Hoy 23 de abril, todos los hispanohablantes conmemoran su trascendental lengua en la misma fecha en que fue enterrado el gran genio de las letras, Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la obra cumbre de la literatura española: “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Este día es un homenaje tanto a la memoria como al legado literario que este personaje heredó antes de fallecer en 1616.
En 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió celebrar su diversidad cultural y multilingüismo a través del establecimiento de los días de las lenguas, en honor de sus seis idiomas oficiales (árabe, chino, inglés, francés, ruso y español) representados por un simbolismo e importancia histórica, en donde el castellano establece sus primeros rasgos en el Nuevo Mundo tras la llegada de los españoles en el siglo XV.
Antecedentes
En 1713 se funda la Real Academia de Lengua Española (RAE) a iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco (Marqués de Villena) con el objetivo de fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza, estableciendo la leyenda “Limpia, fija y da esplendor”, que enuncia el propósito de combatir cuando se alterara la “elegancia y pureza del idioma”.
Desde entonces, y según el Instituto Cervantes (IC), en la actualidad más de 577 millones de personas hablan español, y a la fecha es la segunda lengua materna por número de hablantes en todo el mundo –solo detrás del idioma chino mandarín- debido a que ha permanecido en un constante y permanente compromiso con la evolución lingüística.
Sin embargo, a pesar de ser la tercera lengua más utilizada en Internet, después del inglés y el chino, según la RAE el establecimiento de la era tecnológica ha logrado que comunicarse sea mucho más fácil y fluido a nivel global gracias a las redes sociales.
Pero el uso correcto de la escritura parece tambalearse en una situación que genera una economía lingüística que podría catalogarse como preocupante debido a la mala ortografía y pobreza del vocabulario, a pesar de reconocer que la escritura y oralidad de una lengua como el español no puede permanecer intocable con el paso del tiempo. Es aquí donde la célebre frase de Cervantes: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, empieza a tomar un protagonismo necesario.
Sea como sea, la creatividad desbordante del español es su mayor atractivo y hoy es momento de celebrarlo más que nunca