Tegucigalpa, Honduras.- Mientras en el Partido Liberal se vivió una disputa visible entre los precandidatos presidenciales Salvador Nasralla y Jorge Cálix, en los partidos Nacional y Libre Nasry Asfura y Rixi Moncada, respectivamente, arrasaron en cada rincón.
En el caso del Partido Liberal, con el 40% de las actas procesadas, Nasralla es quien se sobrepone como ganador, ya que obtuvo la mayoría de votos en 11 departamentos, la mayoría ubicados en el norte, centro y sur de Honduras.
En el Partido Nacional, Nasry Asfura obtuvo la mayoría de votos en todos los departamentos del país, dejando fuera de la competición a los otros tres aspirantes que buscaban la candidatura oficial.
La representante de Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, resultó como ganadora a nivel nacional, logrando una victoria demoledora en los 18 departamentos.
Para el analista político, Jhonatan Rosales, “todo el mundo ya conocía cuáles iban a ser los resultados (...) los resultados eran previsibles, tanto en el Partido Nacional como en el Partido Libertad y Refundación, donde se sabía que era una sola candidatura”.
Para Rosales, estos resultados lo único que deberían generar son dudas. “¿Vale la pena la inversión de todo lo que el Estado realiza para tener resultados que pueden ser previsibles para la población en general?, ¿vale la pena invertir en un proceso de este tipo, cuando al final quedaron todos los candidatos que sabían que iban a quedar”, cuestionó.
Partido Liberal
A pesar de que inicialmente el panorama era bastante incierto en el Partido Liberal, poco a poco Nasralla dejó entrever su liderazgo en la mayoría de departamentos, inclusive en los más importantes del país, electoralmente hablando.
Para estas elecciones primarias, alrededor de 5.8 millones de personas estaban habilitadas para votar. De esta cifra, casi 3 millones, el 50%, pertenecían a Cortés, Francisco Morazán, Yoro y Comayagua, departamentos donde Nasralla logró la victoria.
Esto disminuyó las posibilidades de triunfo para Cálix, quien comenzó a decaer todavía más cuando Nasralla figuraba como el ganador en otros 7 departamentos, es decir, al final fueron 11 zonas donde prevaleció el voto del señor de la televisión.
Cálix, por su lado, ganaría en 7 departamentos -con una carga electoral más baja-, dejándole una notoria diferencia en la sumatoria de votos, en comparación con Nasralla.
Para Rosales, estos resultados se podían prever, pues “Salvador Nasralla, la figura de él, por su solo nombre, tal como lo ha reflejado en todos los procesos anteriores en los que él ha participado, independientemente del partido político al cual esté representando, tiene mucha captación de votos”.
“Salvador Nasralla ha tenido resultados en las ciudades de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Villanueva, y Choloma, ciudades con una buena distribución de votos en términos generales, en comparación con otros municipios, y son ciudades donde ha predominado el voto”, explicó.
Rememoró que así sucedió “para el Pac (Partido Anticorrupción), en aquel entonces para Salvador de Honduras, y en su momento para la Alianza también, y ahora se ve reflejado también bajo la candidatura de Salvador Nasralla en el Partido Liberal”, explicó.
Valoraciones
Nacional y Libre
En el Partido Nacional y Libre no hubo una confrontación real entre aspirantes, ya que uno solo arrasó con todos los departamentos del país.
Asfura, en el lado de la estrella solitaria, obtuvo la mayoría de votos a nivel nacional, desde los puntos más pequeños hasta los más representativos en el tema electoral.
Lo mismo sucedió en Libre, con la candidata oficialista Rixi Moncada quien no dio tiempo ni espacio para que su único contrincante, Rasel Tomé, respondiera en la carrera electoral.
Para Rosales, “desde un inicio se avizoraba que (el Partido Liberal) era el único que iba a tener una contienda verdadera, porque tampoco se puede desconocer el liderazgo y el impulso que traía Jorge Calix al Partido Liberal”.
“En cambio en el Partido Nacional la situación ya era más previsible, porque ya se tenía un candidato que venía de un proceso electoral general previo, que ha sido siempre el candidato fuerte del partido”, señaló.
Mientras que, en el caso del oficialista Libre “ya se sabía que era una una sola candidatura”.
Aunque esto se podría ver como un adelanto de lo que podría ocurrir en las elecciones generales del 30 de noviembre, el analista político Omar García cree que los tres partidos “ya se agotaron generacionalmente”.
“Ellos representan el 40% de la votación, o sea, de 10 votantes, solo 4 tienen inclinación por ellos 3, los otros 6 no. Entonces, eso no va a cambiar, y de remate tuvieron ese montón de votos blancos y votos nulos que le están diciendo váyanse a la porra. Entonces, estamos ante un cambio inminente”, aseguró.
En ese sentido, García cree que en las elecciones generales es probable que haya un cuarto candidato, y que el voto migre a ese nuevo rostro. El voto de un 60% restante de la población habilitada para votar no tiene dueño.
Lo que se vivió en las elecciones primarias demuestra la firmeza de la población para hacerse escuchar ante quien sea. “Despertó la conciencia democrática de la gente, el grito de: ‘yo te puse, y yo te quito’, se escuchó rotundamente. Se vio que la gente se movió por indignación y hubo conciencia democrática, no ciudadana, conciencia democrática, que es un alimentador de la esperanza nacional”.