectada. Entonces ya desde ahí hay un vicio de ley”.
EL HERALDO Plus denunció que había opacidad y cuestionamientos en torno a la operación con Génesis Energía, la empresa encargada del abastecimiento de gas licuado a la planta generadora de energía Brassavola, que tiene un contrato de generación de 240 megawatts con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
La Comercializadora de Electricidad Centroamericana de Honduras S.A. (Cechsa), a cargo del proyecto energético de Brassavola, es la encargada de construir, operar y mantener un proyecto de generación eléctrica de 150 MW de capacidad, a base de carbón, pero luego se cambió a diesel y finalmente a gas natural, por medio de una adenda que se debe aprobar en el Congreso Nacional.
De allí viene el contrato con Génesis Energías, que debe invertir unos 200 millones de dólares (5,000 millones de lempiras al cambio actual) para el suministro de gas licuado, por eso necesita construir y poner en operación la terminal de gas.
Como la planta se pretende construir en Puerto Cortés y las instalaciones de Brassavola están en Villanueva, Cortés, a 80 kilómetros de distancia, también debe llevar el gas en camiones por la carretera.
Sobre el proyecto también fue consultada la alcaldesa de ese municipio, pero aseguró que su función era convocar a un cabildo abierto, por lo que las negociaciones con Génesis Energías son “territorio portuario y el territorio portuario es del Estado. Porque portuario es nacional, es del Estado. Nosotros ahí no nos entramos más. Por eso le digo, nosotros no nos metemos en aprobación o no aprobación de este proyecto”.
Normativa internacional
Por ser un proyecto de alta peligrosidad, la construcción de una terminal de gas licuado en Puerto Cortés no solo debe cumplir los lineamientos establecidos en el Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental, sino también las normas internacionales para reducir los riesgos ambientales.
Las Guías Ambientales, de Salud y Seguridad para Instalaciones de Gas Natural Licuado (GNL) de la Corporación Financiera Internacional, parte del Banco Mundial, publicadas en 2017, señalan una serie de riesgos ambientales asociados a las emisiones de metano y posibles derrames durante su transporte y almacenamiento.
Se enfrentan riesgos desde el transporte marítimo del combustible hacia la terminal. Las colisiones o fallas estructurales en los buques podrían causar derrames significativos de GNL en el mar, indica el documento, lo que podría alterar la temperatura del agua y dañar la biodiversidad marina y provocar explosiones físicas en áreas localizadas.
Landa también se refirió al tema, asegurando que “las emanaciones fugitivas, lo que generan es contaminación del aire, o sea, la calidad del aire se daña y eso puede provocar la muerte de algunas especies que son más sensibles”, como abejas y mariposas, que ayudan a la polinización. También aseguró que con el calor que hace en Puerto Cortés, ubicado en el Caribe de Honduras, hace más presión en los tanques, entonces deben instalar sistemas de enfriamiento y de alerta ante emergencias contra fuegos químicos.
Referente a la carga y descarga en la terminal portuaria, hay riesgo de fugas y derrames durante la transferencia, como fugas en las conexiones, válvulas o mangueras utilizadas para la transferencia del GNL desde los buques a las unidades flotantes.
En tanto, los derrames accidentales pueden ocasionar nubes de metano si el GNL se evapora o explosiones por transición rápida de fase (RPT) si entra en contacto con agua.
Con respecto al almacenamiento en unidades flotantes, si no se gestiona adecuadamente se pueden registrar emisiones constantes de metano. Además, hay riesgo de corrosión o fallas en tanques de almacenamiento, válvulas y tuberías si no tienen la calidad adecuada. Las fugas pueden liberar grandes volúmenes de gas a la atmósfera o al mar, señala la guía.
En lo que concierte al transporte terrestre hacia la planta, las unidades pueden enfrentar colisiones o accidentes en carretera. Un choque de impacto puede derivar en explosiones o incendios si el gas entra en contacto con una fuente de ignición. Si solo ocurren derrames de GNL en tierra, el suelo se enfriaría rápidamente y, dependiendo de la zona, la vegetación se verá afectada.
Cabe señalar que en el caso de Honduras se pretende trasladar el combustible desde Puerto Cortés a la planta de energía de Brassavola en Villanueva, Cortés. Para ello no se habilitará ninguna vía exclusiva, como recomiendan los expertos. Analistas calculan que a diario circularían 47 camiones cargados de GNL.
Sobre este caso, Génesis Energías defendió que ha diseñado un esquema logístico seguro y eficiente para el transporte del GNL desde Puerto Cortés hasta la planta Brassavola en Villanueva, “utilizando camiones criogénicos bajo estándares internacionales de seguridad y sostenibilidad”.
“Este plan fue desarrollado con el acompañamiento de expertos internacionales y contempla la minimización del impacto en el tráfico vial en las rutas establecidas”, argumentó la empresa.
Marvin Melgar, experto en estructuración de proyectos, indicó que con la construcción de la terminal de gas existen dos tipos de riesgos: los ambientales y el riesgo de seguridad.
Sobre el primer caso dijo que el gas licuado tiene problemas de almacenamiento porque pueden liberar emisiones de gases a la atmósfera, pues son contaminantes del aire que pueden generar neblina y afectar a las poblaciones.
“Se calcula que son cuarenta y fracción que van a salir diariamente para dotar la planta en Brassavola, eso quiere decir que no solo los tanques de almacenaje en el barco sino también los vehículos de almacenaje que van a la zona de Villanueva a hacer la recarga de los motores para su funcionamiento”, dijo.
También habló sobre el llenado y vaciado de los tanques porque puede haber escape de vapores, que son referentes a los riesgos de la seguridad.
“Estos proyectos de terminales de gaseosos siempre tienden a tener los residuos peligrosos, que son todos los procesos de almacenamiento en tanques”, dijo al advertir que hay mayor complicación por la volatilidad del GNL, que puede provocar incendios y explosiones.
El experto mostró su preocupación sobre la supervisión del proyecto, sobre todo porque se piensa ejecutar bajo un contrato de arrendamiento y se desconoce quién los supervisará.
Ante esto dijo que se debe evaluar si tendrán planes de emergencia (para el tema ambiental y posibles derrames ambientales y riesgos en la periferia), unidades de recuperación de vapores, plantas de valorización de residuos y la formación del personal que manejará la operatividad, así como la formación de la población para saber cómo actuar en casos de emergencia.
EL HERALDO Plus intentó comunicarse con Lucky Medina, secretario de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), para consultarle sobre estas inquietudes de los expertos y también detalles del proyecto, pero no contestó las llamadas ni mensajes.
La población votará este sábado para definir si procede o no la construcción de la terminal de gas, aunque expertos muestran su preocupación porque en caso de haber un accidente no solo traerá complicaciones para los pobladores de la zona, sino para todo el municipio y para Honduras.