COMAYAGUA, HONDURAS.- A sus escasos 12 años, Eduardo Espinal ha demostrado ser un aguerrido hondureño, luego de emprender con una barbería para ayudar a su familia en la aldea Mata de Caña, en ciudad de Comayagua, al centro de Honduras.
El pequeño nació en una familia de escasos recursos, donde sus dos hermanos migraron a Estados Unidos, su padre Wilfredo Espinal trabaja sacando arena de un río para vendersela a constructores y su madre es ama de casa.
Sin embargo, sus limitaciones le han servido como un impulso para enfocarse en una de sus pasiones: la barbería. “Yo a los nueve años iba a cortarme el pelo y me fijaba, entonces ahí voy aprendiendo y mi papi me compró la primera máquina y a él le cortaba el pelo”, contó a la AFP.
El progenitor del menor reveló que tuvo que sacar un préstamo para comprarle la silla profesional, el overol, la máquina y otros materiales que necesitaba el pequeño para emprender.
La barbería tiene como nombre ‘Eduard Barber Shop’, abrió en julio de 2022. Desde entonces, muchas personas de la zona solicitan los servicios del pequeño, quien este año ingresó a la secundaria.
Según contó, estudiar también es una de sus actividades favoritas y en sus tiempos libres suele jugar con sus amigos.
“Me levanto, me baño, me cambio, como y me vengo. Juego cuando no tengo clientes, como a las cinco de la tarde vamos a jugar escondite, con la bici o al fútbol”, dijo.
Costos y planes a futuro
Los precios de un corte de cabello realizado por Eduardo ronda entre 50 y 75 lempiras. En una ocasión le fue tan bién que atendió 16 personas que le dejaron 45 dólares (aproximadamente 1,000 lempiras).
Algunos de los planes a futuro del menor son convertirse en un barbero profesional y abrir un salón de belleza para su hermana Darliana, de 8 años. También sueña con construirle una casa a su madre.
Aunque en Honduras el trabajo infantil es ilegal y los menores solo pueden trabajar a los 14 años, muchos se ven en la necesidad debido a las pocas oportunidades.
