El Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense (HHS), cuya Oficina de Reasentamiento de Refugiados supervisa el cuidado y alojamiento de los niños migrantes no acompañados confirmó la muerte de un adolescente hondureño que ingresó a Estados Unidos sin su familia.
El Departamento “está profundamente entristecido por esta trágica pérdida y nuestro corazón está con la familia, con la que estamos en contacto”, dijo en un comunicado.
Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, de 17 años de edad, murió en un centro de detención en Florida, según confirmaron autoridades hondureñas y de EEUU.
El ministro hondureño de Relaciones Exteriores, Enrique Reina, a través de su cuenta de Twitter lamentó la muerte del joven y solicitó que se realice una “investigación exhaustiva del caso para esclarecer este hecho” escribió.
“Este terrible hecho subraya la importancia de trabajar conjuntamente en la agenda bilateral migratoria sobre la situación de los menores no acompañados, para encontrar soluciones”, escribió en Twitter.
Reina indicó que el adolescente era uno de los más de 10.000 hondureños que han intentado entrar en Estados Unidos cada mes durante el último año.
La CNN informó que el adolescente había fallecido el miércoles en un hospital poco después de perder el conocimiento en el albergue, según una carta enviada por el HHS al Congreso.
El joven vivía en el lugar desde el 5 de mayo, cuando las autoridades lo trasladaron hasta allí.
La muerte se produjo en una semana en la que miles de migrantes intentaron ingresar a Estados Unidos antes de que entrara en vigor un importante cambio en las normas de inmigración, que incluye nuevas y duras medidas para las personas que crucen la frontera ilegalmente.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, calificó la muerte de “noticia devastadora”.
“Nuestros corazones están con los miembros de la familia”, dijo, añadiendo que hay una investigación médica en curso sobre lo sucedido.
El HHS dijo que se estaba investigando la muerte.