Tegucigalpa, Honduras
Otto J. Reich, exsubsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio, denunció ayer que el gobierno de Venezuela envió a Honduras 145 delegados vinculados al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) “pasando los puntos de inmigración escondidos, disfrazados como turistas, técnicos o empresarios para incorporarse en la campaña perversa que favorece a los amigos de Manuel Zelaya Rosales”.
Reich, de origen cubano y miembro del partido Republicano de Estados Unidos, ha sido funcionario de los gobiernos de Ronald Reagan y de George Bush y, además, fue embajador de Estados Unidos en Venezuela en el período de 1986 a 1989.
El ahora embajador retirado de Estados Unidos dice en un artículo firmado por él que “el régimen socialista de Venezuela no cesa de tratar de conquistar a Honduras. Años después del fallido auto-golpe de ‘Mel’ Zelaya de 2009, ahora lo hace a través de la injerencia en las elecciones presidenciales de ese país centroamericano”.
“El régimen venezolano defiende a capa y espada algunos principios de derecho internacional, pero solo aquellos que le convienen. No es nada nuevo: Es una práctica reiterada y propia de los regímenes dictatoriales”, dice.
Según Reich, “el régimen no acepta el acompañamiento internacional en su país, ni asesores que vengan a apoyar a los partidos no oficialistas; pero sí envía sus asesores a otros países, incluso a funcionarios del Consejo Nacional Electoral, para que “ayuden” y “observen” otros procesos, como en Ecuador y ahora en Honduras, ante las elecciones presidenciales del próximo 26 de noviembre”.
En el caso de Honduras, precisa, “envían 145 venezolanos, todos vinculados estrechamente al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a los cuerpos de seguridad del Estado venezolano y al ente electoral bolivariano, pasando los puntos de inmigración escondidos, disfrazados como turistas, técnicos o empresarios; para incorporarse en la campaña perversa que favorece a los amigos de Manuel Zelaya Rosales”. A Zelaya Rosales el señor Reich lo considera como un “aspirante a dictador que la democracia en Honduras nunca le permitió serlo”.
Agrega Reich: “El resultado de la labor de asesoramiento al zelayismo que estos ‘funcionarios’ venezolanos han realizado en Honduras es muy claro: desestabilización nacional, violencia, huelgas, ataques y otras cosas que la misma prensa refleja”.
“Solo falta examinar el movimiento migratorio de los 145 venezolanos que el gobierno venezolano envió a Honduras en estos dos últimos meses para ver que estos “turistas, técnicos y empresarios” bolivarianos vinieron a incidir en el proceso electoral de ese país centroamericano”.
Aquí las declaraciones integras de Otto Reich:
'El régimen socialista de Venezuela no cesa de tratar de conquistar a Honduras. Años después del fallido auto-golpe de Mel Zelaya del 2009, ahora lo hace a través de la injerencia en las elecciones presidenciales de ese país centroamericano.
El régimen venezolano defiende a capa y espada algunos principios de derecho internacional, pero sólo aquellos que le conviene. No es nada nuevo: Es una práctica reiterada y propia de los regímenes dictatoriales.
El gobierno venezolano no acepta opiniones, sugerencias, y menos visitas de mecanismos de derechos humanos. En vez de aceptar críticas y consejos, los rechaza y los califica de injerencia en los asuntos internos del país. Dice defender la soberanía, pero la entrega a los cubanos y eso es algo por lo cual tendrán que responder algún día, y no sólo ante la historia que en definitiva se reduce a papel y a referencias, sino ante los tribunales nacionales o internacionales para que paguen por lo que han hecho en perjuicio de los venezolanos y la paz de la región.
Las elecciones en Venezuela se hacen a su manera. Los observadores son y han sido sólo los de países afines, como los de ALBA. No aceptan ninguna visita de entidades o personalidades independientes para que sigan los procesos electorales, ni siquiera a la OEA, pero sí llaman como 'testigos' a los camaradas y amigos venidos de países “hermanos” para que los ayuden y entiendan sus 'adelantos' en materia electoral.
El régimen no acepta el acompañamiento internacional en su país, ni asesores que vengan a apoyar a los partidos no oficialistas; pero sí envía sus asesores a otros países, incluso a funcionarios del Consejo Nacional Electoral, para que “ayuden” y “observen” otros procesos, como en Ecuador y ahora en Honduras, ante las elecciones presidenciales del próximo 26 de noviembre.
En el primer caso fueron bien recibidos por Rafael Correa; en el segundo envían a Honduras 145 venezolanos, todos vinculados estrechamente al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a los cuerpos de seguridad del Estado Venezolano y al ente electoral bolivariano, pasando los puntos de inmigración escondidos, disfrazados como turistas, técnicos o empresarios; para incorporarse en la campaña perversa que favorece a los amigos de Manuel Zelaya Rosales, el aspirante a dictador que la democracia en Honduras nunca le permitió serlo. El resultado de la labor de asesoramiento al zelayismo que estos “funcionarios” venezolanos han realizado en Honduras es muy claro: desestabilización nacional, violencia, huelgas, ataques y otras cosas que la misma prensa refleja. Sólo falta examinar el movimiento migratorio de los 145 venezolanos que el gobierno venezolano envió a Honduras en estos dos últimos meses para ver que estos “turistas, técnicos y empresarios” bolivarianos vinieron a incidir en el proceso electoral de ese país centroamericano.
Por otra parte, el canal TeleSur, nada independiente ni imparcial, creación de Hugo Chávez y Fidel Castro, se ha constituido en el brazo de propaganda del régimen chavista y de esa monstruosidad llamada 'socialismo del siglo XXI'. Construye el odio en el país catracho, el odio que ellos mismos dicen erradicar en Venezuela con una Ley Nacional adoptada por la usurpadora Asamblea Nacional Constituyente. El odio en Venezuela no es diferente al odio que tratan de crear y expandir en Honduras y en otras partes porque a pesar de la quiebra, del default en el que está metido, sacan dinero para apoyar cuánta cosa mala se pueda hacer en los países de la región y hasta en otros, como en España, en donde llegaron a financiar al grupito “Podemos”, hoy en decadencia, y aún más grave, la independencia de Cataluña, para destruir el Estado Español.
En fin, así es la revolución bolivariana que dice odiar el capitalismo, pero cuyos dirigentes viven sumergidos en un lujo decadente, que dice “proteger” a los pobres, pero que los multiplica, que habla de construcción e integración y no ha hecho sino destruir y desintegrar, no sólo en Venezuela, sino por doquiera que va.
El pueblo hondureño, que ha sabido defender su democracia en el pasado, debe de ser muy consciente de la amenaza actual proveniente de la “hermana República Bolivariana de Venezuela”.