Tegucigalpa, Honduras
El cantautor hondureño Guillermo Anderson, fallecido el sábado en La Ceiba a causa de un cáncer de tiroides, será sepultado este lunes a las 10:00 de la mañana en la misma ciudad a la cual amó y cantó en muchas de sus canciones.
Familiares, amigos, cantautores, escritores, pintores y periodistas, entre otros intelectuales, se hicieron presentes a Funerales San José de la costeña ciudad para despedir al que es considerado el artista hondureño más importante de los últimos años.
Su guitarra, con sus cuerdas sin recibir el impulso vital del hombre que las hizo vibrar en sus composiciones que trascendieron fronteras, permaneció solitaria, exhibida frente al ataúd de Guillermo.
Arreglos florales multicolores, así como el caribe que Anderson amó e inmortalizó en cada canción, en cada entrevista en la que resaltó las bellezas naturales de Honduras, adornaron el féretro en el que además del cuerpo de Anderson también descansaron fotos para recordar en vida al artista que le dio vida al folclore nacional.
Una misa de cuerpo presente se realizará a las 9:00 de la mañana en la Catedral San Isidro y posteriormente se procederá al entierro.
Hombres y mujeres, no solo de La Ceiba sino también de otras partes del país, se han hecho presentes en la funeraria para presentar sus condolencias y sus muestras de respeto y admiración ante el legado que dejó el artista.
Anderson falleció el sábado a los 54 años a causa de un cáncer de tiroides, informó su médico de cabecera, Elías Canahuati
“A las 8:00 de la mañana falleció, después de estar hospitalizado desde el domingo anterior”, afirmó el galeno del hospital D’Antoni del caribeño puerto.
El artista fue transportado vía área el domingo 31 de julio desde Guatemala “porque su salud se había deteriorado y dispusimos que pasara los últimos días en La Ceiba”. El cáncer que le fue detectado en noviembre de 2015 era muy agresivo, mermó sus fuerzas y no le dio tregua al cantante.
Nacido el 26 de febrero de 1962 en La Ceiba, Anderson inició su carrera como músico y compositor hacia 1987, cuando regresó a su ciudad procedente de Estados Unidos, donde estudió literatura latinoamericana en la Universidad de California.