Tegucigalpa, Honduras.- Es considerado un hombre polémico, confrontativo, pero también locuaz. Una figura “jugada” en la política hondureña, bastante confiada de sí misma y con “sentido de la oportunidad”, por eso, cuando dejó al Partido Libertad y Refundación (Libre) para irse al Liberal “lo hizo por la puerta grande”.
Regresó como el “hijo pródigo” del liberalismo, quien volvió a la que siempre fue su casa cuando en Libre no se sintió respaldado y tampoco estaba a favor de las decisiones que se tomaban.
Ahora, busca ser el candidato del liberalismo por el movimiento “Juntos por el cambio”, cargando comentarios, por un lado, de “traidor” dentro de Libre, mientras que otros consideran que es un “liberal radical”.
Jorge Luis Cálix Espinal, por su parte, se define como un hombre normal, joven, bastante humilde y decidido de lo que quiere: ser el próximo presidente de Honduras.
No es algo de ahora, sino, según aseguró, es una pretensión que tenía “desde chiquito, eso es algo que usted le puede preguntar a los que son amigos míos, desde que yo soy niño les dije que yo iba a ser presidente”, contó en diálogo con EL HERALDO.
Su visión es clara: ganar las primarias en el Partido Liberal, luego las generales y “cambiar al país” aplicando la estrategia de Nayib Bukele en El Salvador, pues él, que viaja constantemente a esa nación, observa cómo se convirtió en la más segura de la región.
“Yo estoy determinado a construir una Honduras sin miedo, a que este sea el otro país libre de maras”, comentó con tono firme, como si estuviera en un evento proselitista, pero el ambiente era otro, uno donde solo se escuchaba su voz y las preguntas que la periodista le hacía.
Cálix estaba sentado de una silla que minutos antes su equipo había colocado en un extremo de su oficina personal. Atrás se veía una pintura con la silueta de una mujer y al costado derecho apenas se movía la bandera color turquesa de Honduras que fue colocada meticulosamente para la entrevista.
Su oficina, bastante iluminada por las imponentes ventanas, permitía ver parte de la zona exclusiva en la que estaba la vivienda. No tenía mucho, pero sí lo necesario para demostrar que el dueño de ese espacio era un estudioso de las leyes: había un escritorio de caoba con las iniciales JC justo enfrente de la puerta, un librero con textos de leyes o biografías de políticos, los tres documentos enmarcados que lo acreditaban como diputado del Congreso Nacional —en una ocasión como suplente— y un enfriador de vinos que aún conservaba los empaques de protección en las manijas.
“Cálix es un tipo normal, un joven común y corriente, que quiere crecer en un país distinto, que quiere que sus hijos crezcan en un país diferente. Y yo puedo crear las condiciones para que Honduras sea un país atractivo para la inversión y que se genere empleo”, repitió de forma tranquila, mientras movía sus brazos de forma explicativa.
Procedencia
Con 39 años (el próximo 28 de abril cumple 40), Jorge Cálix es el precandidato presidencial más joven en la contienda electoral. Nació en Tegucigalpa, pero sus raíces están en Catacamas, Olancho, de donde —por cosas de la vida— también procede aquel hombre que llamó mentiroso y afirmó tenía cáncer, aunque años atrás luchó en las calles para que se le permitiera retornar al país después del golpe de Estado: José Manuel “Mel” Zelaya Rosales.
Procede de una familia de clase media, dedicada a la ganadería y agricultura, por eso sus mayores recuerdos de niño son en el campo.
“Yo crecí en el campo, yo me iba a la escuela y primero iba a ordeñar vacas, a tomar leche cruda, yo crecí montando a caballos a escondidas de mis padres cuando tenía seis o siete años”, contó con una sonrisa, mientras hacía bromas de que “me daría un infarto” si su “bebé”, como le llama de cariño a su hija de cinco años, hiciera lo mismo.
Jorge Cálix estudió el primer grado en la Elvel School, luego volvió a Catacamas, donde en un vaivén pasó por dos centros educativos, el primero Valley School, en Olancho, y el segundo, en ese entonces, el Centro Experimental de Educación Primaria, ubicado en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
La educación superior la cursó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Inició estudiando Medicina porque su mamá, Hilda Espinal Aguilar, siempre quiso que fuera doctor, entonces lo matriculó en esa carrera. El problema es que Cálix, quien es el segundo de tres hermanos, quería ser abogado, por eso, sin que su progenitora se diera cuenta, se cambió de licenciatura. Su madre no lo supo hasta un año después, lo que no evitó que le advirtiera “te vas a morir de hambre”, pero también le pidió prometer que sería doctor.
Cálix, quien tiene facilidad de palabras y destellos del sentido del convencimiento, le dijo que sí, aunque no como médico, sino como doctor en leyes, confió en tono sarcástico, mientras contaba que “quería ser abogado, de hecho yo quería ser fiscal, ese fue un sueño frustrado, porque quería meter presos a los delincuentes”.
Su decisión estuvo conmovida por el caso de Riccy Mabel, una estudiante normalista que fue brutalmente asesinada por miembros de las Fuerzas Armadas en la década de los 90’, cuando buscaba a su novio detenido para realizar el servicio militar obligatorio.
No es fiscal, pero tiene tres maestrías (una en Derecho Procesal Civil, otra en Derechos Fundamentales y Globalización y, la última, en Desarrollo Socioeconómico basado en la experiencia del sudeste asiático) y, según comentó, espera cumplirle la promesa a su madre, aunque el tiempo no juega a su favor.
Está casado con Camila Isabel Agüero, a quien conoció gracias a su amiga Beatriz Valle. Con ella tiene tres hijas: una que Agüero tuvo de su primer matrimonio, Jorge y Alisa.
El día a día de Jorge Cálix es apretado. Para atender a los medios de comunicación tiene las horas contadas, por eso para concretar esta entrevista, el equipo periodístico tuvo que esperar por más de una hora para ser atendido.
Cuando llegó a la oficina, portaba unos jeans azules, tenis blancos Adidas con líneas rojas que hacían juego con la camisa que tenía detalles afines al Partido Liberal, institución de la que afirmó nunca debió irse. Entró con su teléfono en la mano, contestando llamadas y mensajes, haciendo saber que es un hombre importante y bastante ocupado.
De hecho, en una de las llamadas contó detalles sobre sus giras por el país, mientras caminaba de forma ansiosa por los pasillos de la casa.
Cálix es un hombre alto, de tez blanca, siempre tiene su cabello bien arreglado y su barba perfilada. Al hablar, en muchas ocasiones, es bastante pausado, aunque particularmente frunce el ceño cuando una pregunta o comentario lo incomoda. Eso sí, nunca se queda callado, algo particular que lo hizo destacar, según el analista Miguel Cálix, desde 2013, cuando fue elegido como suplente de la diputada Beatriz Valle en el Congreso Nacional.
Es hijo del fallecido exalcalde de Catacamas, Olancho, Ramón Cálix Urtecho, quien le heredó su fascinación por la política, pero de quien habló de forma cautelosa cuando se le consultó sobre algunos de los hijos que tuvo y que son sus hermanastros
La madre de Jorge Cálix, quien aún vive, fue docente, profesión que también compartió con su finado esposo. Ambos procrearon a tres hijos: Yilda, Jorge y Marisol.
Inicios en la política
Con 19 años, Cálix comenzó a involucrarse en la política a través de la juventud del Partido Liberal. Caminaba con su padre pegando afiches, conociendo personas y posturas políticas. Para 2005, ya dirigía campañas y presidía la comisión de la juventud liberal, lo que le permitió ver en primera fila cuando Manuel Zelaya Rosales ganó las elecciones de 2006.
En ese entonces, él veía a “Mel” como un líder innato, aunque su padre le aseguró que “era mentiroso, que era poco serio, que a él incluso le hizo malas pasadas políticas”.
“Yo culpé a mi padre en su momento; yo le dije, ‘papá, es culpa suya’”, contó, dejando entrever que ahora está arrepentido porque “cometí un error” al abandonar el liberalismo para pasar al partido Libre, donde conoció la dulzura y la amargura del poder.
En 2013, a través de Libre, Cálix llegó al Congreso Nacional como suplente de su amiga Beatriz Valle, sobresaliendo, incluso, por sobre otros parlamentarios propietarios. Se convirtió en un rostro visible, con una participación activa que “la gente no sabía que Jorge Cálix era un diputado suplente, porque él se comportaba como un diputado propietario”, destacó el analista Miguel Cálix.
Para el experto, el parlamentario desde entonces era frontal, incluso, se ponía a comer palomitas frente a la televisión o hacía cosas que generaban viralidad.
Un ejemplo claro fue cuando se denunció a finales de 2024 —cuando la relación de Cálix con Libre ya estaba fraccionada—que en el Hospital Escuela se habían paralizado las cirugías porque no había algodón, entonces Jorge Cálix llegó con 900 bolsas respondiendo a la secretaria de Salud, Carla Paredes, “aquí está este malnacido, señora ministra. Aquí está ese imbécil haciendo su trabajo, trayendo algodones al Hospital Escuela para que no se paren las cirugías”.
Horas más tarde, el Hospital Escuela publicó un comunicado asegurando que no se había aceptado la donación porque se trataba de algodón cosmético y no quirúrgico.
Esto generó la reacción de paredes, quien lo llamó “malnacido” y hasta “imbécil” por cuestionar su gestión.
El diputado de Libre, Fabricio Sandoval, también le respondió, llamándolo “vil mentiroso, mentecato, sos un simple instrumento de la oligarquía”.
Celebrado por unos y criticado por otros, Cálix se dio a conocer por situaciones como esa, por eso en 2017 fue uno de los candidatos más importantes para una diputación como propietario, incluso, aparece como el más votado en medio de acusaciones de inflar votos a su favor.
En las elecciones de 2021, nuevamente logró convertirse en parlamentario por el departamento de Francisco Morazán, también por el Partido Libre.

Esta última elección lo llevó a un punto de quiebre, pues aspiró a la presidencia del Legislativo, entrando en conflicto con Luis Redondo, otro de los candidatos (antes del Partido Salvador de Honduras, PSH) apoyados por Libre para dirigir ese poder del Estado. En ese entonces, Cálix logró los votos y se convirtió en presidente de la junta directiva, pero en el hemiciclo fue juramentado Redondo, quien aún ostenta el cargo.
Para analistas, Cálix no aspiró a ese cargo sin tener el respaldo de al menos uno de los Zelaya, sobre todo por el nivel de confianza que le tenían. En su momento, se dijo que el mismo “Mel” Zelaya le había dado indicaciones a parlamentario, pero “eso es algo que solo presidente Zelaya y Jorge Cáliz pueden contar”, señaló Miguel Cálix.
Jorge Cálix, por su parte, aceptó la derrota y afirmó que ya pasó la página, pero que el Partido Libre fue un error. “No voy a cambiar mi forma de pensar; en el 2009 estuvo mal, sigue estando mal hoy lo que hicieron en el golpe, pero yo tuve que haberme quedado a dar la lucha en el Partido Liberal”, dijo apesarado, dejando claro que Libre le había quitado toda la esperanza que en algún momento tuvo cuando era un jovencito.
Y es que en ese partido no solo le quitaron sus aspiraciones como presidente del Congreso Nacional, sino que fue expulsado a mediados de 2024 y catapultado como diputado del hemiciclo, según comentó. Incluso, señaló que no le han pagado su salario y que se sustenta con el dinero que gana de su bufete jurídico.
En julio de 2024, Cálix fue juramentado nuevamente en el Partido Liberal, donde le dieron una segunda oportunidad, según dijo, siempre manteniendo su postura “en contra de la corrupción, en contra del autoritarismo, antidemocracia, del odio, la división de líneas y de la ilegalidad”, aseguró.
Pese a eso, ha sido señalado en múltiples ocasiones de tener familiares ligados al narcotráfico o de cometer actos de corrupción. En 2022, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) investigó el núcleo familiar de los aspirantes a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), relacionando a Carlos Roberto Cálix Hernández, con Soraya Cálix (hermana), quien fue separada como jefa de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) por corrupción, además era primo de Mario “Cubeta” Cálix, extraditado a Estados Unidos por narcotráfico en 2024. Todos ellos, según el CNA, también eran primos de Jorge Cálix.
Al ser consultado por EL HERALDO sobre los lazos con estas personas, el parlamentario respondió con tono inquietante: “Si usted me dice que usted es hermana mía, no me queda más que creerlo. No lo digo con orgullo, pero es la realidad. Y no es la realidad solo mía, es la realidad de miles de hondureños que tuvieron padres que fueron desordenados”.
Tratando de mantenerse sereno y con rostro serio, el parlamentario respondió lo mismo que en entrevistas anteriores, alias “Cubeta”, quien reciente se declaró no culpable de tres cargos por tráfico de drogas en una corte de Nueva York, Estados Unidos, es su primo, pero nunca tuvo comunicación con él.
“Estaba en otro partido y yo abiertamente le decía narcotraficante y critiqué a la actuación nacional por su vínculo con el narcotráfico, y lo voy a seguir haciendo, como ahora lo hago. Usted no va a ver un vídeo de Jorge Cálix con un narcotraficante pidiendo dinero, no lo hay”, respondió, haciendo referencia al video en el que aparece Carlos Zelaya, hermano de “Mel” Zelaya, negociando dinero con narcotraficantes para financiar su campaña electoral.
En ese momento su voz subió de tono, como si quería dejar más que claro que él nunca se había vinculado con personas ligadas al narcotráfico y corrupción. Con las preguntas subiendo de tono, sobre todo cuando se le consultó de dónde provenían los fondos para financiar sus campañas, Cálix, quien según analistas es una figura “disruptiva” y “ágil en la política”, dejó de ver fijamente a la periodista, cambió de posición su pierna, y sin tapujos aseguró que de “amigos, empresas privadas y familiares. Y todo se va a conocer en nuestros informes de política limpia”.
Sus respuestas, en muchos casos, parecían practicadas, aunque cuando se trataba de su relación con Libre respondía como si tuviera mucho resentimiento, por eso siempre los mencionaba cuando se trataba de quienes habían hecho promesas incumplidas al pueblo hondureño.
“La salida del Partido Libertad y Refundación es otro rasgo interesante de la carrera política de Jorge Cálix porque no solo escogió el momento, sino que encontró la excusa y esa excusa fue en las declaraciones del embajador (Rodolfo) Pastor Fasquell; por lo tanto, está claramente visto que Jorge Cálix balanceó, calculó de manera muy cuidadosa cuál podía ser el mejor momento para salir de Libertad y Refundación por la puerta de enfrente y no por la puerta de atrás”, consideró el abogado y analista Miguel Cálix.
Rixi Moncada, actual secretaria de Defensa y precandidata presidencial por 7 movimientos de Libre, por su parte, comparó en 2024 a su contrincante con Judas Iscariote, quien por 30 monedas intentó “vender el poder del pueblo ganado desde la resistencia y entregar el Congreso a los mismos del botín, ahí comenzó la tarea”, mencionó, haciendo alusión al conflicto que se dio en el Congreso en 2022.
Moncada reaccionó de esa manera luego de que Cálix dijera que denunciaría al Estado de Honduras ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por la polémica elección de la junta directiva del Congreso Nacional durante este gobierno.
Cuando este rotativo intentó consultarle a Jorge Cálix más detalles sobre la ruptura con Libre, simplemente se limitó a decir: “Ellos son el pasado, nosotros somos el presente y el futuro del país”.

Propuestas al estilo Bukele
Jorge Cálix no se ve a sí mismo como un candidato más, sino como el ganador de las elecciones primarias y generales de Honduras. Lo dice con seguridad, como si sus contrincantes no darán la batalla en los comicios.
Sus propuestas son sencillas de mencionar: más trabajo y seguridad. Eso es su prioridad.
“Los problemas que tienen Honduras no los puedo resolver todos en cuatro años, no se puede... me voy a enfocar en trabajar en dos cosas, resolver esas dos y luego resuelvo otro par y así el país al menos avance. Me tengo que enfocar en crear empleo, en crear condiciones para que haya inversión y la inversión genere empleo. Eso será lo primero. Y lo segundo, voy a construir un Honduras sin miedo. Vamos a construir un Honduras sin miedo”, afirmó.
Con los brazos reclinados en la silla y una pierna cruzada que movía lentamente, Cálix mencionó las veces que constantemente viajaba a El Salvador, el país vecino que ya logró estar libre de maras gracias a la estrategia de Nayib Bukele.
“Ya lo hizo allí Bukele en El Salvador, ahora lo haremos nosotros, así que lo que pasó en el pasado simplemente nos ayudó a formar nuestro carácter y lo que no te mata te hace más fuerte; al final de cuentas le doy gracias a dios porque me apartó de todo lo que ocurre hoy en el país con el gobierno y yo no estoy vinculado a eso”, aseguró.
“Yo puedo construir una Honduras sin miedo. El otro país libre para de la vida. Ese es mi compromiso. Ese es mi compromiso con todos los hondureños, pero sobre todo para con mis hijos. Y lo que quiero a mis hijos. Lo quiero para los hijos de todos los que nos leen y nos escuchan”, prosiguió, sin hacer énfasis en el resto de problemas que tiene Honduras.
Al ser consultado sobre temas de salud y educación, repitió que lo importante era el trabajo y la seguridad, porque con lo primero garantizaban que los padres tuvieran fondos para comprar comida y que los niños fueran a las escuelas con el estómago lleno.

Con la seguridad, dijo que se abrían más oportunidades de inversión, uno de los problemas que enfrenta el actual gobierno porque las grandes empresas no vienen al país por la extorsión y otros temas de la inseguridad.
Para el analista Migue Cálix, el precandidato liberal por el movimiento “Juntos por el cambio”, fracasaría si sigue el modelo de Bukele porque “Bukele solo hay uno y las condiciones de El Salvador son únicas y peculiares”.
“Creo que responder a la inseguridad, a los grandes problemas del país, puede buscarse inspiración en (Javier) Milei en el tema económico; puede buscarse inspiración en Bukele en términos de seguridad; en inversión puede buscarse, incluso, inspiración en un (Gabriel) Boric; en términos de buscar apertura política a través de pactos constitucionales, se pueden buscar modelos, pero todo eso lo debe servir como inspiración no como algo a copiar”, sugirió el experto.
Según el analista, el pueblo hondureño lo que necesita y busca es un presidente que reconozca los desafíos del presente y que vea hacia el futuro con mirada renovada y basada en lo que el país necesita, por eso tachó de “un error para cualquier candidato presentarse como un Bukele”.
El experto afirmó que los nuevos precandidatos que saltaron del partido Libre al Liberal tienen la oportunidad de levantar al liberalismo, pero en el caso particular de Jorge Cálix, puede convertirse en “el nuevo león del liberalismo, no ser un nuevo Bukele”.
Cálix, por su parte, se ve como la persona que solucionará los problemas de Honduras, sobre todo porque sobrevivió a Libre, el partido que le hizo darse cuenta que nunca debió dejar el liberalismo, aunque hay quienes lo tachan de ser un “traidor” y un “instrumento de la oligarquía”.