Cualquiera diría que ganar para ellos es costumbre, pero lo cierto es que cada año se enfrentan a un reto mayor que el anterior: superarse a ellos mismos.
Y es que los estudiantes de la Macris School se sentaron en el trono de los reyes de la matemática y de ahí no se han bajado durante 11 años, ya que en 2013 nuevamente son los ganadores en la XII edición de las Olimpiadas Nacionales de Matemáticas, en las que participaron alrededor de 500 estudiantes de 28 escuelas que conforman la Asociación de Escuelas Bilingües de Honduras. Y aunque las matemáticas ellos las definen como divertidas, el proceso para llegar a ser los mejores tiene mucho que ver con la disciplina, dedicación y perseverancia, que también forman parte del juego de la excelencia.
Todos los jovencitos y jovencitas que participaron en las Olimpiadas forman parte del Club de Matemáticas de la Macris School. Este año nuevamente fueron “perfect score” en seis de las siete categorías, en otras palabras, solo perdieron un punto en toda la competencia.
Un reto diario
Competir en las Olimpiadas de matemáticas es todo un proceso que inicia desde el aula de clases, y lo que toma es “mucha práctica y dedicación, y la clave es que nosotros trabajamos como equipo, no solo los maestros sino toda la institución”, dijo el profesor Ángel Ulloa.
Por su parte, el maestro Daniel Guerrero compartió que la preparación en las matemáticas “es un trabajo que inicia desde que los alumnos son muy jóvenes, desde preescolar y primaria se les va inculcando ese amor por las matemáticas. No somos una escuela donde usted escuchará que la matemática es difícil, y comentarios que van en detrimento de nuestra área, sino más bien se estimula a los jóvenes desde muy pequeños a que disfruten la matemática, y se hace un poco más fácil teniendo esos resultados tan favorables que tenemos, para que ellos vean lo que se puede lograr con la matemática”. Es por ello que para los jóvenes que compitieron las matemáticas son divertidas, y las Olimpiadas una gran experiencia.
Y aunque la diversión y el entusiasmo imperan en el ambiente previo a la competencia, ellos están conscientes de que participar conlleva mucha responsabilidad; y a pesar de que han ganado durante tantos años las Olimpiadas, no es como ir a contar cajitas al supermercado, “el trabajo de nosotros es enfocarlos en la meta, que den su mejor esfuerzo y que puedan hacer lo mejor que puedan. Cuando uno corre una carrera de 400 metros, no llega a los 300 metros y se sienta, sino que a los 300 metros da el máximo esfuerzo, entonces esos momentos previos los aprovechamos también en hacer ese esfuerzo extra y tratar de llegar a la meta lo mejor posible”, dijo Guerrero. Ulloa considera que también los maestros predican con el ejemplo, y los estudiantes ven ese ejemplo y lo toman, “saben que ese momento no es para ir a jugar, que el relajamiento viene después de la competencia, sea cual sea el resultado”.
Y aunque por once años han sido campeones, eso no significa que ya están acostumbrados a ganar, para nada, las sensaciones que experimentan son muchas, y según míster Daniel no pueden decir de una forma soberbia que se han cansado de ganar, o que ya no es emocionante un nuevo triunfo, no, “más bien puedo decir que cada año se siente más presión, porque uno quiere seguir haciendo las cosas bien; y como decimos, Dios es el que sabe y decide, nosotros intentamos hacer igual o mejor las cosas, la presión igual se suma y el tener los mejores resultados nos llena de muchas satisfacciones y alivio”. Míster Ángel agregó que a los y las jóvenes participantes siempre les han inculcado humildad, “que el hecho de que hayan ganado antes no significa nada ahora, que todo se lo tienen que ganar y ellos saben que es en base a trabajo y esfuerzo, y que al final quien decide todo es Dios”.
Un éxito más
En 2013 la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) integró a las instituciones educativas del nivel medio a las II Olimpiadas de Matemáticas. La Macris School fue invitada a participar y obtuvo el primer lugar a nivel de la región centro-sur, por lo que fueron a participar a la competencia nacional en San Pedro Sula, en la que resultaron ganadores, por lo que también son los campeones nacionales de las II Olimpiadas de Matemáticas de la UTH.