Desde antes de que se detectaran los primeros casos de coronavirus en Honduras (11 de marzo), empresarios temían que esta pandemia afectaría significativamente la víspera y los feriados que se aproximaban. Sus miedos se convirtieron en realidad.
Una de las principales actividades programadas a partir de este domingo 5 de abril en la mayor parte del mundo era Semana Santa, que en el país moviliza a más de 3.7 millones de personas y que solo el año pasado dejó un movimiento económico de 8,500 millones de lempiras, según el Instituto Hondureño de Turismo (IHT).
En su momento, el subsecretario de Turismo, Selvin Barralaga dijo a EL HERALDO que la suspensión de las actividades de este rubro durante la Semana Mayor significará un fuerte golpe económico para muchas personas.
'El turismo es una cadena que incluye al que vende combustible, al que se hospeda, al que se alimenta, al que hace guías turísticas y el emprendedor que ofrece artesanías', ejemplificó.
Y es que el movimiento interno de personas en el país, así como turistas internacionales, este año no podrá ocurrir y uno de los sectores más afectados sería el de la industria del turismo, principalmente hoteles y restaurantes que verán afectados sus ingresos en la época más importante del año en cuanto a actividad económica.
Durante 2019, un total de 2.4 millones de visitantes ingresaron a Honduras, de los cuales, el 64.4 por ciento fueron excursionistas de un día y el 35.6 por ciento fueron turistas, de acuerdo al IHT.
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Repercusiones
La Iglesia Católica, que también se viste de solemnidad al conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, ya anunció que desaparecerán sus coloridas alfombras de las principales ciudades de Honduras, aunque su fe no menguará, pues tendrán actividades virtuales.La anterior medida fue anunciada por la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) para evitar la propagación de casos de coronavirus en el país, que registra 219 casos detectados y al menos 14 muertos.
En tanto, para el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy, es necesario someterse a las medidas establecidas por el gobierno para evitar que el Covid-19 siga infectando a más personas, a pesar de los números rojos.
'Ante todo caso debemos someternos a las instrucciones del gobierno para proteger la vida de todos. Lo primordial es salvar las vidas, aunque también somos conscientes de que esto es un revés fuerte para el turismo traducido a pérdidas económicas', comentó.
El gobierno estableció toque de queda en toda Honduras hasta el 12 de abril próximo, justo en el cierre Semana Santa, con el afán de evitar la propagación del coronavirus, una enfermedad que tuvo origen en Wuhan, China, en diciembre de 2019.
'Lo que pasa es que este virus es altamente contagioso y una aglomeración de personas sería algo letal para todos', enfatizó A EL HERALDO. 'Lo mejor es que sigamos en nuestras casas'.
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Víspera irreconocible
Daniel Olivera, un empresario de Roatán, dijo a EL HERALDO que el turismo en esa isla norteña está irreconocible como consecuencia de la pandemia.'Hoteles y restaurantes están vacíos. No hay turistas, todo está desolado. Esto es algo histórico porque en comparación a otros años ya teníamos el 90 por ciento de las habitaciones reservadas y teníamos muchos visitantes', explicó.
'Hasta el momento nosotros damos por hecho que las actividades de turismo en Semana Santa están suspendidas por el coronavirus. Creo que necesitaríamos un milagro para que todo se normalice en estos días que hacen falta', estimó.
A pesar de que el gobierno decretó toque de queda desde el pasado domingo en todo el país, aún no es oficial la suspensión puntual de las actividades tradicionales de Semana Santa, que comienza este 5 de abril ( Domingo de Ramos) y finaliza el 12 de abril ( Domingo de Resurrección).
'Sería descabellado y un error mayúsculo si hay personas que piensan o pretender salir de vacaciones. Eso sería catastrófico por el momento crítico en el que estamos', advirtió el epidemiólogo Tito Alvarado.
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