SAN PEDRO SULA, HONDURAS. El arte de la música es extenso y diverso, su variedad expresa diferentes formas de apreciar la vida, pero todas comunican libremente lo que se desea, concepto liberador para una música como Angie Licona Paz.
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Trae los ritmos en la sangre gracias a sus dos abuelos que pertenecieron a agrupaciones autóctonas en Santa Bárbara. Sus abuelas eran amantes del arte, férvidas de la actuación y la poesía.
Angie comenzó a estudiar música a los seis años en la Escuela de Aplicación Musical, donde aprendió a tocar el piano con la reconocida pianista y compositora Norma Erazo.
Más tarde, la Escuela de Música Victoriano López fue testigo de su graduación con honores como la primera clarinetista, bajo las enseñanzas de la maestra Mary Lucy Moreno. Ahora, cuenta con 23 años de experiencia en la ejecución de este instrumento en orquestas como la Banda Sinfónica Juvenil y la Orquesta Filarmónica de San Pedro Sula. Es directora y fundadora de la Banda Sinfónica Femenina de SPS, además es coordinadora regional noroccidental de la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras.
En cuanto a uno de sus propósitos, sueña con encontrar los medios para ofrecer a estas mujeres voluntarias de la Banda Femenina un incentivo económico digno para que se desarrollen personal y profesionalmente a través de la música. “A nivel mundial en la música clásica solo el 5% son directoras mujeres, en Honduras hay otras compañeras mujeres directoras, desafortunadamente, minoría. Personalmente aspiro a que tanto mi trabajo como el de mis compañeras sea visibilizado y valorado, no solo por el público sino por toda la comunidad musical académica, eliminando prejuicios y mostrando que somos capaces de liderar estos espacios”.
Angie Licona ha demostrado capacidad, pero sobre todo disciplina, la cual define como la clave del éxito. “Es importante tener una pasión o interés por algo, sin embargo, es más importante la disciplina de trabajar por lo que nos gusta, así que mi consejo si quieren destacar en la música es: compromiso, práctica diaria y mucha disciplina”, exhortó.
“La disciplina con la que se debe estudiar un arte como la música es fundamental. Extensas jornadas de prácticas, estudiar en dos instituciones simultáneamente, lo que hacía una jornada de doce horas. Es decir, todo el día en el corre y corre, pero jornadas disfrutadas al máximo y sin dudar por un segundo en que estaba haciendo lo que me gusta” concluye.
