Sheynnis Palacios: exilio, popularidad y el fin de un reinado

Ciudad de México, México.- Sheynnis Palacios tenía 23 años cuando colapsó la entrada del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino; los nicaragüenses llegaron por decenas a despedir a la Miss Nicaragua en su viaje hacia El Salvador. Era noviembre de 2023, y la despedida no fue un hasta pronto, sino un adiós.

Nadie se imaginó que la espigada chica de 1.80 metros de altura y de melena corta iba a conquistar la edición 72 del Miss Universo. Las probabilidades, al inicio de la competencia, eran pocas.

Centroamérica nunca ha figurado como país favorito en el certamen, solo había que repasar los últimos diez años del concurso para darse cuenta que Latinoamérica solo ha ganado en 2014 con la colombiana Paulina Vega y en 2020 con la mexicana Andrea Meza. Sumado a esto, el dominio definitivo en la historia del Miss Universo ha sido de Estados Unidos.

Con todo y las cifras, Palacios se plantó con tal contundencia que terminó llevándose una corona que ha sido celebrada en toda Latinoamérica.

Aún hoy los videos de sus pasarelas en los diferentes segmentos de la gala siguen rondando las plataformas de internet.

Sus redes sociales son prueba del cariño que se ha ganado, hay quienes la llaman la candidata que revitalizó un certamen que venía en decadencia.

Hasta 2022, la agencia de talentos y entretenimiento WME/IMG era la dueña del concurso, tras comprarle los derechos a Donald Trump en 2015. Y fue justo entre 2015 y 2020 que la competencia internacional vio una caída en su audiencia, un período de crisis que no reflejaba el éxito de audiencia de 600-700 millones de espectadores en el mundo en sus períodos de mayor fulgor.

Desde 2022 el Miss Universo es propiedad de JKN Global Group, una compañía de medios y entretenimiento tailandesa. La compra fue liderada por Anne Jakrajutatip.

Esto marcó una nueva era, y Sheynnis Palacios ha sido su principal estandarte.

En una primera instancia, el gobierno de Daniel Ortega emitió un comunicado felicitando a Palacios por su triunfo: “Nos unimos al justo regocijo de Sheynnis, su familia y nuestro pueblo, y al festejo de Centro América al alcanzar nuestra región, por primera vez, ese trono de la hermosura y el talento de nuestras mujeres y de nuestras laboriosas y humildes comunidades”.

Pero no pasó mucho tiempo para que las felicitaciones se convirtieran en acusaciones y posterior exilio.

Para el gobierno de Ortega, la figura de Palacios no representaba los intereses de su dictadura, porque tras su victoria en el certamen, la nicaragüense fue vista por sus compatriotas como un símbolo de resistencia, ya que estuvo involucrada en las protestas del 2018 contra el mandato del presidente.

Inmediatamente se aplazó cualquier homenaje; el regreso de la Miss Universo a su país, por ende, fue imposible. Y así, Palacios no pudo ser abrazada por la gente que celebró en las calles su corona, ya pasó un año, y la reina de la belleza mundial recorrió muchos países, vistió los trajes que representaban las diferentes culturas, pero no pudo hacer lo mismo en el país donde nació.

Fue la propia Anne Jakrajutatip la encargada de anunciar el destierro no solo de Sheynnis Palacios, sino también de la entonces directora de la organización en Nicaragua, Karen Celebertti y la familia de Palacios.

A Celebertti se le acusó por los delitos de conspiración y traición a la patria.

Palacios ha sonreído en cada país que ha visitado; ha sido, quizá, la Miss Universo que más países recorrió, no ha parado en todo su año con la organización.

Ha sido, además, la Miss Universo que a más concursos nacionales asistió, coronando a muchas de las chicas que hoy aspiran al título del mayor certamen de belleza del mundo.

Y como despedida de un período que la encumbró como una de las grandes figuras en la historia del concurso, Palacios volvió a ponerse el vestido con el que fue coronada en San Salvador aquel 18 de noviembre inolvidable, pero esta vez para celebrar su corona con su familia, con su madre y hermano, dos seres a los que mencionó repetidamente en sus entrevistas, y a quienes ha agradecido profundamente su influencia y amor.

“Vas a ser recordada siempre. Antes y después en la era Miss Universo, te amamos”.

“Otro año más como Miss Universo por favor”.

“Un ejemplo de cómo ser una reina espectacular de principio a fin”.

“Nuestra Miss Universo más icónica, Nicaragua y el universo entero te aman”.

“Esa corona siempre será recordada porque la portó la mejor Miss Universo”.

“No estamos preparados para dejarte ir”.

“Hermosa!!! Un reinado impecable”.

“La mejor Miss Universo de la historia, un abrazo desde Puerto Rico”.

“Por favor corre con esa corona, no se la entregues a nadie”.

“Antes nos enfocábamos en ver quién sería la nueva Miss Universo, ahora estamos enfocados en verla los últimos días de su reinado, nomás veo el Miss Universo para verte a ti”.

“¿Soy el único que ve en la expresión corporal de Sheynnis la tristeza? Nada más quiero que sepas que has logrado el legado que soñaste y hoy eres un ejemplo a seguir, no solo para niñas, también para 130 candidatas que te vieron y fueron motivadas a concursar dando cada una lo mejor de sí misma gracias a ti”.

“Siempre estarás en el corazón de los nicaragüenses y del mundo entero. Te amamos”.

“¡Definitivamente la mejor Miss Universo de los últimos años! ¡La extrañaré muchísimo! Siento que es una mujer que lo dio todo con todo y ahora deja algo grande para que alguien más continúe. ¡DIVINA!”.

Estos son solo unos pocos mensajes de los miles que le han dejado a Sheynnis Palacios en su año como Miss Universo, una muestra del cariño y la admiración que cosechó a lo largo de su reinado, donde no solo ha sido un ejemplo de belleza, sino también de lucha, trabajo y honestidad, con un mensaje contundente para las mujeres: que más allá de la belleza lo que importan son sus capacidades, sus sueños y su valor como seres humanos.