LONDRES, INGLATERRA.- Después de 70 años de espera, Charles Philip Arthur George, fue coronado como el rey Carlos III de Inglaterra durante una histórica ceremonia en la Abadía de Westnminster.
Carlos fue coronado junto a su esposa Camila como reyes británicos. Desde 1937 no se había coronado una reina consorte en Inglaterra, la última fue la reina Isabel, esposa del rey Jorge VI -abuelo de Carlos-.
En la Abadía de Westminster unos 2.300 invitados, incluidos figuras y líderes internacionales como la primera dama estadounidense Jill Biden, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva o los reyes Felipe VI y Letizia de España, además de cientos de representantes de la sociedad civil británica presenciaron el histórico momento.
A las 9:20 de la mañana (hora de Londres) el rey y la reina salieron del Palacio de Buckingham en una carroza hacia la Abadía de Westminster.
Después de una corta procesión hacia la Abadía, donde se convertirá el monarca reinante número 40 que será coronado en la Abadía.
Al filo de las 11:00 de la mañana (hora de Londres), como estaba planificado, el nuevo monarca, acompañado de los miembros de la realeza, incluyendo al próximo heredero al trono, su hijo William, iniciaron la procesión en el interior de la Abadía.
Carlos III y Camila entraron solemnemente, vestidos con capas ceremoniales que fueron utilizadas anteriormente por otros monarcas. Un guiño al estilo ecologista y la sobriedad que caracteriza al nuevo monarca.
Después de un saludo e introducción de la solemne ceremonia, el interior de la Abadía proclamó “Dios salve al rey Carlos” como reconocimiento al nuevo monarca.
11:13 de la mañana juró y prometió sobre la Biblia cumplir con su deber como rey. Mantener las leyes de Dios. Gobernar con solemnidad y justicia.
Después de realizarse dos lecturas de las sagradas escrituras un coro gospel cantó el “Aleluya” para luego darle paso al Arzobispo de Canterburry, Justin Welby, ofrecer un sermón. Un coro similar al que tuvieron Harry y Meghan en su boda.
11: 40 de la mañana. El rey y la reina se arrodillan ante los tronos del Estado. Dando pasó así a la parte más solemne de la ceremonia.
11:43 am. El arzobispo bendice el oleo vegano con el que será ungido el rey Carlos durante uno de los momentos más sagrados de la coronación.
El rey es despojado de la túnica de Estado para que el arzobispo unte el aceite en sus manos, pecho y cabeza. En el fondo se escucha el himno “Dios salve al rey”.
Así como su madre, la reina Isabel II, Carlos mantuvo oculto ante las cámaras y ante los asistentes esta unción. Ya que es considerada la más sagrada de toda la ceremonia.
Investidura de Carlos
A las 11:49, luego de ser ungido, se colocó sobre el nuevo monarca la supertúnica y se sujeta con el Cinturón Espada de Coronación.
Esta Supertúnica fue realizada en 1911 para la Coronación del Rey Jorge V, que tuvo lugar el 22 de junio de 1911. Una vestimenta que el nuevo monarca reutilizó para su coronación.
Las regalías de la corona son presentadas ante el nuevo rey. Las primeras fueron las espuelas de oro que simbolizan la caballería.
Luego se presentó la espada enjoyada de la ofrenda se sujeta a la cintura del soberano con el cinturón de la espada.
El Arzobispo presenta la Espada al Monarca mientras le dice que debe ser usada para la protección del bien y el castigo del mal. Luego, la Espada se retira y se coloca en el altar de la Abadía de Westminster, antes de que el Soberano sea investido con el Manto Imperial.
El Manto Imperial fue hecho para la Coronación de Jorge IV en 1821, y ha sido usado por el Rey Jorge V, el Rey Jorge VI y la Reina Isabel II. Es la vestimenta más antigua que se usa en el Servicio de Coronación.
Sentado en la silla de la coronación, el rey recibió el orbe del soberano. Luego el anillo del juramento entre Dios y el rey y el rey y el pueblo.
El guante de coronación está hecho para la mano derecha del soberano. Carlos III reutilizará el Guante de Coronación realizado para la Coronación de su abuelo, el Rey Jorge VI, en aras de la sostenibilidad y la eficiencia.
El Guante se usa para sostener el Cetro del Soberano durante la Coronación.
Carlos recibe la corona de San Eduardo, que no se había utilizado desde la coronación en 1953 de su madre. Luego el arzobispo de Canterburry menciona: “Dios salve al rey”.
Investidura de Camila
A las 12:15 del mediodía. Después de investir a Carlos como rey de Inglaterra, la reina Camila también fue juramentada y bendecida por el arzobispo de Canterbury en un ritual similar al de su esposo, pero más sencillo.
Primero se le presentó el anillo, luego se le colocó la corona de la abuela de Isabel II, la reina María.
Esta es la primera vez en la historia moderna que se utilice una corona ya existente para la coronación de una reina consorte.
En homenaje a la fallecida Reina Isabel, la corona se reajustó con los diamantes Cullinan III, IV y V.
Tras ser coronados, Carlos y Camila ocupan sus respectivos tronos frente a los invitados de la Abadía de Westminster.
Los monarcas regresan las coronas y regalías a la colección real que se mantiene en la Abadía para regresar a sus respectivos asientos.
A las 12:37 tras el rito de la comunión, el arzobispo de Canterbury ofreció una bendición final a los nuevos monarcas.
Luego se cantó el himno “Praise, My Soul, The King of Heaven”, que está basado en el salmo 103.
La ceremonia que estaba planificada para durar dos horas llegó a su fin.
El rey Carlos sale investido con la corona imperial, el orbe y el cetro de la cruz de la Abadía de Westminster.
Las campanas de la Abadía y de todas las iglesias de Londres replican sus campanas anunciando al nuevo rey Carlos III.
El carruaje espera a los reyes afuera de la iglesia para llevarlos por un recorrido hacia el Palacio de Buckingham donde se espera que el nuevo rey haga un saludo al pueblo desde el balcón.
A la 1:34 de la tarde, después de poco más de 30 minutos de un recorrido por la ciudad, los reyes llegan al Palacio de Buckingham.
Marcando el reloj a la 1:50 de la tarde, el rey salió al jardín del palacio donde los militares le dieron el saludo al nuevo monarca.
2:25 de la tarde, los reyes Carlos III y Camila aparecen en el balcón del Palacio de Buckingham para saludar al pueblo británico. En el balcón aparecen otros miembros de la familia real, sin embargo, Harry, el hijo de Carlos, es el gran ausente. El príncipe Andrés también estuvo ausente en el balcón.
