“Un regalo de Dios” es la descripción del talento de la retratista hondureña Keyla Morel, quien ha triunfado desde su juventud en grandes exposiciones nacionales e internacionales.
La pintora, desde temprana edad, desarrolló habilidades artísticas con el apoyo incondicional de su madre. Al culminar sus estudios en la universidad, la joven decidió dedicarse de lleno al mundo de las artes de manera profesional pero como artista autodidacta, ya que no cursó estudios artísticos.
Fue así que en el año de 1997, la señora Terry de Ávila le abrió las puertas de su galería Tríos a Keyla para ser expositora de manera permanente. Desde ese entonces, la afortunada pintora ha participado en diferentes exhibiciones dentro y fuera del país.
Para Morel su inclinación por plasmar retratos es innato, aunque también le gusta dibujar flores, paisajes y bodegones, confiesa que en donde más disfruta usar sus pinceles es en los rostros de mujeres y niños, principalmente si son de tez oscura.
Algunas de sus creaciones cuentan diversas historias, como por ejemplo cuando alguien le contó una anécdota de una mujer que no podía tener hijos, pero esta le pidió al Creador el poder concebir, luego Dios le contestó y tuvo su bebé, por esa narración ella se inspiró en un cuadro maternal.
Las imágenes de Keyla pertenecen a las corrientes del hiperrealismo y realismo mágico.
Expresa que no posee ninguna influencia de otro retratista, sin embargo admira mucho a los pintores hondureños porque su corriente es definida, es decir cada quien tiene su propio estilo y uso de colores. Actualmente ella está elaborando una serie de cuadros para presentar en los próximos meses una exposición.