SAN PETERSBURGO, RUSIA
Un comienzo a los tumbos, un penal fallado, un astro cabizbajo, un solitario punto tras dos partidos, una falla atroz del arquero y rumores de una rebelión interna. ¿Qué más podría salirle mal a la selección argentina en el Mundial?
Mucho. Si la Albiceleste no vence este martes a Nigeria, su eliminación en la fase de grupos podría sentenciar una de las despedidas más ignominiosas que haya protagonizado durante su historia reciente en los mundiales. Y el dolor sería incluso más agudo en lo que se avizora como la última gran oportunidad de Lionel Messi, quien viviría el capítulo más amargo de su tormentosa historia con la selección.
Por eso, durante su conferencia de prensa previa al cotejo, el entrenador argentino Jorge Sampaoli buscó restarle importancia al presente del equipo y enfatizó una palabra, que repitió al menos diez veces: mañana.
“Tenemos que trabajar para que de manera real y con mucho sentimiento esto se logre”, declaró el estratega. “Estoy convencido de que mañana se logrará una nueva historia... estoy convencido de que tenemos muchos argumentos para superar esto”.
Argentina no depende de sí misma. Requiere que Croacia, líder clasificada del Grupo D con seis puntos, derrote a Islandia o al menos consiga el empate. Los islandeses, que empataron con Argentina 1-1 en aquella primera fecha en que Messi falló un penal, se quedarían así en un máximo de dos puntos.
Y Argentina podría llegar a cuatro, si es que derrota a Nigeria, tal como lo ha hecho en las cuatro veces anteriores que la ha enfrentado en un mundial. Pero hacerlo ahora requiere que el equipo de Sampaoli mejore notablemente respecto del que fue zarandeado 3-0 por Croacia la semana anterior.
Un comienzo a los tumbos, un penal fallado, un astro cabizbajo, un solitario punto tras dos partidos, una falla atroz del arquero y rumores de una rebelión interna. ¿Qué más podría salirle mal a la selección argentina en el Mundial?
Mucho. Si la Albiceleste no vence este martes a Nigeria, su eliminación en la fase de grupos podría sentenciar una de las despedidas más ignominiosas que haya protagonizado durante su historia reciente en los mundiales. Y el dolor sería incluso más agudo en lo que se avizora como la última gran oportunidad de Lionel Messi, quien viviría el capítulo más amargo de su tormentosa historia con la selección.
Por eso, durante su conferencia de prensa previa al cotejo, el entrenador argentino Jorge Sampaoli buscó restarle importancia al presente del equipo y enfatizó una palabra, que repitió al menos diez veces: mañana.
“Tenemos que trabajar para que de manera real y con mucho sentimiento esto se logre”, declaró el estratega. “Estoy convencido de que mañana se logrará una nueva historia... estoy convencido de que tenemos muchos argumentos para superar esto”.
Argentina no depende de sí misma. Requiere que Croacia, líder clasificada del Grupo D con seis puntos, derrote a Islandia o al menos consiga el empate. Los islandeses, que empataron con Argentina 1-1 en aquella primera fecha en que Messi falló un penal, se quedarían así en un máximo de dos puntos.
Y Argentina podría llegar a cuatro, si es que derrota a Nigeria, tal como lo ha hecho en las cuatro veces anteriores que la ha enfrentado en un mundial. Pero hacerlo ahora requiere que el equipo de Sampaoli mejore notablemente respecto del que fue zarandeado 3-0 por Croacia la semana anterior.