Nueva York, Estados Unidos.- El escritor y guionista Neil Gaiman, célebre por obras como The Sandman y American Gods, enfrenta nuevamente una tormenta de denuncias.
En un artículo publicado por New York Magazine, ocho mujeres detallan acusaciones de agresión sexual que incluyen prácticas sadomasoquistas no consensuadas.
Con estos testimonios, ascienden a doce las denunciantes del autor, quien ya había sido señalado por primera vez en 2024.
Los relatos ofrecidos por las presuntas víctimas describen episodios marcados por violencia física y psicológica.
“La degradación sexual, la esclavitud y el sadismo pueden no ser del gusto de todos, pero entre adultos que consienten, el BDSM es legal”, aseguraron representantes de Gaiman tras las primeras denuncias.
Sin embargo, las declaraciones actuales insisten en la falta de consentimiento en los encuentros descritos.
Entre las denunciantes, varias coinciden en haber sido víctimas cuando eran muy jóvenes. Una de ellas afirmó que tenía 18 años en el momento de los hechos, mientras que las demás oscilaban entre los 20 y los 30 años.
El caso adquiere un matiz aún más perturbador con la revelación de que al menos dos agresiones ocurrieron mientras el hijo del autor, menor de edad en ese momento, estaba presente.
Dos de las víctimas llevaron sus denuncias a la policía, según confirmó la revista.
Sin embargo, otras admitieron haber recibido compensaciones económicas a cambio de firmar acuerdos de confidencialidad, un patrón que genera interrogantes sobre la posible coacción ejercida por el entorno del escritor.
Gaiman, considerado una figura revolucionaria en el ámbito de la ficción contemporánea, ha visto su carrera tambalearse desde que las primeras acusaciones salieron a la luz en 2024.
La cancelación de la tercera temporada de Good Omens por Amazon Prime, que se cerrará con un especial de 90 minutos, marcó el inicio de una serie de reveses en sus proyectos audiovisuales.
Disney, por su parte, detuvo la producción de la adaptación cinematográfica de The Graveyard Book, mientras que Netflix canceló Dead Boy Detectives.
Aunque no se ha confirmado que estas decisiones estén vinculadas directamente a las acusaciones, su impacto en la industria parece innegable.
El artículo de New York Magazine no solo retoma testimonios previos, sino que suma nuevas voces al debate, lo que profundiza el escrutinio sobre la conducta del autor.
Los relatos incluyen detalles gráficos sobre encuentros de sexo duro que, según las víctimas, excedieron los límites del consentimiento.
En 2024, las primeras denuncias fueron difundidas en el podcast The Tortoise y destacadas por la revista Variety.
A pesar de la defensa pública por parte de su equipo legal, quienes insisten en que todos los encuentros fueron consensuados, el caso ha abierto un debate sobre los límites éticos en prácticas sexuales alternativas.
Desde entonces, Gaiman ha evitado pronunciamientos públicos, y sus apariciones mediáticas se han reducido al mínimo. Los intentos por parte de medios como New York Magazine de obtener su versión de los hechos no han sido respondidos hasta el momento.
Mientras tanto, las víctimas continúan exigiendo justicia y visibilización. Los abogados del autor han señalado que explorarán acciones legales contra lo que consideran “difamación sin pruebas concretas”. Sin embargo, el creciente número de testimonios parece dificultar cualquier intento de limpiar su reputación en el corto plazo.
La situación ha desencadenado un intenso debate en la industria literaria y audiovisual sobre la responsabilidad de las empresas que respaldan figuras públicas envueltas en controversias éticas. Lo que está claro es que el legado de Neil Gaiman, otrora inquebrantable, enfrenta ahora uno de sus capítulos más oscuros.