Tegucigalpa, Honduras
Una de las causas principales que se le atribuye a la falta de apetito durante la infancia es aquella de origen nervioso o emocional (estrés, cansancio, soledad, nerviosismo, agotamiento, depresión o ansiedad).
Por lo que los padres son los principales protagonistas para atacar esta enfermedad de raíz al comprender al niño en todos los procesos de cambio que tengan que vivir durante su adaptación en la etapa escolar nos asegura Rolando Canales, médico pediatra.
Debemos tener en cuenta que la falta de apetito en la infancia tiene diferentes grados. Y así como los adultos tomamos la decisión de que queremos comer y cuando queremos a ellos también hay que brindarles el espacio necesario para que tengan apetito.
Consejos
Lo que se hay que evitar a toda costa es la mala alimentación (consumir fuera de horas alimentos, golosinas, refrescos, etc.) porque este tipo de alimentos son los que provocan la falta de apetito causando fatiga, debilidad y desánimo en los escolares.
Además el especialista afirma que a largo plazo el organismo se va quedando sin defensas y es presa fácil de enfermedades que atacan al sistema inmunológico, aumenta el riesgo de malnutrición y de carencias nutritivas.
Lo más propicio para atacar este problema es realizar poco a poco una reeducación alimentaria (comer frutas y verduras, proteínas, lácteos, grasas saludables y no comer fuera de horas).
Otra de las indicaciones del especialista es incluir alimentos que en poco volumen aporten mucha energía y variedad de nutrientes, limitar la ingesta de líquidos en las principales comidas, evitar los alimentos muy calientes. Variar al máximo la dieta: cocciones, sabores y texturas (hacer la comida más apetecible), hacer platos reducidos y distribuir las comidas varias veces al día.
De ser necesario se puede incluir suplementos nutricionales y crear un plan alimenticio con especialistas en el tema.
Una de las causas principales que se le atribuye a la falta de apetito durante la infancia es aquella de origen nervioso o emocional (estrés, cansancio, soledad, nerviosismo, agotamiento, depresión o ansiedad).
Por lo que los padres son los principales protagonistas para atacar esta enfermedad de raíz al comprender al niño en todos los procesos de cambio que tengan que vivir durante su adaptación en la etapa escolar nos asegura Rolando Canales, médico pediatra.
Debemos tener en cuenta que la falta de apetito en la infancia tiene diferentes grados. Y así como los adultos tomamos la decisión de que queremos comer y cuando queremos a ellos también hay que brindarles el espacio necesario para que tengan apetito.
Consejos
Lo que se hay que evitar a toda costa es la mala alimentación (consumir fuera de horas alimentos, golosinas, refrescos, etc.) porque este tipo de alimentos son los que provocan la falta de apetito causando fatiga, debilidad y desánimo en los escolares.
Además el especialista afirma que a largo plazo el organismo se va quedando sin defensas y es presa fácil de enfermedades que atacan al sistema inmunológico, aumenta el riesgo de malnutrición y de carencias nutritivas.
Lo más propicio para atacar este problema es realizar poco a poco una reeducación alimentaria (comer frutas y verduras, proteínas, lácteos, grasas saludables y no comer fuera de horas).
Otra de las indicaciones del especialista es incluir alimentos que en poco volumen aporten mucha energía y variedad de nutrientes, limitar la ingesta de líquidos en las principales comidas, evitar los alimentos muy calientes. Variar al máximo la dieta: cocciones, sabores y texturas (hacer la comida más apetecible), hacer platos reducidos y distribuir las comidas varias veces al día.
De ser necesario se puede incluir suplementos nutricionales y crear un plan alimenticio con especialistas en el tema.