TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Partido Liberal, la organización política más longeva, ha venido en picada en la última década no solo por el divisionismo que predomina en sus filas, donde los conflictos se han mantenido a la orden del día, ahora la crisis interna se agudiza porque dos de sus precandidatos presidenciales se han declarado ganadores sin un conteo oficial de resultados de parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Al ser ahora la tercera fuerza política en el país, el Partido Liberal ha carecido de un auténtico liderazgo conciliador, razón que lo ha mantenido en la llanura desde 2006, año en el que asumió la presidencia de la República Manuel Zelaya Rosales, cuando todavía era militante “chele”.
Las constantes disputas al igual que diferencias entre las autoridades del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), los diputados de la bancada de esta institución en el Congreso Nacional y la influencia de reconocidos dirigentes que fungieron como exmandatarios tildados como “el lado oscuro” le han pasado factura al liberalismo en los procesos democráticos de 2009, 2013, 2017 y los sucesos de las más recientes elecciones primarias apuntan que no serán la excepción.
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A su retorno al país y desde que el empresario y exconvicto Yani Rosenthal manifestó su interés de convertirse en aspirante presidencial para luego inscribir su movimiento en el Partido Liberal ante el ente colegiado, se mantiene a flor de piel la cri
spación así como los señalamientos con la parte oficialista de esta organización tradicional. Mientras que el surgimiento de una tercera corriente en disputa, encabezada por el actual congresista Darío Banegas, generó un mayor fraccionamiento de votantes que pudieron haber dado ese respaldo a Luis Zelaya Medrano, titular del CCEPL y a su vez precandidato del movimiento Recuperar Honduras, aunque no hubiera implicado una significativa diferencia en los resultados, según analistas consultados por EL HERALDO.
Indicaron que la falta de la ansiada unidad dentro del partido de la insignia rojiblanca ha sido aprovechada no solo por su histórico rival, el Partido Nacional, sino también por Libertad y Refundación (Libre), advirtiendo que de seguir la misma conflictividad lo relegaría aún más para la justa electoral general de noviembre próximo.
Los detractores de Zelaya Medrano decidieron apoyar a Rosenthal y otra parte de los liberales le dieron el sufragio a Banegas, quien a través de sus redes sociales reconoció ayer su derrota al tiempo que decidió felicitar a líder de Recuperar Honduras por los resultados obtenidos que provienen tanto del conteo de actas como también de encuestas a boca de urna.
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Posturas y reportes
La noche del 14 de marzo, fecha en la que tuvo lugar el undécimo torneo electoral, varias empresas encargadas de sondeos le dieron la ventaja al postulante del movimiento Yanista, por lo que de manera anticipada se declaró triunfador.
Luis salió al paso y argumentó que los resultados lo favorecían en su aspiración a convertirse por segunda ocasión en el candidato a la primera magistratura de la nación por el liberalismo y no a su contrincante.
En las últimas 48 horas ambos precandidatos han ofrecido conferencias de prensa al igual que declaraciones, sosteniendo que se alzaron con la victoria, conforme a reportes de actas de cierre de las urnas brindados por sus representantes en las Mesas Electorales Receptoras (MER).
Según cifras del equipo de cómputo del movimiento Yanista, su precandidato ha obtenido un 47.1%, seguido por Zelaya Medrano con un 28.04% al haber procesado más de la mitad de las actas.
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En el caso de los datos recopilados por Recuperar Honduras, la mayor cantidad de marcas le dan el primer lugar a Luis con el 48.8% y en la segunda posición está Yani con el 36.5%.
A la rivalidad se le suman denuncias por haber inflado resultados en urnas de parte de la gente afín a Rosenthal, incluyendo amenazas contra quien ostenta la presidencia del órgano de dirección partidaria.
Definiendo alianzas ya sea a lo interno o con otros dirigentes de la oposición para las generales, el Partido Liberal podría salir fortalecido, pero será el reto de quien sea declarado como ganador por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
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