Unificar los pueblos centroamericanos era el sueño que acompañó día a día a José Trinidad Cabañas, un hondureño ejemplar que cuidó y veló por los intereses de su patria.
Hoy es una fecha especial ya que recordamos el nacimiento de este héroe nacional quien no solo se conformó con dirigir el país en un determinado tiempo, sino que luchó por ver una Centroamérica unida y triunfante.
Su vida y sus éxitos
Cabañas nació en Tegucigalpa el 9 de junio de 1805 y gracias a su valentía, entusiasmo y deseos de luchar por su país fue presidente de la República desde 1852 hasta 1855.
La preparación de este prócer hondureño se ve reflejada en tres facetas, según nos relata el historiador Mario Argueta al ser consultado por diario
EL HERALDO.
La primera faceta que lo caracterizó es la de estadista, ya que realizó grandes obras y fue el primer centroamericano en proyectar el ferrocarril en Honduras.
La segunda faceta que acompaña a este recordado prócer es la de unionista.
José Trinidad Cabañas, al ser uno de los hombres más leales de Francisco Morazán, participó en todas las batallas en las que luchó el paladín centroamericano y cuando este murió fusilado en Costa Rica en 1842, hizo la promesa de luchar, entregando su vida si era necesario, para reconstituir la República Federal de Centroamérica.
La tercera faceta, una de las más importantes, es la de jefe de Estado de Honduras.
En sus mensajes al Congreso enfatizaba el deber de defender la libertad de prensa y recalcó el respeto al periodista y al periodismo, aún si ese periodismo era crítico de su actuación ya que debía mantenerse íntegra la libertad de informar y de opinar.
Hay otro aspecto de Cabañas que tiene vigencia hasta ahora y que fue recogido por el Congreso Nacional cuando emitió el decreto legislativo número 196-2011, el establece como Día Nacional de la Integridad y Lucha contra la Corrupción el 9 de junio de cada año en honor a su nacimiento.
En qué momento de la historia Cabañas se vuelve un prócer nacional
El entrevistado Mario Argueta nos recuerda que fue durante el gobierno de Marco Aurelio Soto (1876-1883) cuando inició el llamado culto a los héroes, entonces el secretario general de Soto, Ramón Rosa, escribió las biografías de Morazán -la que quedó inconclusa- y de José Cecilio del Valle, también escribió sobre Cabañas; este fue un intento de sacar del olvido a las figuras célebres de Honduras, y como símbolo de ese intento de rescate fueron hechas en Francia la estatua de Francisco Morazán y el busto de José Trinidad Cabañas, también hay un intento del historiador Antonio Ramón Vallejo (el padre Vallejo) de dar a conocer a la generación de la Reforma Liberal la importancia que habían tenido en nuestra historia estas personalidades. Entonces el primer intento de rescate de nuestros grandes héroes y patriotas se dio en el gobierno de la Reforma Liberal de Marco Aurelio Soto, indicó Argueta.
En esta época se ha perdido en los hondureños el deseo de saber sobre nuestros antepasados y, de acuerdo a varias opiniones que EL HERALDO pidió a varias personas, podemos presumir que muchos no se interesan en estos temas.
“Los maestros hemos fallado porque hemos dirigido nuestra atención hacia próceres de otras latitudes, de otras naciones, lo que es positivo, pero en ese esfuerzo hemos descuidado nuestros próceres”, lamentó este maestro e historiador.
Presidentes de esa época que tuvieron el mismo pensamiento positivista de Cabañas
El ideal morazánico de unir a Centroamérica en una sola república, libre, soberana, independiente y respetada, fue retomado por Céleo Arias y Policarpo García en esa época.
En el siglo XX también hubo pensadores unionistas como Francisco Bertrand, Ramón Villeda Morales y Ramón Ernesto Cruz, estos hombres no trataron de integrar a los centroamericanos por la vía política sino mediante la unión económica. En sus últimos años, Cabañas se retiró de la política. Luego fue nombrado por la administración del presidente José María Medina como intendente de la aduana de Trujillo. Cabañas falleció el 8 de enero de 1871.
Después de su muerte, el gobierno de Honduras le otorgó el título de Soldado de la Patria. Sus restos descansan en la iglesia de San Sebastián de Comayagua, pero su pensamiento sigue con nosotros.
“Es importante investigar, no solo repetir lo que ya se sabe sobre nuestros próceres, sino continuar investigando en los archivos nacionales para dar a conocer nuevas facetas de estos hombres y el medio social en el que se desenvolvieron”, finalizó Argueta.