Inglaterra
La historia de amor entre Harry de Inglaterra y Meghan Markle inició con una cita a ciegas en julio de 2016. Una amiga que ambos tienen en común organizó el encuentro en el que la actriz lo único que preguntó fue si el chico era agradable, porque sino, eso no iba a tener sentido. Pero lo tuvo, y mucho, porque luego del primer encuentro siguieron viéndose, hasta que el príncipe, a finales de ese mismo mes, la invitó a un viaje a Botswana, que terminó uniéndolos más.
Si bien la familia real no se tomó muy en serio que el príncipe llevara a la actriz a África, puesto que en otras ocasiones ya había invitado a otras conquistas, lo que no sabía es que entre ellos se cocinaba un amor que terminaría en boda.
Así los dos enamorados iniciaron una relación a distancia que alternaron entre viajes a Toronto (donde Markle grababa la serie Suits) y Londres, con algunas escapadas del príncipe mientras hacía viajes oficiales. Estos encuentros intermitentes despertaron los rumores de la prensa internacional, que por semanas estuvo especulando sobre el posible romance y que también dio trabajo a los paparazzis, que querían hacerse de la primera foto de los tórtolos.
El Palacio de Kensington no tardó en pronunciarse y en noviembre tuvo que salir al paso con el anuncio de que Harry y Meghan eran novios, principalmente porque el príncipe estaba preocupado por la seguridad de la actriz.
Y entre la confirmación de la relación y la celebración de la Navidad en la que cada quien estuvo con su familia, llegó el fin de año y un nuevo viaje para la pareja, que decidió recibir 2017 en un destino en Noruega. Y así transcurrió un año en el que el miembro de la realeza británica siguió con su agenda y sus viajes a ver a su novia; mientras la actriz seguía con su trabajo para la televisión. Hasta que llegaron los últimos meses de 2017 que dieron paso a otra etapa en la vida de los novios: el anuncio de su compromiso.
A finales de noviembre, tras un año de asumirse oficialmente el noviazgo, el príncipe Carlos de Inglaterra dio a conocer que su hijo menor estaba comprometido con Meghan Markle y que la boda sería en la primavera de 2018. Esa Navidad de 2017, la actriz se convirtió en la primera prometida en acompañar a la familia real en su celebración de Navidad en Sandringham.
¿Cómo se conocieron?
Antes de conocerse, Harry de Inglaterra y Meghan Markle habían estado en otras relaciones. El príncipe en noviazgos más o menos serios con mujeres de la sociedad británica, modelos o cantantes; y la actriz, quizá menos activa en esto del amor, pero con un divorcio a cuestas.
Julio de 2016 marcó un cambio radical para sus vidas y el chico alocado y alegre de la realeza británica finalmente conoció al amor de su vida en una cita a ciegas que tuvo lugar en Londres, ciudad a la que llegó la actriz a ver un partido de su amiga Serena Williams. Ninguno de los dos sabía mucho del otro, pero una cita bastó para saber que querían seguir viéndose.
La historia de amor entre Harry de Inglaterra y Meghan Markle inició con una cita a ciegas en julio de 2016. Una amiga que ambos tienen en común organizó el encuentro en el que la actriz lo único que preguntó fue si el chico era agradable, porque sino, eso no iba a tener sentido. Pero lo tuvo, y mucho, porque luego del primer encuentro siguieron viéndose, hasta que el príncipe, a finales de ese mismo mes, la invitó a un viaje a Botswana, que terminó uniéndolos más.
Si bien la familia real no se tomó muy en serio que el príncipe llevara a la actriz a África, puesto que en otras ocasiones ya había invitado a otras conquistas, lo que no sabía es que entre ellos se cocinaba un amor que terminaría en boda.
Así los dos enamorados iniciaron una relación a distancia que alternaron entre viajes a Toronto (donde Markle grababa la serie Suits) y Londres, con algunas escapadas del príncipe mientras hacía viajes oficiales. Estos encuentros intermitentes despertaron los rumores de la prensa internacional, que por semanas estuvo especulando sobre el posible romance y que también dio trabajo a los paparazzis, que querían hacerse de la primera foto de los tórtolos.
El Palacio de Kensington no tardó en pronunciarse y en noviembre tuvo que salir al paso con el anuncio de que Harry y Meghan eran novios, principalmente porque el príncipe estaba preocupado por la seguridad de la actriz.
Y entre la confirmación de la relación y la celebración de la Navidad en la que cada quien estuvo con su familia, llegó el fin de año y un nuevo viaje para la pareja, que decidió recibir 2017 en un destino en Noruega. Y así transcurrió un año en el que el miembro de la realeza británica siguió con su agenda y sus viajes a ver a su novia; mientras la actriz seguía con su trabajo para la televisión. Hasta que llegaron los últimos meses de 2017 que dieron paso a otra etapa en la vida de los novios: el anuncio de su compromiso.
A finales de noviembre, tras un año de asumirse oficialmente el noviazgo, el príncipe Carlos de Inglaterra dio a conocer que su hijo menor estaba comprometido con Meghan Markle y que la boda sería en la primavera de 2018. Esa Navidad de 2017, la actriz se convirtió en la primera prometida en acompañar a la familia real en su celebración de Navidad en Sandringham.
¿Cómo se conocieron?
Antes de conocerse, Harry de Inglaterra y Meghan Markle habían estado en otras relaciones. El príncipe en noviazgos más o menos serios con mujeres de la sociedad británica, modelos o cantantes; y la actriz, quizá menos activa en esto del amor, pero con un divorcio a cuestas.
Julio de 2016 marcó un cambio radical para sus vidas y el chico alocado y alegre de la realeza británica finalmente conoció al amor de su vida en una cita a ciegas que tuvo lugar en Londres, ciudad a la que llegó la actriz a ver un partido de su amiga Serena Williams. Ninguno de los dos sabía mucho del otro, pero una cita bastó para saber que querían seguir viéndose.