El primer caso en el Distrito Central ocurrió el 11 de marzo: se trató de una mujer en gestación residente en la colonia Abraham Lincoln de Comayagüela. Ella fue la paciente cero y quien, según investigaciones, habría infectado a otras seis personas (todas familiares).
Cuando realizaron el cerco epidemiológico en esa colonia, las autoridades informaron que los casos estaban controlados, es decir que no hubo contagiados por algún tiempo y que a finales de abril suspenderían la cuarentena.
Pero un análisis de datos realizado por EL HERALDO muestra que para el 5 de mayo esta colonia sumaba 11 casos positivos de la enfermedad y, entre bajos y altos, para el 21 de junio tenía 20.
Lo mismo ocurrió con La Rosa, en Comayagüela, que entre finales de marzo y abril se convirtió en el epicentro del virus, pero a diferencia de la Lincoln en este punto geográfico los contagios solo fueron en aumento.
La Secretaría de Salud informó que entre los dos primeros meses de la pandemia, esas colonias eran dos de las diez más afectadas por el virus, pero no fue hasta mayo que la Región Metropolitana del Distrito Central publicó el listado de contagios por sector.
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La Unidad de Datos de EL HERALDO recopiló los boletines y tabuló las colonias con infectados desde el 5 de mayo hasta el 15 de julio. En algunos días Salud no hizo públicos los registros, pero no influye en los datos que muestran cómo el covid-19 avanza de forma rápida.
Por ejemplo, el sector de Las Torres, ubicado a menos de 800 metros de La Rosa, se había convertido en el más afectado por el nuevo coronavirus, al menos hasta el 1 de junio cuando los casos en Támara y Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) se duplicaron en menos de 48 horas.
Además, hubo un rápido repunte de infectados en la colonia Villa Nueva, donde en la primera quincena de junio se convirtió en el segundo lugar con más contagios (tenía 55 de 2,412).
“La enfermedad avanza donde camina la gente. El fracaso de las colonias que tienen más casos es porque han irrespetado las medidas de prevención”, argumentó el subsecretario de Salud, Nery Cerrato, en diálogo con EL HERALDO.
Cerrato recordó que desde el 16 de marzo el gobierno ordenó el toque de queda absoluto, es decir que además de limitar la circulación de las personas, se cerraron las fronteras y los negocios.
La ordenanza, que fue modificada días más tarde, solo permitía que se abrieran los establecimientos de primera utilidad (farmacias, banco, supermercados y mercados) bajo fuertes medidas de bioseguridad. Igualmente, se ordenó la circulación de un dígito por día, según la terminación de la tarjeta de identidad.
Las medidas parecían prometedoras, pero las autoridades capitalinas no consideraron la circulación en los mercados, donde diariamente cientos de personas se movilizaban para comprar alimentos.
El siguiente gráfico explica detalladamente la evolución del virus por colonia y cúal es el aumento de contagios que tuvieron en el último mes.
Con más casos
“Se ha observado una mayor incidencia de los casos en las colonias alrededor de los mercados; en el caso de la Kennedy, por la calle principal donde está ese macaneo”, aseguró Harry Bock, jefe de la Región Sanitaria Metropolitana del Distrito Central.Y precisamente esta colonia es la tercera con más infectados en todo el Distrito Central. Para el 15 de junio en este punto geográfico había 48 infectados, pero un mes después (15 de julio) se cuadruplicaron.
La Unidad de Datos de EL HERALDO buscó la evolución de casos en las colonias cercanas a los mercados Las Américas, Colón, San Isidro, Zonal Belén, Mama Chepa y San Miguel, que fueron cerrados el pasado 17 de junio debido a que no cumplían con las medidas de bioseguridad.
Sin embargo, solo uno de los cinco lugares que tienen más infectados se ubican en perímetros cercanos a los mercados cerrados temporalmente y que después de una semana volvieron a abrir sus puertas a la población.
Para el caso, la colonia Villa Nueva, la segunda con más contagios, está en la salida a Danlí, mientras sus vecinas, la Kennedy, y El Hato de Enmedio se encuentran a solo 2.7 y 3.5 kilómetros. Las Torres, está ubicada cerca del Aeropuerto Internacional Toncontín y el mercado más cercano es Perisur.
La Cerro Grande, que pasó de 36 infectados a 188 en un mes (15 de junio al 15 de julio), es decir cinco veces más la cifra inicial, se encuentra en la salida que conduce a Olancho. Este es el único de los cinco puntos con más infectados que está cerca del mercado Belén y los demás de Comayagüela.
Estos cinco puntos geográficos concentran el 13% del total de casos en el Distrito Central.
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“En todas las viviendas de las más de 500 colonias hay uno o más casos. Eso depende de la actitud de cada capitalino de cómo anda en la calle”, explicó Bock.
Y es de los más de los 600 puntos que reportan al menos un caso, son pocos los que entre bajos y altos han logrado contener el virus por pequeños periodos, pero siempre se muestra un repunte.
Por ejemplo, la colonia San Miguel, Nueva Capital, Las Tapias, San Buena Ventura, El Molinón, Lara, La Cañada, Santa Cecilia, Santo Domingo, Altos de Centroamérica, Guasculile, Altos de las Colinas, Residencial San José, entre otros, muestran varios picos con el aumento de contagios.
En cambio, en lugares como San Luis, La Leonesa del Rincón, Roble Alto, Altos de San Isidro, Sipile y Venecia, la curva epidemiológica se mantiene, es decir, que no se han registrado nuevos casos.
Y en puntos como Santa Fe, barrio El Centro y Generación 2000 muestran una baja en cuanto a contagios.
El virus se incuba en las cárceles
Hasta el 15 de julio, en el Distrito Central había 10,172 casos de la enfermedad, pero casi los 550 eran dentro de las cárceles de Támara y la PNFAS.Es decir, que cinco de cada 100 infectados eran hombres o mujeres que estaban privadas de libertad o trabajaban en estos centros penales.
Desde mediados de junio, ambas cárceles se convirtieron en los puntos con más casos en el Distrito Central. Solo el último boletín que publicó Salud, con fecha 15 de julio, señala que de los 550 casos el 81% estaba en Támara y el resto en la cárcel de mujeres.
El viceministro de Salud aseguró a EL HERALDO que el Comisionado de Derechos Humanos y la Secretaría de Salud “hemos estado en el abordaje integral; se elaboró un plan aplicable a Támara, El Porvenir y a todos los centros penales”.
Cerrato afirmó que el procedimiento en las cárceles consiste en aislar a los infectados, aplicar pruebas rápidas y entregar tratamientos a los casos positivos.
Evolución de casos es por respuesta tardía
Desde que se registró el primer caso de covid-19 en Honduras, los expertos sugirieron a las autoridades realizar cercos epidemiológicos para cerrar las zonas que tuvieran casos.Esta medida solamente funcionó los primeros días desde que el virus ingresó al país, pues luego las autoridades perdieron la trazabilidad de los casos y la cantidad de infectados creció de forma acelerada.
Para inicios de mayo, en la capital ya había 110 infectados, pero al cierre de ese mes la cifra era casi ocho veces superior.
Como en San Pedro Sula, la Secretaría de Salud comenzó a buscar a infectados o posibles portadores de la enfermedad en cada casa, una medida que según el infectólogo Tito Alvarado fue correcta pero muy tardía.
“La búsqueda activa de los grupos de respuesta que andan casa por casa evaluando rápido y tratándolos, me parece correcto, pero eso se debió hacer mucho tiempo antes. Nosotros en la plataforma ‘Todos contra el covid’ lo plantemos desde hace dos meses y medio”, recordó Tito Alvarado.
Alvarado dijo que la medida se debe intensificar en San Pedro Sula, al norte de Honduras, y la capital, que a inicios de junio se convirtió en el municipio con más casos en toda Honduras.
“Si hay unos tres o cuatro grupos buscando, que hayan por lo menos unos 15 en Tegucigalpa y 15 en San Pedro Sula y su alrededor. Hay que buscarlos y darles el tratamiento MAIZ”, sugirió.
Para el experto, los casos registrados hasta el momento son apenas una sombra de los que pueden haber, mientras que aún se desconoce cuándo comenzará a bajar la curva epidemiológica en cada barrio, colonia, aldea o caserio del país.