Figueroa, guiado por el deseo de servir a su amada Ciudad de las Maquilas y desarrollar sus habilidades, se enlistó como bombero voluntario con tan solo 14 años, asistiendo cada fin de semana a la estación del Benemérito Cuerpo de Bomberos, al tiempo que continuó con su formación académica.
El impacto de Eta y Iota fue devastador en las aldeas de los Bajos de Choloma: más de 20,000 damnificados, cientos de cultivos y fincas porcinas perdidas y sistemas y calles colapsadas por el agua.
Desde el 4 de noviembre, previo a la llegada de Eta, Figueroa dijo presente como miembro de uno de los equipos de rescate y asistencia, pese a ser voluntario y tener una corta edad.
Armados en dos grupos de dos bomberos y una lancha, Danery y sus compañeros se adentraron en la zona de afectación.
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Esfuerzo
En los primeros días su labor se centró en rescatar personas y, días más tarde, en la entrega de víveres a las familias en zonas aisladas. Figueroa dice que esta labor vivirá por siempre en su memoria, pues representó un esfuerzo extremo llevar el cargamento a las familias, tanto es así que su equipo con humor la denominó “misión suicida”.ADEMÁS: Transparencia, incentivos y trabajo, bases para reconstruir a Honduras
La misión de entrega de comida en lancha muchas veces inició en el punto de partida a las 6:00 am, pero se extendió hasta las 7:00 pm, o a veces ya era muy tarde y no habían salido de la zona inundada, por lo que debían quedarse en un lugar seco para dormir y regresar al día siguiente, ya que de lo contrario corrían muchos riesgos por la oscuridad y la falta de orientación en las corrientes, relató Jorge Jonatán Torres (de 22 años), otro de los bomberos rescatistas.
Llegar a la comunidad de Higuero fue una de las misiones más duras que tuvieron que cumplir, las corrientes eran tan fuertes que en varios trayectos tuvieron que descender para impulsar el vehículo acuático o estabilizarlo para que la fuerza del agua no le diera vuelta.
Para estos bomberos, los rostros agradecidos de las personas que salieron al encuentro para recibir la comida serán eternamente la mayor presea por su labor.
Mientras Torres ayudaba a la gente de los Bajos de Choloma pensaba en su familia, pues su casa de forma simultánea se inundaba en la colonia Los Castaños sin que él pudiera hacer algo por ellos, la misma situación que vivieron decenas de bomberos de La Lima, El Progreso, Pimienta y otras zonas afectadas.
“Ver tanto sufrimiento en los Bajos de Choloma solo me hacía pensar en lo que estaba pasando mi familia, pero continué con mi misión de ayudar”, manifestó Torres.
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Cobertura
El teniente coronel Marco Artica, inspector general del Cuerpo de Bomberos, informó que en las tormentas los cerca de 1,700 bomberos que hay en todo el país se volcaron a la asistencia humanitaria y misiones.Los bomberos asignados a las zonas donde no fueron muy afectados se desplazaron principalmente a la costa norte y Santa Bárbara.
“De forma preventiva se hizo perifoneo en barrios y colonias, principalmente aquellas que ya están identificadas como vulnerables a derrumbes y llenas. Cuando las tormentas llegaron se procedió a hacer evacuaciones, y eso ayudó a que no hubiera mayores hechos que lamentar; sin embargo, hubo personas que quedaron atrapadas porque no les dio tiempo y procedimos a hacer rescates en lancha en municipios como La Lima, San Pedro Sula, Villanueva, San Manuel, Potrerillos y El Progreso. Afortunadamente no murió ningún bombero en labores”, finalizó.