LONDRES, REINO UNIDO.- La noche del sábado 9 de agosto de 1986, unas 120 mil personas abarrotaron la capacidad del Knebworth Park, un amplio parque en la localidad de Stevenage, norte de Londres. Ahí esperaban ansiosos por
Queen.
La mítica banda de rock llegó a bordo de un helicóptero, lista para brindar el que sin saberlo sería su último concierto con la formación original.
El vocalista de Queen tenía decidido no dar más conciertos por un buen rato, ya que su activa vida social se fue disipando y cerró filas junto a su círculo más íntimo mientras su salud empezaba a deteriorarse progresivamente.
En aquel momento Freddie sospechaba que se trataba de esa enfermedad que nadie sabía de dónde venía pero no paraba de propagarse mientras seguía consumiéndole.
La salud de Freddie Mercury comenzó a deteriorarse rápidamente mientras él se resisitía a realizarse la prueba de VIH. Foto: Jim Hutton
A mediados de 1987 sus temores fueron confirmados luego de que Mary Austin, su única novia y gran amor lo incentivara a realizarse el test, el cual fue un diagnóstico positivo. Fue entonces cuando Freddy Mercury descubrió que tenía VIH, noticia que solo su círculo más cercana supo.
En aquella época el Sida causaba estragos a nivel mundial, mientras que la homosexualidad era un tema tabú, del cual ni el propio Mercury estuvo dispuesto a hablar hasta su muerte.
Tras el devastador diagnóstico, Freddie compartió la noticia con Jim Hutton, su pareja y a quien tenía apenas dos años de haber conocido, haciéndole una propuesta para separarse, sin embargo, este le dijo: 'Yo te amo Freddie y no me voy a ir a ningún lado”.
Había dejado a un lado el hermetismo y los trabajos en estudio. Su deterioro físico era evidente: perdía peso y energías y sus apariciones públicas eran cada vez más escasas, mientras que los rumores de su salud proliferaban.
Para 1990 hizo su última aparición pública durante la premiación de los Brit Awards, luciendo completamente flaco, sin bigote, con un traje cruzado gris que camuflaba apenas su extrema delgadez, mientras el rubor de sus mejillas apenas ocultaba su palidez.
A la hora de tomar la palabra en el micrófono solamente dijo: 'Gracias. Buenas noches', siendo estas sus últimas palabras sobre el escenario.
Así lucía Freddie Mercury el día de su última aparición pública. Foto: Cortesía
Al verlo tan demacrado, la prensa sacó sus conclusiones sin especulaciones, asegurando que Freddie estaba muy enfermo.
Peter Freestone, asistente personal y amigo de Mercury, reveló que el cantante sabía que eventualmente la enfermedad terminaría con su vida.
“Decidió dos semanas antes del final que no quería más drogas que lo mantuvieran vivo”, afirmó el hombre que por más de una década trabajó con el músico.
“Tenía el control, aunque la enfermedad lo estaba matando”, agregó.
Asimismo, Mary Austin reveló que “fue decisión de Freddie terminar todo. Su calidad de vida había cambiado dramáticamente y cada día sufría más dolor. Había perdido la vista, su cuerpo era cada día más débil”.
Quienes lo conocieron coinciden en una reflexión de que él fue quien decidió hasta cuándo quería vivir.
También le pidió a sus amigos que lo acompañaran a un paseo por su casa. Terry, su guardaespaldas y chofer lo cargó para bajar las escaleras y Freddie caminó por el salón para contemplar sus cuadros.
“La reacción de Freddie ante su enfermedad fue de total incredulidad. No se hundió hasta las últimas semanas, cuando realmente se estaba muriendo”, expresó Peter Freestone.
El viernes 22 de noviembre de 1991 convocó de urgencia al manager de Queen, Jim Beach, para redactar un comunicado que sería publicado al día siguiente.
'Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado para proteger la privacidad de quienes me rodean. Ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans en todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”, decía el comunicado.
Luego de la revelación al mundo sobre su estado de salud, Freddie Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991 a sus 41 años a causa de una bronconeumonía complicada por el VIH.
La mítica banda de rock llegó a bordo de un helicóptero, lista para brindar el que sin saberlo sería su último concierto con la formación original.
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Era el fin de la gira Magic Tour, en el que presentaban su undécimo álbum de estudio A Kind Of Magic, editado en junio de aquel año. Aquel día sería el inicio del fin para Freddie Mercury.
“Gracias, bellas personas. Ustedes son tremendos, han sido un público realmente especial. Muchísimas gracias, buenas noches. Dulces sueños, los amamos”, dijo el icónico cantante esa noche tras dos horas de concierto.
En aquel entonces Mercury tenía 39 años y se encontraba editando dos discos, un tercero póstumo y dos trabajos como solista, incluyendo un recordado dúo con la soprano Montserrar Caballé, para posteriormente tener que asumir una dura enfermedad que terminó acabando con su vida, el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
El día que conoció que tenía VIH
Al final de la gira con Queen, Freddie se afincó en Garden Lodge, una mansión de estilo georgiano al oeste de Londres.El vocalista de Queen tenía decidido no dar más conciertos por un buen rato, ya que su activa vida social se fue disipando y cerró filas junto a su círculo más íntimo mientras su salud empezaba a deteriorarse progresivamente.
En aquel momento Freddie sospechaba que se trataba de esa enfermedad que nadie sabía de dónde venía pero no paraba de propagarse mientras seguía consumiéndole.
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A mediados de 1987 sus temores fueron confirmados luego de que Mary Austin, su única novia y gran amor lo incentivara a realizarse el test, el cual fue un diagnóstico positivo. Fue entonces cuando Freddy Mercury descubrió que tenía VIH, noticia que solo su círculo más cercana supo.
En aquella época el Sida causaba estragos a nivel mundial, mientras que la homosexualidad era un tema tabú, del cual ni el propio Mercury estuvo dispuesto a hablar hasta su muerte.
Tras el devastador diagnóstico, Freddie compartió la noticia con Jim Hutton, su pareja y a quien tenía apenas dos años de haber conocido, haciéndole una propuesta para separarse, sin embargo, este le dijo: 'Yo te amo Freddie y no me voy a ir a ningún lado”.
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Evidente deterioro físico
Tras conocer que tenía VIH, Freddie Mercury se refugió en el trabajo y en su entorno, pasando años de poducción frenética y grabaciones abundantes, mientras todos sabían que le quedaba poco tiempo.Había dejado a un lado el hermetismo y los trabajos en estudio. Su deterioro físico era evidente: perdía peso y energías y sus apariciones públicas eran cada vez más escasas, mientras que los rumores de su salud proliferaban.
Para 1990 hizo su última aparición pública durante la premiación de los Brit Awards, luciendo completamente flaco, sin bigote, con un traje cruzado gris que camuflaba apenas su extrema delgadez, mientras el rubor de sus mejillas apenas ocultaba su palidez.
A la hora de tomar la palabra en el micrófono solamente dijo: 'Gracias. Buenas noches', siendo estas sus últimas palabras sobre el escenario.
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Al verlo tan demacrado, la prensa sacó sus conclusiones sin especulaciones, asegurando que Freddie estaba muy enfermo.
Peter Freestone, asistente personal y amigo de Mercury, reveló que el cantante sabía que eventualmente la enfermedad terminaría con su vida.
“Decidió dos semanas antes del final que no quería más drogas que lo mantuvieran vivo”, afirmó el hombre que por más de una década trabajó con el músico.
“Tenía el control, aunque la enfermedad lo estaba matando”, agregó.
Asimismo, Mary Austin reveló que “fue decisión de Freddie terminar todo. Su calidad de vida había cambiado dramáticamente y cada día sufría más dolor. Había perdido la vista, su cuerpo era cada día más débil”.
Quienes lo conocieron coinciden en una reflexión de que él fue quien decidió hasta cuándo quería vivir.
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Últimos días
Para sus últimas dos semanas de vida, Freddie se alejó de la música y regresó a sus pasiones de la adolescencia: la pintura, aquel hobbie que había dejado suspendido en el tiepo de su graduación en Arte y Diseño Gráfico.También le pidió a sus amigos que lo acompañaran a un paseo por su casa. Terry, su guardaespaldas y chofer lo cargó para bajar las escaleras y Freddie caminó por el salón para contemplar sus cuadros.
“La reacción de Freddie ante su enfermedad fue de total incredulidad. No se hundió hasta las últimas semanas, cuando realmente se estaba muriendo”, expresó Peter Freestone.
Revelación al mundo
Fue cuando Freddie realmente se estaba muriendo que decidió acabar con los rumores e hizo pública su enfermedad.El viernes 22 de noviembre de 1991 convocó de urgencia al manager de Queen, Jim Beach, para redactar un comunicado que sería publicado al día siguiente.
'Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado para proteger la privacidad de quienes me rodean. Ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans en todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”, decía el comunicado.
Luego de la revelación al mundo sobre su estado de salud, Freddie Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991 a sus 41 años a causa de una bronconeumonía complicada por el VIH.
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