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'Nunca vas a saber si vas a ser buen actor si nunca lo intentas”

La actriz habla del impacto del Oscar en su carrera y sus nuevos proyectos

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20.02.2016

Toronto, Canadá
Decidida a hablar públicamente sobre su vida y su carrera, Julianne Moore abrió las puertas de una conversación personal en el complejo TIFF Bell Light de la ciudad de Toronto, donde incluso la nombraron como ciudadana canadiense honoraria por la cantidad de películas que estrenó en esta misma ciudad, antes que en Hollywood.

Y aunque este año no la nominaron por sus trabajos en sus últimas películas, Freeheld y la superproducción “Los Juegos del Hambre”, no hay que olvidarse que ella sigue siendo la última ganadora del Oscar como Mejor actriz, desde que lo recibió el año pasado por una cinta como Still Alice, que justamente trataba sobre la pérdida de la memoria.

¿Se puede comparar el Oscar con el premio de haber sido nombrada como Ciudadana Canadiense Honoraria, por estrenar tantas de tus películas en Toronto, mucho antes de Hollywood?
¡Sí! Es increíble el tiempo que vengo viajando a Toronto.

Pero fue interesante el Oscar de la película Still Alice porque la habíamos estrenado por primera vez en Canadá, cuando todavía ni tenía distribución ni estaba terminada. Vinimos un lunes a una proyección de las dos de la tarde... con un horario que no era demasiado auspicioso.

Pero después de volver de almorzar la respuesta del público había sido asombrosa. Nunca me pasó algo así. La gente, todos lloraban, aplaudían de pie. Yo no lo podía creer.

¿Para ese entonces habías visto la película antes? ¿Imaginaste en esos primeros momentos que ibas a ganar el Oscar?
(Risas) La había visto, pero solo para tomar notas de lo que no me gustaba. A mi esposo le encantó, pero es mi esposo... así que imagino que le iba a gustar o al menos iba a pretender que le gustaba. Pero esa fue la primera reacción de la gente. Y fue increíble. Honestamente, nunca voy a olvidar ese momento.

¿Y ahora que ya ganaste un Oscar, podemos mirar todavía más atrás, para ver cómo llegaste desde aquel punto hasta ahora?
Y bueno, lo que yo siempre les digo a los actores jóvenes es que salgan a trabajar, porque la única forma de no seguir adelante es parar de trabajar.

Yo fui primero a una escuela de teatro y ahora que mi hijo Caleb está por ir a la universidad me doy cuenta lo joven que yo era porque sin saber demasiado, de repente ya era actriz, cuando apenas salí de la universidad.

Realmente yo no sabía cómo tomar esos conocimientos que había aprendido para aplicarlos en el mundo real. Trabajar al principio en una telenovela terminó siendo una experiencia asombrosa porque tenía que basarme en mis habilidades, trabajando muy rápido, cayendo sobre el filo de una espada cuando algo salía mal. Lo importante es trabajar, trabajar y trabajar.

Siento que los primeros diez años de mi carrera los pasé aprendiendo a actuar. No sé, pienso que la única forma de aprender es estar ahí, trabajando.

¿Tenías algún plan B en el caso de que nunca ganaras un Oscar como actriz?
(Risas) Cuando un día llegué a casa, a los 17 años, diciendo que quería ser actriz, mis padres no lo podían creer. Y aunque me puse a buscar una lista de conservatorios para tomar clases, mis padres no lo permitieron porque como única condición me pidieron que tuviera una educación universitaria. Y tengo el título en arte, BFA.

Es lo único que me pidieron: “Está bien que estudies y actúes, pero al menos deberías tener un título”. Y me parece importante, aunque suene demasiado antigua, pero todavía pienso así hoy. Es algo que puede ser un beneficio después. Pero también creo que hay que hacer las cosas en el momento que uno quiere hacerlas. Nunca vas a saber si vas a ser buen actor si nunca lo intentas.

¿Entre tantas películas, cuál dirías que fue el personaje más difícil que tuviste en el cine?
¡Cómo me gustaría acordarme! Es que al minuto que termino de hacer una película me olvido de todo. Es como si tuviera un botón que borra mi cerebro.

Cuando veo una película vieja, ni siquiera me acuerdo que la hice. Pero también siento que todas son difíciles porque siempre está la posibilidad de hacer algo mal. Cada actuación pienso que me puede salir todo mal. Y a veces pasa (risas). Hay veces en que pensé que no llegué hasta donde quería llegar.

Pero en el momento de hacerlo, no me doy cuenta. Cada nueva película es un desafío continuo, para mí.

¿Cuál es el elemento más importante para una buena actuación entonces?
Hay tantos elementos... hasta cuando viene a hablarme un director, yo necesito verlo dentro de un cuadro. Necesito saber qué voy a decir y donde voy a estar frente a la cámara para saber el punto de vista exacto.