Seúl, Corea del Sur.- El universo de Squid Game (El juego del Calamar) regresa el próximo 26 de diciembre, y la segunda temporada, según el creador y director Hwang Dong-hyuk, elevará la intensidad y el conflicto psicológico a niveles inesperados.
La historia retoma a Gi-hun (interpretado por Lee Jung-jae), quien ahora encara una serie de desafíos con una consciencia mucho más despierta y profunda sobre las implicaciones de los juegos mortales que marcó su vida.
Durante el evento Fall Edit de Netflix en Los Ángeles, Hwang y Lee Jung-jae adelantaron que en esta nueva entrega, Gi-hun, el sobreviviente de la primera temporada, volverá con una mente inestable por las experiencias traumáticas que presenció.
En el tráiler de la temporada, Gi-hun aparece frente a una cámara y, al recibir la orden de “sonreír”, responde con una mirada penetrante y desafiante, una reacción que contrasta con la inocencia y entusiasmo de la primera temporada.
“El Gi-hun de la primera temporada y el de la segunda son personas diferentes; algo dentro de él se ha roto”, explicó Hwang, dejando entrever que este cambio será el eje central de la narrativa.
Una exploración de la moral y la toma de decisiones
La segunda temporada plantea una reflexión profunda sobre las decisiones morales y sus repercusiones, un enfoque que Hwang considera especialmente relevante en el contexto actual.
Los participantes de los juegos, marcados con insignias de X y O en sus uniformes, deberán tomar decisiones divisivas que pondrán a prueba sus principios y su humanidad.
Según el director, esta simbología responde a la idea de que cada elección implica consecuencias inevitables que definen quiénes somos y qué lugar ocupamos en un mundo caótico.
“Quise contar la historia de cómo nuestras decisiones crean conflictos y divisiones, y de cómo determinan el lado en el que terminamos”, señaló Hwang.
La inspiración: un reflejo de la locura del mundo contemporáneo
Hwang reveló que su inspiración para esta temporada provino de su percepción de un mundo cada vez más polarizado y conflictivo. “El mundo está loco ahora, y esta temporada refleja esa locura; es un espejo del mundo actual”, enfatizó el creador.
A lo largo de la historia, los juegos plantearán dilemas morales que obligarán a Gi-hun y a otros personajes a enfrentar los límites de su conciencia y a evaluar las razones que los llevan a actuar de una u otra manera.
Para el actor Lee Jung-jae, la idea de “conciencia” fue central en su interpretación, inspirándose en un proverbio coreano: “Una conciencia que no lleva a la acción no está funcionando bien”.
Una evolución de Gi-hun y el regreso de su humanidad
A pesar de los desafíos que Gi-hun deberá enfrentar, Lee Jung-jae asegura que la segunda temporada también muestra destellos de la bondad intrínseca del personaje. En cada oportunidad, Lee trabajó en mostrar la esencia noble y optimista de Gi-hun, incluso en medio de la crueldad que envuelve los juegos.
“Quería hacer justicia a ese lado de él”, comentó Lee, dejando en claro que Gi-hun no es solo un superviviente, sino un ser humano que lucha por mantener su integridad.