Benedicto defendió una línea conservadora en materias como el aborto, la homosexualidad y la eutanasia y fue un enemigo acérrimo de la Teología de la Liberación surgida en América Latina.
Algunas de sus declaraciones causaron confusión, en cuanto al islam, el uso del preservativo contra el VIH o la excomunión de cuatro obispos integristas en 2009.