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'Desde que vivo en Honduras me inspiro en la cultura de este país”

Laurent Bourgogne, conocido en el rubro artístico como Lomax, es un francés que actualmente radica en Honduras como maestro de secundaria y a la vez disfruta de provocar sentimientos por medio de creaciones en acrílico y tinta

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18.12.2018

Tegucigalpa, Honduras
No cabe duda, el arte no tiene fronteras. Honduras ha sido cuna de muchos creadores natales que han sabido exteriorizar sus obras de una u otra forma, pero a la vez es un destino que aloja una diversidad de artistas extranjeros, como Laurent Bourgogne.

El francés radicado en el país desde hace poco más de un año llegó en compañía de su esposa para trabajar juntos en el Liceo Franco Hondureño (LFH), pero lo que no todos saben es que en el ámbito artístico internacional es conocido como el pintor Lomax.

¿Qué lo trajo a desempeñarse en un país tan alejado del suyo?
Yo llegué a Honduras en septiembre del 2017 debido a que mi esposa aceptó la oportunidad de desempeñarse como directora de la primaria del Liceo Franco Hondureño (LFH). Desde entonces trabajo junto a ella en el instituto, a diferencia de que doy clases de historia, geografía y arte.

Dentro de su faceta artística, ¿cómo fue que nació la figura del pintor Lomax?
Comencé a pintar cuando fui a la Universidad de Historia del Arte en los años 80. Mi hermano mayor fue un pintor reconocido en Francia y ambos fuimos parte de un colectivo en donde hicimos pintura, performances, videos y música. Mi motivaticón fue pintar junto a él y el colectivo Rebello (un movimiento de rock alternativo).

¿Qué tipo de técnicas y materiales emplea en sus obras?
Lo que usualmente utilizo es pintura en aerosol, acrílico, marcador, corrector, xileno y óxido de titanio sobre telas. Los empleo con pincel, espátula, esponja, e inclusive, mis propias manos. Trabajo sobre grandes y medianos tamaños, y con mucho colores. Puedo decir que mi pintura es muy viva y animada.

¿Qué temáticas suele abordar como discurso en sus pinturas?
Mi trabajo no impone nada, al contrario, propone al espectador un enlace o viaje hacia un universo libre de todo obstáculo teórico. Invito a los observadores de mi obra a imaginar por medio de algunas telas importantes eventos históricos (el poder de los países, la guerra, la esclavitud...). No quiero denunciar nada, pero incentivo la reflexión.

¿En qué países del mundo ha tenido la oportunidad de compartir su obra?
He hecho exposiciones en Francia, Bolivia y Madagascar, lugares en los que he tenido la oportunidad de vivir. Durante mi estancia en Honduras exhibí algunas piezas en la Alianza Francesa de Tegucigalpa como parte de la muestra “Media noche menos ocho kilómetros” que fue inaugurada en febrero con el apoyo de la Embajada de Francia; y en abril tuve una exposición de una semana en la Casa Quinchon, de la que actualmente hay una tela en permanencia en este lugar.

¿Qué concepto tiene del arte hondureño?
Desde que vivo en Honduras me inspira mucho la cultura de este país. He hecho una serie de telas del tamaño de un totem, basada en la ciudad de Copán Ruinas, a la que titulé Every Step of the Way (“Cada etapa del camino”). Me atrae mucho el arte y la cultura maya de ese lugar.

Y en cuanto a sus artistas, ¿qué concepción tiene?
Pienso que aquí hay muchos talentos y creativitad, sobre todo en la nueva generación de artistas plásticos. He visto algunas exposiciones que se han hecho en los últimos meses y considero que estuvieron muy ricas.

¿Cuál es su siguiente paso dentro de su faceta como artista gráfico?
En este momento estoy experimentando con tinta y acrílico en pequeños formatos, pero pienso extenderme luego a grandes tamaños. Quien sabe, quizá haya una próxima exposición en otro lugar donde pueda exhibir las piezas.