Ante los señalamientos de que algunos de estos cambios se dieron para poner a políticos más afines al partido en el poder y al gobierno, el padre German Cálix, director ejecutivo de Cáritas, sostuvo que “cualquier destitución por cuestiones políticas es totalmente absurda, pues las personas se les destituye de un trabajo porque ya no existen los fondos para sostenerla, porque se terminó el proyecto o por incompetencia”.
Si son decisiones para colocar a los activistas políticos es algo muy negativo. Los gobiernos deben rodearse de la gente más competente- que tengan la capacidad para organizar, planificar, prever- porque ella si le ayudarán a manejar una crisis adecuadamente, sostuvo Cálix.
Entre tanto, la ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, explicó que la separación de estas profesionales de sus cargos se dio porque ellas habían “solicitado su renuncia desde antes de la pandemia…una por su situación de salud y la otra porque tiene a sus padres con problemas de vulnerabilidad y ellas tienen que estar al frente…y somos muy susceptibles”.
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Las destituciones
El 17 de marzo, la doctora Roxana Araujo, delegada presidencial y única voz oficial del Poder Ejecutivo para la difusión de los comunicados oficiales respecto a la enfermedad por el coronavirus, fue destituida del cargo cuando apenas comenzaba la cuarentena.
El hecho se dio luego de que Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), denunciara que los ventiladores comprados por el gobierno de la República a través de Copeco no servían para pacientes con coronavirus.
Ante los señalamientos, Araujo únicamente sostuvo que 'eso fue lo que se encontró, eso fue lo que se compró'.
Después, a través de una llamada telefónica con EL HERALDO, la profesional reveló que 'lastimosamente ese equipo no cumple con los requerimientos que se necesitan para dar soporte a un paciente con una neumonitis viral, como la que provoca el coronavirus'.
A pesar de que la cancelación se dio el 17 de marzo, el gobierno hizo pública la determinación hasta el 23 de marzo sin dar mayores explicaciones.
En sustitución de Araujo el presidente Juan Orlando Hernández nombró a Francis Contreras como portavoz de Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) y ahora el rostro más visible de la crisis al momento de proporcionar información sobre la evolución de la pandemia.
Posteriormente, el 10 de abril trascendió a través de diferentes medios de comunicación, así como en las redes sociales, la separación del coronel Roosevelt Leonel Hernández, comandante de la 101 Brigada de Infantería de la Región Sur, por haber denunciado la politización de la entrega de alimentos a la población.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas, a través de su vocero, sostuvo que fue un cambio rutinario.
Los militares y personal del gobierno fueron asignados para la entrega del saco de alimentos a la población hondureña que todavía se encuentra en confinamiento para evitar la expansión de la pandemia del Covid-19.
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El siguiente funcionario en ser destituido el 21 de abril por el Ejecutivo fue Gabriel Rubí de la dirección de Copeco.
El protagonismo y las funciones de Rubí ya habían sido reducidas con la entrada de Lisandro Rosales como comisionado especial para la atención de la emergencia Covid-19
Sin embargo, su cancelación se dio luego de que el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) realizara fuertes cuestionamientos al manejo de los fondos y las compras realizadas por Copeco, situaciones que habían sido denunciadas por EL HERALDO, como la compra de percoladoras, televisoras y mesas a precios elevados.
En lugar de Rubí, se nombró a Carlos Cordero, excomandante del Cuerpo de Bomberos.
Luego, el 27 de abril, en pleno auge de la expansión del virus en la costa norte, las autoridades de la Secretaria de Salud destituyeron a Lourdes Estrada, directora de la región sanitaria de San Pedro Sula.
Su despido llegó horas después de que el viceministro de Salud, Roberto Cosenza, realizara una evaluación del manejo de la crisis en ese sector.
Sin darle ninguna explicación, Estrada fue sustituida por la epidemióloga Lesbia Villatoro. A pesar del cambio, San Pedro Sula continúa siendo el epicentro de la pandemia en Honduras, al registrar 1,164 casos de contagio y 74 muertos por Covid-19 hasta el 14 de mayo.
Asimismo, el 4 de mayo, la Secretaria de Salud, mediante un comunicado, dio a conocer la cancelación de la doctora Indiana Argeñal, como directora de la región sanitaria número 7 de El Paraíso.
Aunque las autoridades de Salud tampoco explicaron la causa de su separación del cargo, a nivel de medios se conoció que ella supuestamente no estaba siendo diligente con la atención de la emergencia sanitaria tanto por el Covid-19 como por el dengue.
Y otra funcionaria relevada de su posición hace unas tres semanas fue la doctora Edith Rodríguez, quien se venía desempeñando como jefa de la Unidad de Vigilancia de la Secretaría de Salud. Tampoco se dio una explicación clara ante los medios; simplemente se anunció a Karla Pavón en su puesto.
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Control
Para Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), “muchos de los cambios que se han dado son justamente porque han denunciado alguna situación irregular o porque han dicho alguna verdad que al régimen le incomoda”.Las personas que han estado a cargo de esas direcciones son profesionales expertos en el tema, “por ejemplo, la doctora Rodríguez -que era la encargada de la Unidad de Vigilancia de Salud- es una persona que estaba ahí por sus méritos y se le separó del cargo porque querían a alguien de extrema confianza de ellos, gente que vaya a guardar la información si ellos se la piden y eso es un desacierto”.
Se separan porque quieren colocar “sobre todo en Vigilancia de la Salud a alguien muy afín que guarde la discrecionalidad que el gobierno quiere y que tiene que ver con información que debería ser pública y de manejo por todos los entes que necesitan tener algún tipo de conocimiento de esa información”, sostuvo Figueroa.
En el área de la Salud, en este momento de emergencia por la pandemia del coronavirus, “se están separando del cargo a personas que tienen opiniones apegadas a lo que realmente ocurre, o que le generan algún conflicto al gobierno y se están realizando contrataciones de orden estrictamente político”, dijo.
Figueroa es del criterio que todo personal médico que se contrate en la Secretaría de Salud, aún en este tiempo de emergencia, debe pasar por “el filtro del médico para ocupar el cargo y no por la situación de fidelidad a las autoridades porque las situaciones de fidelidad son muy subjetivas”.
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