Tegucigalpa, Honduras
Tras ocho años de ardua investigación literaria y cuatro para encontrar dónde publicarlo, el crítico de arte Carlos Lanza presentó su homenaje al fallecido escritor hondureño Arturo Alvarado bajo la obra que lleva por nombre “El rigor de la palabra”.
“Este es un libro que yo prometí hacerle a Arturo antes de que él muriera. En ese momento yo estaba trabajando en una investigación sobre dos artistas hondureños y le dije a él que una vez que la terminara, reuniría sus ensayos en uno solo, ignorando que él moriría seis meses después”.
Lanza expresó que “El rigor de la palabra” rinde honor a la trayectoria de un gran escritor y crítico literario formado en París bajo el método estructuralista y aseguró que bajo esa perspectiva nadie como él pudo penetrar con tanta agudeza en la poesía, el cuento y la novela hondureña.
“Pasé transcribiendo de revistas, periódicos y prólogos de libros todos sus ensayos, otros los encontré en la Hemeroteca Nacional y en diferentes bibliotecas. No fue fácil, fue un trabajo bastante agotador, pero valió la pena”, dijo el crítico.
El escrito de 300 páginas y 17 capítulos está conformado por las investigaciones que realizó Alvarado sobre literatura hondureña. En sus ensayos concentra la poesía de grandes artistas nacionales como Roberto Sosa y Antonio José Rivas.
“El rigor de la palabra” recoge los ensayos de Arturo Alvarado, quien falleció el 3 de septiembre de 2005, a los 64 años.
Lazos
“Me unía una amistad profunda con él, sabía que era un gran escritor pero su obra estaba dispersa y oculta, así que consideré que no solo por la amistad, sino por la calidad de sus trabajos, él merecía que sus textos fueran reunidos en un libro”, comentó el compilador.
Lanza mencionó que recuerda a Alvarado como un hombre muy riguroso, estricto, frío y sencillo, y que basado en esas características decidió titular su homenaje como “El rigor de la palabra”.
“No es lo mismo compilar la obra de alguien que está vivo que de alguien que ya murió. Sin embargo, nadie muere cuando se está vivo”, exclamó emotivamente el expositor en la presentación que tuvo lugar en el Centro de Recursos de Aprendizaje (CRA) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Tras ocho años de ardua investigación literaria y cuatro para encontrar dónde publicarlo, el crítico de arte Carlos Lanza presentó su homenaje al fallecido escritor hondureño Arturo Alvarado bajo la obra que lleva por nombre “El rigor de la palabra”.
“Este es un libro que yo prometí hacerle a Arturo antes de que él muriera. En ese momento yo estaba trabajando en una investigación sobre dos artistas hondureños y le dije a él que una vez que la terminara, reuniría sus ensayos en uno solo, ignorando que él moriría seis meses después”.
Lanza expresó que “El rigor de la palabra” rinde honor a la trayectoria de un gran escritor y crítico literario formado en París bajo el método estructuralista y aseguró que bajo esa perspectiva nadie como él pudo penetrar con tanta agudeza en la poesía, el cuento y la novela hondureña.
“Pasé transcribiendo de revistas, periódicos y prólogos de libros todos sus ensayos, otros los encontré en la Hemeroteca Nacional y en diferentes bibliotecas. No fue fácil, fue un trabajo bastante agotador, pero valió la pena”, dijo el crítico.
El escrito de 300 páginas y 17 capítulos está conformado por las investigaciones que realizó Alvarado sobre literatura hondureña. En sus ensayos concentra la poesía de grandes artistas nacionales como Roberto Sosa y Antonio José Rivas.
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Lazos
“Me unía una amistad profunda con él, sabía que era un gran escritor pero su obra estaba dispersa y oculta, así que consideré que no solo por la amistad, sino por la calidad de sus trabajos, él merecía que sus textos fueran reunidos en un libro”, comentó el compilador.
Lanza mencionó que recuerda a Alvarado como un hombre muy riguroso, estricto, frío y sencillo, y que basado en esas características decidió titular su homenaje como “El rigor de la palabra”.
“No es lo mismo compilar la obra de alguien que está vivo que de alguien que ya murió. Sin embargo, nadie muere cuando se está vivo”, exclamó emotivamente el expositor en la presentación que tuvo lugar en el Centro de Recursos de Aprendizaje (CRA) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
