Figuras del reguetón
Desnudarse el cuerpo no es solamente quitarse la ropa y tomarse una fotografía no es solo posar para la cámara.
Y esto fue lo que precisamente experimentaron Anayansi Viera, Josué Alfaro, Mario González, Fernando Idígoras, Erick Benavides, Sherry Downing, Michelle Bueso y Jeniffer Espinoza, jóvenes egresados del Certificado de Fotografía Profesional de Unitec, en la asignatura Fotografía Documental, cuando de la mano de su maestro Arturo Sosa descubrieron que el autorretrato y el desnudo son exposiciones de ellos mismos, de su personalidad, enfrentamientos con sus propios temores y complejos.
Pero este grupo de ocho estudiantes no se desnudaron solo por hacerlo, ya que la iniciativa que nació dentro de la clase quedó representada en la exposición “Des velos: introspectiva de un desnudo”, que estuvo expuesta en Mujeres en las Artes Leticia de Oyuela, (MUA), donde “tras despojarse de la ropa se revela no solo la carne, sino también el pensamiento”, dijo Arturo Sosa.
Autorretratos
Esta exposición en la que los fotógrafos fueron a la vez modelos “surge a raíz de esta pugna, esta curiosidad de por qué no hay ninguna exposición de desnudos, o nunca ha habido una exposición fotográfica de desnudos en Honduras con fines académicos”, expresó Sosa.
Y respecto a este gran reto y experiencia, Mario González manifestó que fue un paso muy grande poder encontrar el significado de la foto y demostrar la personalidad de ellos mismos al retratarse, porque, en una sociedad donde campea la hipocresía social, cuando se habla de desnudos lo que viene a la mente de muchas personas es el gesto inquisidor o el morbo que pretende opacar los alcances del arte, pero no por eso el arte dejará de existir, más bien este reta a la sociedad y abre la mente de las personas.
“La sociedad va a querer tapar todo lo que el arte está derrumbando con las diferentes manifestaciones, y eso de que la sociedad acepte o no su obra no creo que interese a los artistas, más bien la sociedad tiene que abrirse, y más la hondureña”, apuntó Verónica Romero, de MUA.
No es fácil
“Al inicio solo fue como ‘está bien, hagámoslo’, y después fui viendo que realmente era algo serio, no es algo con lo que se puede jugar. No se trata simplemente de que me quito la ropa y me tomo unas fotos, lo de nosotros era demostrar no solamente tener la capacidad de desvestirse sino la capacidad de expresarse, para nosotros eso significa expresarse a través de ese desnudo”, acotó Josué Alfaro.
Los integrantes del grupo coincidieron en que además de quitarse la ropa tuvieron que desprenderse del miedo y los complejos, porque “la imagen que uno tiene de uno mismo es limitada, y muchas partes de tu cuerpo no son como quisieras, entonces tenés que pelearte con todo esto para poder sacar la foto”, expresó Fernando Idígoras.
En cuanto a quién se le hace más difícil desnudarse, si al hombre o a la mujer, los jóvenes contestaron que al hombre, ya que el cuerpo de la mujer es mucho más estético y la misma sociedad está más acostumbrada a la figura femenina que a la masculina.
La línea entre lo vulgar y lo estético puede estar marcada tanto por el enfoque de la fotografía como por la mentalidad de cada persona.
“Hay que tener un sentido crítico de uno mismo, de cómo queremos vernos, y uno sabe si se ve o no vulgar. No se trata tanto de lo que van a decir los demás, porque unos podrían ver la foto como algo fuerte y otros podrían decir que realmente es arte”. Anayansi Viera expresó que la vulgaridad dependerá de la mentalidad de cada persona.
