Eso le sucedió a un empleado público recientemente en una colonia al sur de la capital hondureña, cuando -por protegerse-, iba con las medidas de bioseguridad, pero el microempresario no atiende a ningún cliente que llega con esas disposiciones por protección.
Mientras en Honduras los protocolos de protección por la pandemia parecen extraños para algunos, en Missouri, Estados Unidos, la bioseguridad es clave para frenar el contagio de coronavirus, según lo revela un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU.
Un par de estilistas contagiados de coronavirus cortaron el pelo a 139 clientes -entre ambas- desde que empezaron a sentir los primeros síntomas hasta que la confirmación del contagio las forzó a no seguir trabajando.
Los estilistas, cuyo sexo se omite, durante estuvieron en su labor lo hicieron cumpliendo de forma estricta las medidas, como el uso de mascarilla. El resultado es alentador para los defensores de la reapertura responsable: ninguno de los clientes resultó infectado del covid-19 -ellos usaron también cubrebocas-.
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De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), son varios puntos los que destacan de este hecho: la importancia del uso de las mascarillas, los cercos epidemiológicos, aplicación de pruebas PCR, aislamientos, conocer la interacción de los sospechosos con sus familiares y el monitoreo de los involucrados. Este último juega un papel crucial.
El CDC enfatizó que el uso consistente y correcto de las mascarillas, cuando sea apropiado, es una importante herramienta para minimizar la propagación del coronavirus de personas presintomáticas, asintomáticas y sintomáticas.
Rastreo
El Departamento de Salud del Condado de Greene (Missouri) realizó un seguimiento de contactos para los 139 clientes expuestos desde las fechas en que los estilistas desarrollaron síntomas por primera vez.'A los clientes se les pidió que se pusieran en cuarentena por 14 días y se les llamó o envió mensajes de texto diarios para preguntar sobre cualquier síntomas', indica el estudio.
Las autoridades ofrecieron aplicar las pruebas a estas personas, pero 67 clientes aceptaron. Todas tuvieron resultado negativo.
Un mes después, los técnicos llamaron a estos ciudadanos para monitorear el desarrollo de síntomas y dar seguimiento al caso, de los cuales solo respondieron 104, con buen suceso que ninguna reportó haber caído enfermo y, además, se obtuvieron los datos reveladores.
La investigación muestra que el 98.1% de los 104 clientes que fueron monitoreados por las autoridades usaron mascarilla durante toda la cita, pero el 1.9% la usó solo una parte del tiempo.
Además, los tipos de cubrebocas utilizados por los clientes variaron: el 47.1 usó mascarillas de tela, el 46.1% utilizó quirúrgicas, el 4.8% portó N95 y el 1.9% no sabían qué tipo de cubierta facial usaron.
El estudio del CDC es particular, hasta el momento no se conoce otro, pero da esperanza de cómo trabajar en una reapertura económica, como en la que entró Honduras nuevamente a partir de este miércoles a nivel nacional con la fase uno, con excepción de algunos municipios.
El 18 de mayo anterior, unos 12 salones de belleza y barberías de Tegucigalpa reabrieron sus puertas como parte del experimento del protocolo de bioseguridad previo a la fallida reapertura económica que se consumó el 8 de junio pasado.
No obstante, será fundamental que estos establecimientos a través de las autoridades pertinentes realicen el monitoreo de salud a los clientes para poder hacer cercos epidemiológicos en caso de que uno resulte infectado de coronavirus en este nuevo intento del funcionamiento del comercio.
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Uso de mascarilla, una disciplina
El vicepresidente del Congreso Nacional, el médico forense Denis Castro Bobadilla, consideró que el 50% de la responsabilidad para evitar los contagios en la reapertura económica le corresponde al gobierno y la otra mitad a cada persona.'Si en Honduras no se hubiese usado mascarilla, la cifra de infectados estuviera en el triple de lo que tenemos hasta el momento', aseveró el parlamentario, quien presentó la iniciativa de ley para que el uso de cubrebocas fuese de carácter obligatorio.
Para Castro Bobadilla, el uso de la mascarilla es trascendental para que una persona no se enferme, pero lamentó que no todas las personas la utilicen en el país.
'La mascarilla es vital en esta pandemia porque reducen el porcentaje de infección. Es una lástima que en el país no todas las personas usen. Aún no terminan de comprender en el momento en que estamos', comentó.
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'Yo sé que el uso de mascarilla es una disciplina, que no estamos acostumbrados a tal cosa, pero esto pasa por la falta de educación. Todavía hay personas que ven mal a los que usan mascarilla', señaló.
Estudios han revelado que la probabilidad de contagio cuando una persona usa mascarilla y ha tenido contacto con un infectado que también portó el cubrebocas es de 1.5%, es decir, uno en cada 100 casos.
El director del CDC, Robert Redfield, por su parte, dijo que el uso masivo de las mascarillas permitiría que la pandemia estuviera bajo control en “cuatro, seis u ocho semanas”.
“El uso de la mascarilla no es un asunto político, sino de salud pública. Realmente es una responsabilidad personal para todos nosotros”, indicó a Forbes México.
El caso de esta peluquería deja muchas lecciones para el gobierno, los empresarios y los trabajadores de Honduras, pero igual es un punto de partido para que la ciudadanía tome acciones particulares.
A propósito del empleado público que fue reprochado por usar mascarilla... decidió no cortarse el cabello.
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