Los Ángeles, Estados Unidos.- La película Joker, dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix, no solo fue un éxito de taquilla, sino que también marcó la cultura cinematográfica contemporánea. Y en vísperas del estreno de la segunda parte (Joker: Folie à Deux), vale la pena recordar las claves que explican por qué esta nueva adaptación se convirtió en un fenómeno mundial.
Primero, la piedra angular del éxito de Joker fue la intensa y transformadora actuación de Joaquin Phoenix. Su interpretación del atribulado Arthur Fleck, que más tarde se convierte en el icónico villano Joker, le valió el Oscar a Mejor actor. Phoenix capturó de manera brillante la fragilidad emocional y la locura latente del personaje, aportando un enfoque humano y trágico a un villano tradicionalmente caricaturesco. Su impresionante pérdida de peso y sus gestos físicos contribuyeron a crear una versión del Joker única, alejándose de encarnaciones anteriores.
La cinta se desvía de las típicas películas de superhéroes o villanos. En lugar de centrarse en enfrentamientos épicos o batallas explosivas, ofrece un estudio de personaje profundo que explora temas como la alienación social, la desigualdad económica y la salud mental. La historia refleja los problemas actuales de la sociedad, lo que permitió que muchos espectadores se sintieran identificados con las luchas de Arthur Fleck, aun cuando terminara convirtiéndose en un villano.
Phillips y su equipo se inspiraron en películas clásicas de la década de 1970, como Taxi Driver y The King of Comedy de Martin Scorsese, para crear una atmósfera sombría y opresiva. La ciudad de Gotham, sucia y desmoronada, refleja las tensiones sociales y políticas de la trama. La cinematografía, obra de Lawrence Sher, utiliza una paleta de colores fríos y luces apagadas, reforzando el ambiente inquietante que envuelve a Arthur en su descenso hacia la locura.
Por su parte, la banda sonora compuesta por Hildur Guðnadóttir, que también ganó un Oscar, desempeña un papel fundamental en la narrativa emocional de la película. Sus melodías tensas y sombrías acompañan el desarrollo psicológico de Arthur, envolviendo al espectador en su creciente angustia. Cada nota está diseñada para profundizar el aislamiento del personaje y su desconexión con la realidad.
Y aunque Joker es una película ficticia, su narrativa resuena con problemáticas contemporáneas. La película aborda temas como la brecha entre ricos y pobres, el desmantelamiento de los sistemas de salud mental, y la violencia urbana. Para muchos, la cinta fue vista como una reflexión sobre el descontento social, lo que le dio una relevancia política inesperada y provocó debates sobre la empatía hacia personajes perturbados.
Finalmente, pese a que el Joker es uno de los villanos más conocidos de la cultura popular, la película ofrece una interpretación fresca y original. En lugar de retratarlo como un antagonista caótico y malvado desde el principio, muestra su evolución como una víctima de circunstancias sociales. Esto permitió que el público empatizara con él, a pesar de las horribles acciones que comete.
Giro en el género
La película se aparta del enfoque de Hollywood hacia los superhéroes, al ofrecer una narrativa más lenta, introspectiva y psicológica. Esta ruptura con el formato convencional de películas basadas en cómics le permitió destacarse y atraer a una audiencia más amplia, que buscaba algo diferente en el género. Joker se arriesgó al no ser una película “agradable” en el sentido tradicional, pero ese mismo riesgo fue recompensado con el éxito tanto crítico como comercial.
Próximo estreno
Joker: Folie à Deux, con Phoenix nuevamente en el protagónico y la incorporación de Lady Gaga como Harley Quinn, se estrenará en cines de Honduras y del mundo el próximo 2 de octubre y promete ser uno de los filmes más taquilleros del año.