TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Toda etapa que finaliza trae consigo nostalgia y alegría. Nostalgia por lo vivido, alegría por lo que está por venir.
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Y entre estas dos emociones, el fin de semana los seniors de la Dowal School se reunieron por última vez como compañeros de aula para celebrar que culminaron uno de los ciclos más importantes de sus vidas, que marcará las decisiones que los llevarán a definir su futuro como universitarios.
Del brazo de sus progenitores, los más de 40 graduados desfilaron en un ambiente de regocijo y agradecimiento que tuvo como escenario el Hotel Plaza Juan Carlos.
En cada llamado de los estudiantes, los maestros de ceremonia mencionaron sus planes a futuro: estudiar en universidades de Honduras, Latinoamérica, Estados Unidos y España, de donde saldrán los futuros médicos, ingenieros y licenciados que proyectan para sus vidas grandes logros.
Además, fueron propicios los agradecimientos en una noche donde la dicha colmó sus vidas.
Palabras emotivas para sus maestros, compañeros, mejores amigos y familias fueron parte del festejo de los estudiantes que, una vez terminado el tradicional desfile, llegaron felices con sus copas en alto a la pista de baile, donde no pudo faltar el recuerdo de esas memorias de colegio que generan risas, locuras que nunca más volverán a repetirse, porque de ahora en adelante se abre una nueva página para esas jóvenes vidas que sueñan con comerse el mundo.
La noche también fue para recordar a las madres y padres que no pudieron compartir el orgullo de este logro, porque su carrera por esta Tierra finalizó antes de tiempo.
Un minuto de silencio que llenó los ojos de lágrimas y la mente de recuerdos.
Y, claro está, la velada se prestó para lucir las mejores galas, con chicas ataviadas en vestidos largos, brillantes y sobrios, que hicieron juego con el tradicional look de los chicos, enfundados en smoking, todos en azul o negro.
