1-Alberto Gaucci
Sentado en un viejo colchón, ataviado de pantalón corto y sandalias de hule y con un cigarro en su mano izquierda, el sacerdote Alberto Gaucci no oculta su amor por el fútbol, una pasión que lo llevó a liderar la construcción del nuevo estadio de Juticalpa, Olancho.
Al principio parecía una locura cómo un sacerdote de origen maltés pretendiera levantar una instalación deportiva para unos 20 mil espectadores y que implicaba desembolsar alrededor de 40 millones de lempiras.
¿De dónde? Pues Gaucci sacó riqueza de los mismos votos de pobreza que profesa, ya que el pueblo olanchano, la empresa privada, los inmigrantes y el gobierno encontraron en quién confiar por sus reconocidas manos limpias y su legado de obras sociales en Olancho.
“Creo que se debe alejar a los jóvenes de los abusos, pero a la vez ofrecer algo en qué emplear sus energías y qué mejor que el fútbol”, explicó el cura en una entrevista reciente.
Justo y merecido fue que el sacerdote hiciera el saque de honor, descalzo y con calor del público, en el partido de estreno del coloso olanchano entre Juticalpa FC y Motagua, así como en el primer duelo internacional en el reciente encuentro Honduras-Cuba.
Obras sociales para Olancho
El estadio de fútbol es apenas una de las estelas de obras sociales y comunitarias que ha emprendido el sacerdote que está radicado en Honduras desde hace más de cuarenta años y que el pasado martes 22 recibió la nacionalidad hondureña. La huella de solidaridad del misionero franciscano se plasma en el complejo de proyectos Santa Gertrudis, en honor a la parroquia del mismo nombre en Juticalpa, Olancho.
En el recinto se levanta el hogar de niños Santa María de los Ángeles, el asilo de ancianos Paz y Bien y un centro de atención a personas con VIH.
No menos importante es la habilitación de un centro nutricional donde proporcionan merienda a niños y niñas pobres, una clínica médica y una panadería que sirve de sustento al resto de obras sociales. A su cargo también estuvo la construcción de la granja penal de Olancho. Y tampoco abandona su misión evangelizadora, a la que entra de lleno los fines de semana al oficiar misas. Casi una leyenda en las pampas olanchanas, Gaucci se paseó por las calles mostrando un ropaje de sencillez, carisma y trabajo, una actitud que refleja en su modesto cuarto.
“Vivo sencillo no porque no me esfuerce, sino que he descubierto que no se requiere tener mucho para ser feliz”, explicó el líder religioso.
El padre del pueblo ahora podrá decir que con los hondureños no solo comparte amor, sino también identidad gracias a su naturalización.
2-Francisco Amador
Los problemas de salud lo golpearon sin piedad, pero hasta el último momento posible estuvo al lado de “sus viejitos”.
Se trata del doctor Francisco Amador, exdirector del asilo de ancianos Centro de Día y Reposo (Ceder), quien falleció a principios de diciembre y dejó un vacío en la sociedad capitalina. Amador era conocido por su incansable labor por rescatar y cuidar a personas de la tercera edad, además de vestir de Santa Claus para compartir con niños y ancianos la Navidad.
“El lado solidario de mi papá no conocía límites”, explicó su hijo, del mismo nombre, al hablar sobre la infausta noticia. El legado del doctor de los abuelos lo continuará su familia, que mantendrá la casa-hogar de 20 ancianos.
3-Ricardo Sevilla
El padre Ricardo Sevilla se despidió de su cargo al frente de la parroquia El Calvario de Comayagüela este año para seguir estudios religiosos, pero dejó una sólida comunidad cristiana.
Al mando de su gestión, Sevilla trabajó en el plano religioso, pastoral, evangelizador y estructural de la feligresía del barrio Villa Adela y alrededores. Intelectual y carismático, promovió también las obras sociales.
4-Enma Dávila
Doña Enma Dávila ve en cada privado de libertad un hijo y no en vano se ganó el título de Madre General de la Penitenciaría Nacional.
En fechas especiales, esta anciana de 93 años reserva parte de su tiempo para compartir con los presos, una comunión que inició cuando era cocinera de la antigua Penitenciería Central (PC). No por nada es que en las bartolinas la conocen como Mamá Enma.
5-Javier López
Las páginas de campañas que publica EL HERALDO son las que más le tocan el corazón a Javier López, un desprendido y solidario capitalino. Este año, luego de conocer las condiciones en que viven miles de familias de Texíguat, El Paraíso, armó hasta una Red de Amigos Solidarios, a quienes convocó a través de su celular. Logró llevar felicidad a centenares de personas, entre niños, ancianos y madres.
6-Francesco di Pascua
Para el misionero italiano Francesco di Pascua, la belleza de su natal Sicilia pasó a segundo plano al enamorse de la gente de Honduras. Llegó al país hace más de 30 años por compromiso, pero después renunció a los franciscanos para continuar de por vida como misionero en la aldea Las Flores, en la salida a Olancho. Viviendas, medicina natural y un comedor infantil destacan en su labor social.
7-Jeony Ordóñez
Que 177 niños y niñas puedan dar un salto inimaginable de la basura del botadero capitalino a una universidad es una causa que tiene nombre y apellido: el pastor Jeony Rodríguez.
Al ver las condiciones de miseria y desesperanza de cientos de pequeños infantes en el relleno sanitario, el líder religioso decidió crearles una escuela llamada Amor, Fe y Esperanza (AFE).Al centro asisten los hijos de los pepenadores para recibir una educación de calidad y en valores, además de atención médica y alimentación. Los frutos germinan estos años, con la primera generación que llega a la universidad.
8-Carlos Portillo
Carlos Portillo Lobo, un docente jubilado, desde hace 13 años realiza una labor de amor inigualable en la ciudad de Catacamas, Olancho.
Y es que él, junto a su familia y voluntarios, se ha encargado de atender a decenas de niños que padecen enfermedades que les mantienen postrados.
Su labor implica pasar al cuidado de los menores 24 horas al día en el centro Compartiendo Juntos, debido a que la mayoría son rescatados de lugares remotos. Así extiende su amparo a 15 pequeños con parálisis cerebral, atrofia cerebral, microcefalia, hidrocefalia, distrofia muscular y autismo.
9-Dagoberto Ferrufino
Los ojos de Dagoberto Ferrufino han visto la decadencia de los más bellos monumentos patrimoniales, pero sus manos se han encargado de devolverles el brillo y la originalidad.
Desde hace 25 años, este maestro de la construcción trabaja para heredar un legado a través de la restauración del patrimonio monumental y cultural de Honduras.
Entre los proyectos de restauración que ha liderado destacan las iglesias de San Manuel de Colohete, Lempira; Inmaculada Concepción, Danlí; Señor del Buen Fin, Cedros; y actualmente en La Canderlaria, Río Hondo.
10-Benjamín Escobar
Un poco de ingenio ha bastado para que un grupo de 60 niños y su director hayan creado con sus manos un centro educativo en un lugar lleno de magia, producto del reciclaje.
Se trata de la Escuela Tierra Santa, del municipio Villa de San Antonio, en Comayagua, donde con piedras, pedazos de cerámica, tapones de refresco y varillas viejas han creado una serie de figuras que embellecen los patios.
La escuela está sirviendo de inspiración para muchos otros padres que quieren que el próximo año sus hijos ingresen al centro educativo y exploten su creatividad e imaginación.