Coronavirus

Hospitales de Tegucigalpa y SPS respiran un poco, pero los regionales comienzan a colapsar

Aunque San Pedro Sula y la capital se mantienen como las dos ciudades con más casos de covid-19, los hospitales todavía tienen camas para ingresar a pacientes en condición estable, grave e incluso en la Unidad de Cuidados Intensivos; el colapso ha sido inminente en otros puntos del país
12.08.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El colapso en los hospitales de Honduras ha sido de forma gradual: primero colapsaron los principales centros asistenciales y ahora comienza a sentirse la presión en los regionales.

Sin embargo, cinco meses después de la pandemia por el covid-19, el sistema de salud parece tener un respiro.

Desde el pasado 11 de marzo, cuando se registró el primer caso del nuevo coronavirus, la Secretaría de Salud habilitó 13 hospitales para atender a las personas infectadas. Dos meses después, y debido al incremento en los contagios, el número de centros asistenciales con pacientes covid subió a 32.

Honduras entró en la fase cinco del nuevo coronavirus a inicios de junio, cuando algunos centros asistenciales recibían a pacientes en salas improvisadas, carpas o bajo árboles, como ocurrió en Choluteca.

Para el 12 de junio, los hospitales del Sur, Escuela, El Tórax, El Progreso, San Lorenzo y Santa Bárbara estaban desbordados de contagiados, al punto que sobrepasaban en más del 100% su límite de ingresos, según reportes oficiales.

No obstante, casi dos meses después, solo el Hospital Escuela seguía atendiendo a más infectados covid-19 de lo que su capacidad permite.

Según el último reporte de Salud al que tuvo acceso la Unidad de Datos de El HERALDO, hasta el 6 de agosto de 2020 -cuando en el país había 45,753 infectados y una tasa de letalidad de 3.2%-, cuatro hospitales tenían más del cien por ciento de ocupación, mientras que seis estaban a punto de quedarse sin espacio para atender a más infectados.

A la fecha el dato podría ser inferior o superior, pues la atención y hospitalización en los centros asistenciales varía constantemente.

Discrepando con las cifras de Salud, Carlos Umaña, presidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de San Pedro Sula, explicó que si la ocupación es arriba del 85% hay un colapso del sistema de salud.

Vea también: Lo positivo y lo negativo de cinco meses de encierro en Honduras

El informe de salud menciona que los hospitales San Francisco y Santo Hermano Pedro, ubicados en Olancho, al nororiente de Honduras, son los que sufren la situación más crítica.

El primero alcanzaba el 131% de ocupación, con 46 pacientes en salas con apenas 35 camillas, en cambio el segundo estaba al límite.

Hasta el 6 de agosto, Olancho ocupaba la posición número 11 en el conteo de los casos de covid-19 por departamento. Para esa fecha, el departamento sumaba 686 infectados.

El Hospital Escuela tenía 92 hospitalizados cuando su capacidad es de 81 y en el de Tela Integrado había espacio para 23 personas, pero en las salas sumaban 24.

En una operación simple se podría decir que solo estos cuatro centros asistenciales tenían a 182 de los 1,187 hospitalizados que, según el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), había en toda Honduras, es decir el equivalente al 15%.

Sin embargo, el reporte de Salud no coincide con la suma total de Sinager, pues mientras la primera institución contabilizaba 924 ingresos en los 32 hospitales del país, la segunda registraba casi un 30% más.

La información de Salud no incluye datos de las zonas de triaje ni los pacientes internos en el Seguro Social. Además, recopila con una metodología diferente, ya que se contabilizan ocupación tanto de pacientes confirmados y sospechosos, mientras que Sinager solo facilita el dato de hospitalización de enfermos diagnosticados con prueba PCR .

Salud solo menciona los ingresos por covid-19 en hospitales generales, básicos, de especialidades y un centro de atención médica en la capital.

Por ejemplo, el Hospital de San Lorenzo figura entre los seis que estaban entre el 80 y 99% de su capacidad para ese día. Este centro asistencial, ubicado en el sur de Honduras, solo tenía espacio para un infectado por el virus.

Lo mismo pasó con el centro básico Enrique Aguilar Cerrato, en La Esperanza Intibucá, donde tenían a 26 hospitalizados y su capacidad es de 27.

Según el informe, los centros asistenciales con mayor número de ingresos por la enfermedad no están en el Distrito Central o San Pedro Sula, las ciudades que registran casi la mitad de los casos en toda Honduras, con 23,303 casos para ser exactos.

Incluso, menciona otros departamentos como La Paz, donde el Hospital Roberto Suazo Córdova se resiste al colapso, pero que desde junio sí ha registrado un incremento en los ingresos: el 12 de junio tenía un 14% de ocupación, pero para el 6 de agosto aumentó a 71%.

“Tenemos 17 camas, pero hemos llegado a tener a 21 pacientes”, advirtió Gunter Torres, director de este centro asistencial. Añadió que solo ellos han registrado 26 fallecidos por la enfermedad.

En el caso del hospital Gabriela Alvarado, en Danlí, El Paraíso, la improvisada sala covid-19 tiene 37 camillas, pero hasta la semana anterior estaban ocupadas 25, “todos conectados a oxígeno”, informó Carlos Quintero, director de este centro asistencial.

Quintero explicó que días atrás el límite de atenciones se había excedido a 42, es decir un 114% arriba de su capacidad.

Para Umaña esto se debe a que los casos de covid-19 se están “ruralizando”, es decir que el colapso no se verá en las principales ciudades, sino en hospitales ubicados en otros municipios y que no cuentan con centros de triaje.

El análisis de Umaña hace referencia a la tasa de mortalidad por departamento, pero también al número de personas hospitalizadas, especialmente en las salas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

“El problema se está trasladando para el resto del país. Es un alivio para Tegucigalpa y San Pedro Sula (donde hay salas de triaje). La intención de poner esto es alertar a Sinager de que allí es donde está el problema es este momento, en el resto del país”, advirtió el presidente de los médicos del IHSS.

Actualmente, la Secretaría de Salud instaló centros de triaje en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop), en la colonia Mayangle, en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la Universidad Católica y el Centro Cívico Gubernamental, todos ubicados en la capital.

En San Pedro Sula están los triajes en el Colegio de Ingenieros, el centro móvil de la Región Metropolitana de Salud de esa ciudad y en Expocentro.

Asimismo, hay uno en Comayagua y otro enfrente del Hospital del Sur en Choluteca.

“¿Qué es lo que tienen que hacer? Ayudar a los hospitales haciéndoles los centros de triaje. En Santa Bárbara no hay, allí tienen varios de los municipios que nutren el hospital de Santa Bárbara y no hay en ningún municipio centros de triaje”, cuestionó Umaña.

Santa Bárbara también se suma a los hospitales que tienen más del 70% ocupación en las salas de covid.


¿Y las salas UCI?

En Honduras son limitados los hospitales que cuentan con salas de Cuidados Intensivos (UCI) para pacientes en condición critica, que necesiten de un ventilador artificial para seguir respirando.

Precisamente esa era la preocupación de los expertos cuando el covid-19 ingresó al país, pues al inicio de la pandemia los hospitales públicos del país apenas tenían 110 ventiladores, pero el 90% se encontraban en uso.

Las autoridades intentaron solventar la situación con la adquisición de más equipo, sin embargo, hasta el 6 de agosto apenas 82 respiradores eran utilizados para pacientes covid-19.

La Unidad de Datos de EL HERALDO analizó el último informe sobre la ocupación hospitalaria en Honduras y encontró que solo siete centros asistenciales cuentan con estos aparatos para personas en condición crítica.

Tres de estos hospitales están en la capital, dos en San Pedro Sula, uno en Choluteca y otro en La Ceiba. En el resto no hay respiradores artificiales y mucho menos la salas que son equipadas de forma especial para los pacientes en estado crítico.

El reporte muestra que el Hospital General de Atlántida y el Leonado Martínez, en San Pedro Sula, tienen la capacidad para 40 pacientes en las salas UCI (20 en cada uno), pero que para esa fecha el primer centro asistencial tenía esa sala vacía y el Leonado Martínez aún disponía de 11 camas con el equipo necesario.

En el Hospital Mario Catarino Rivas ocurrió lo mismo: la sala apenas registraba el 33% de ocupación.

El Hospital Escuela y El Tórax eran los únicos que estaban al límite, pues según el reporte apenas tenían espacio para un paciente más en cada una de las salas UCI.

Datos de Sinager, analizados por EL HERALDO, muestran que desde el pasado 4 de agosto los infectados por coronavirus en cuidados intensivos ha disminuido: de 52 la cifra pasó a 39 hasta la noche del 10 de agosto.




Según los expertos, la baja en la cifra de pacientes en las salas de Cuidados Intensivos podría ser por la captación de pacientes en las salas de triaje y las visitas casa por casa porque “disminuyen el impacto en la mortalidad, porque entre menos pacientes llegan a los hospitales significa que hay menos pacientes que llegan a desarrollar la forma grave de la enfermedad, por lo tanto hay menos fallecimientos”, explicó la epidemióloga Luida María Pineda.

Pineda mencionó que la estrategia, que también incluye la distribución del tratamiento MAIZ -que disminuye el impacto del virus en el organismo-, ha provocado que al menos en Cortés exista una disminución de ingresos en los hospitales.

La Unidad de Datos de EL HERALDO contrastó esa información con los casos de hondureños que reciben tratamientos en casa o que están bajo observación médica en los centros asistenciales, pero solamente los hospitalizados en condición estable han mostrado una baja.

Los casos en condición grave han variado: el 4 de agosto eran 288 los pacientes graves que estaban hospitalizados, pero para el 7 de agosto la cifra pasó a 265 y un día después nuevamente aumentó a 280.

Los únicos casos que se mantienen son los que están bajo observación médica desde casa, es decir que sus síntomas han sido leves o simplemente no han necesitado de oxígeno para sobrellevar la enfermedad.

Según los epidemiólogos, el covid-19 vino para quedarse, pero esperan que en septiembre la curva epidemiológica empiece a ceder, lo que no significa que hay que bajar la guardia.

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